Brasil: La obligatoriedad de una vacuna que aún no existe se politiza
Trabajadores del Laboratorio Central de Salud Pública de Brasilia estudian pruebas de Covid-19 el viernes 27 de marzo, en Brasilia.
EFE
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El debate anticipado sobre la vacuna enfrenta a los grupos más radicales del conservadurismo en Brasil, que forman la base dura del llamado 'voto bolsonarista', con partidos que van desde la derecha moderada hasta la izquierda y defienden la inmunización de toda la población contra el coronavirus, que ya ha matado a más de 154.000 brasileños.
Los movimientos antivacunas, afines al oficialismo, han crecido en Brasil desde el año pasado. Se han hecho todavía más fuertes en la medida en que la pandemia ha avanzado en el país, que ya ha superado los 5,4 millones de contagios.
Pese a que siguen siendo grupos pequeños sin mucho calado, esos movimientos mantienen una febril actividad en las redes sociales, a las que Jair Bolsonaro considera un termómetro político.
El mandatario no ha respaldado directamente a esos grupos, pero les hizo guiño. Adelantó que la vacuna contra la covid-19 no será obligatoria.
La campaña electoral 2022: ¿Adelantada en plena pandemia?
La politización de las medidas de aislamiento social, que dividió a Brasil entre los partidarios del encierro y la necesidad de salvar a la economía defendida por Bolsonaro, propició un adelanto de la campaña para las presidenciales de 2022. En ellas, el mandatario aspira a renovar su mandato de cuatro años.
La mayor disputa política por esas medidas enfrentó a Bolsonaro y al gobernador de Sao Paulo, Joao Doria.
Doria es de centroderecha y pasó de ser un antiguo aliado del gobernante a convertirse en un enconado adversario desde que asomó su intención de aspirar a la Presidencia en 2022.
El pasado fin de semana, Doria renovó su embate con Bolsonaro. Dijo que, al menos en el estado de Sao Paulo, que tiene un acuerdo con la empresa Sinovac para desarrollar una vacuna, sus 42 millones de habitantes serán obligados a tomarla. Esto es apoyado por los partidos progresistas y de izquierdas.
Bolsonaro sostuvo que la decisión sobre ese asunto le corresponde al Ministerio de Salud y ya ha sido tomada. "No será obligatoria y punto final", dijo. "Hay un gobernador que se titula como médico de Brasil y dice que será obligatoria, pero no será".
Doria respondió casi en plan de candidato. "Estamos en una carrera por la vida, no en elecciones", declaró.
Sinovac, Oxford y otras posibles vacunas y batallas
La alta incidencia de la enfermedad y la diversidad genética de Brasil han hecho del país uno de los centros de experimentación de posibles vacunas.
Sao Paulo, a expensas de Doria, tiene un acuerdo de cooperación para el desarrollo de una vacuna con Sinovac. Se trata de un laboratorio chino que pretende tener el antídoto antes de diciembre. Prevé, además, entregar a ese estado brasileño unas 42 millones de dosis para mediados de 2021.
El Ministerio de Salud, por su parte, ha firmado un convenio con la empresa AstraZeneca y la Universidad de Oxford. Mediante este, permitió experimentar en el país la vacuna que desarrollan, de la cual ya adquirió 100 millones de dosis por adelantado.
En Brasil también se prueban las fórmulas desarrolladas por la multinacional Johnson & Johnson y el consorcio BioNTech (Alemania) y Wyeth/Pfizer (Estados Unidos) y los estados de Bahía y Paraná se apresan a iniciar experimentos con la Sputnik V rusa.
Hasta ahora, la comunidad científica considera más adelantadas las realizadas por Oxford y Sinovac. Se trata de dos posibilidades que, en un Brasil dividido, también acaban siendo una referencia a la adelantada disputa entre Bolsonaro y Doria.
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