Chile, la imagen de un país dinamitada por cuatro centavos de dólar
Un manifestante toca el tambor mientras otros manifestantes son dispersados con cañones de agua en las protestas en Chile, en octubre de 2019.
Reuters
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Lo que comenzó siendo un acto de rebeldía estudiantil para colarse en el Metro de Santiago sin pagar el nuevo precio del billete (USD 1,2) derivó en una masiva protesta social para eliminar los modelos neoliberalistas de pensiones, salud o educación y terminó por obligar al Gobierno de Chile a renunciar a una de las mayores cumbres del librecomercio, la APEC, conformada por 21 economías que representan el 60 % del PIB mundial.
El presidente estadounidense, Donald Trump, tenía previsto reunirse y firmar el acuerdo con su homólogo chino, Xi Jinping, durante la cumbre APEC de Chile, una tregua comercial entre las dos potencias tras meses de tensiones que ahora tendrá que producirse en otro escenario.
El estallido social que vive Chile, entre marchas ciudadanas pacíficas y eventos de alta violencia, que ya suman al menos 20 víctimas mortales, forzó también al Ejecutivo a arriar su otra gran bandera para este año, la de acoger la COP25, que llegaba en un momento de especial concienciación medioambiental a nivel mundial.
Imagen país "por los suelos"
Los incendios, saqueos y enfrentamientos entre los manifestantes violentos y las fuerzas de seguridad, las estampas del Ejército controlando las calles -algo que no se veía desde la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990)- y las denuncias que se suceden por presuntas violaciones de derechos humanos por parte de agentes del Estado dejaron maltrecha la imagen del país, que tras la decisión de no realizar la cumbre de APEC anunciada este miércoles 30 de octubre de 2019 por el presidente chileno, Sebastián Piñera, quedó duramente golpeada.
"La imagen país queda muy disminuida. Ya ha sido disminuida por los eventos previos pero esta suspensión de las cumbres genera eventos más negativos en la percepción que existía de Chile en el extranjero".
Francisco Castañeda, economista y doctor en geografía económica de la Universidad de Santiago.
El propio canciller chileno, Teodoro Ribera, reconoció que la imagen del país se ve perjudicada, pero expresó que "los daños a la imagen país no son permanentes" y que el Gobierno pondrá todo su esfuerzo en recuperar su credibilidad internacional.
"Es lo que va a tener que hacer Chile, trabajar en la imagen país para volver a tener la confianza que tenía en el resto del mundo, que hoy día está en el suelo", dijo Castañeda.
Algunos excancilleres de Chile como José Miguel Insulza (1994-1999) o Heraldo Muñoz (2014-2018) coincidieron en lamentar el daño a la política exterior que supone renunciar a estas cumbres, aunque reconocieron que la compleja situación del país hacía aconsejable tomar esa decisión.
En la misma línea se manifestó el expresidente de Chile Ricardo Lagos (2000-2006), quién señaló que "la decisión de suspender las reuniones de la APEC y COP25 había que tomarla" pese a que "es un daño para el prestigio de Chile y su liderazgo en ámbitos tan importantes como el cambio climático y la guerra comercial que afecta al mundo".
Costo económico para Chile
Además del alto precio a pagar en forma de desprestigio internacional, renunciar a ambas cumbres tienes costos económicos directos e indirectos.
Para la organización de la APEC el Gobierno había presupuestado 40 millones de dólares y para la COP25 disponía de unos 82, de los que 35 salían de las arcas del Estado y el resto de privados. En total entre ambas cumbres poco más de 120 millones de dólares, de los que parte ya fueron utilizados.
A lo largo de 2019, la APEC desarrolló en Chile varias reuniones sectoriales y sobre las prioridades que se habían propuesto para esta edición (sociedad digital; integración 4.0; mujeres, pymes y crecimiento inclusivo; y crecimiento sustentable), insumos que el canciller valoró y que serán traspasados al país que organizará la cumbre en 2020, Malasia.
En el caso de la COP25, parte del dinero ya fue destinado a medidas de acción climática mientras que las aportaciones de privados que aún no se hayan usado se estudiarán caso a caso para ser devueltas, dijo la ministra de Medio Ambiente, Carolina Schmidt.
Perjuicio para las pymes
"Cuando el Gobierno decide gastar USD 120 millones es que está esperando un retorno mayor para la economía del país", dijo Castañeda, algo que ya no sucederá y que se agrava con el "golpe" que reciben las pequeñas y medianas empresas, sobre todo de turismo y de sectores dinámicos y de innovación, al no celebrarse las cumbres.
"Lo que sucedió hoy recae sobre las pequeñas y medianas empresas", aseguro el economista, quien agregó que a esta primera consecuencia sobre las pérdidas en el turismo y el comercio se añade un efecto indirecto de medio plazo aún más grande: el desaliento en las inversiones.
La Federación de Empresas de Turismo de Chile (Fedetur) calculó ya que por concepto de entradas de divisas al país se dejarán de ingresar 40 millones de dólares, mientras la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), sin aportar aún un dato estimativo, mostró su preocupación por las pérdidas directas que la cancelación de estos eventos generarán al sector.
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