Luis Fernando Saritama: "Reinaldo Rueda me aconsejó no ir a China"
Luis Fernando Saritama cumplirá su quinto y último paso por Deportivo Quito, esta vez para jugar en el torneo de Segunda Categoría y buscar el ascenso. El futbolista de 37 años terminará su carrera deportiva al final del año, con el equipo que logró tres títulos.
Luis Fernando Saritama patea un tiro libre en un partido ante Espoli, en el estadio Atahualpa, el 18 de mayo de 2021.
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En una entrevista con PRIMICIAS, Saritama comentó que su retiro estaba previsto para 2020. Sin embargo, por la inactividad en el fútbol, debido a la pandemia, decidió alargar la decisión por una temporada más. Su objetivo es despedirse jugando.
El mediocampista también habló sobre las razones que lo motivaron para jugar en Deportivo Quito en medio de una grave crisis económica; sus mejores y peores épocas en el equipo 'chulla', la oferta que recibió de China, por qué aceptó ir a Liga de Quito y sus proyectos a futuro.
¿Cómo está el equipo para afrontar una nueva temporada?
Estamos ilusionados. Hemos entrenado fuerte durante estas semanas y esperamos conseguir la mayor cantidad de victorias.
¿Es el 'último baile'?
Sí, va a ser el último año de mi carrera deportiva. Ojalá la terminemos de la mejor forma, logrando el ascenso. Eso sería fabuloso. Ojalá que el entorno del equipo lo permita, con base simplemente en nuestro esfuerzo.
En un contexto adverso para Deportivo Quito, ¿qué lo motivó volver a jugar?
Tenía pensado retirarme del fútbol en 2020, previo a la llegada de la pandemia. Quería buscar el ascenso y tener un partido de despedida con la hinchada. Por el Covid-19 no se dio. En 2021 me contactó la dirigencia y me invitaron a jugar un año más. Eso me motivó a volver. También influyó el sentirme bien físicamente.
¿Todavía siente nervios antes salir a la cancha?
Sí. El futbolista siempre va a tener esa necesidad de hacer las cosas bien. Yo me divierto en la cancha, pero con responsabilidad. Y ahora disfruto más. Cuando uno es joven, no valora al 100% todo lo que significa la carrera de futbolista. Pero en los últimos años es cuando más se valora. Estoy ilusionado de volver a jugar y en el Atahualpa, en donde me ha ido bastante bien con el equipo y la Selección.
¿Está aportando económicamente con el club?
Ya no. Hasta 2020 sí lo hicimos con mi escuela Life Football Sport (LFS) para impulsar las divisiones menores. Este año, el club decidió apostar otra vez por sus formativas. Cuando yo aportaba con LFS, el objetivo era colaborar con desarrollo de los chicos y del complejo. Ojalá ese trabajo se pueda plasmar en buenas escuelas de fútbol. Yo estoy simplemente apoyando desde mi posición como futbolista.
¿Qué le ha pedido el entrenador Luis Espinel?
Que lo apoye con los más jóvenes y trate de guiarlos en esta experiencia de jugar en un equipo como Deportivo Quito. Muchos de ellos no han tenido esa posibilidad y creo que es algo sano. Cuando yo empecé en la carrera también tuve gente que me guio y me ayudó a crecer. Ahora trato de hacer lo mismo con base en mi formación y experiencia.
¿Cuál fue la etapa que más le marcó en el club?
En 2008. Tenía la ilusión de ser campeón y la convicción de consagrarme con el primer equipo. Todos hicimos muchos esfuerzos: futbolistas, dirigentes e hinchada. Ahí se consolidó todo lo que venía buscando desde pequeño: devolverle al club la oportunidad que me dio de formarme y mostrarme en el fútbol profesional.
¿Qué tenía de especial el vestuario en 2008?
Destaco la unión. Deportivo Quito no era favorito y tampoco considerado un equipo fuerte. Se armó un plantel practicamente nuevo y con una mezcla de juventud y experiencia. Éramos muy luchadores y comprometidos. Esa fue la clave para alcanzar el título. El cuerpo técnico ayudó a que ese enfoque no se pierda.
Y llega el campeonato de 2011. ¿Estaba en un mejor momento futbolístico?
Sí, me agarra un poco más consolidado como jugador. Teníamos una base de 2008, pero se sumaron jugadores de mucha jerarquía como Michael Arroyo, Iván Hurtado, Franco Niell, Iván Borghello, Marcos Pirchio, entre otros. Teníamos dos equipos y el que entraba siempre hacía las cosas bien. Eso ayudó para seguir siendo competitivos y repetir un campeonato que fue muy duro.
Pero a partir de ese año empezaron los problemas económicos...
Sí, terminamos el año siendo campeones con casi tres meses impagos y el título borró esa realidad. Los dirigentes querían hacer el esfuerzo para pagar lo pendiente. Tapaban huecos, pero inconscientemente se generó una burbuja que en algún punto iba a estallar.
Yo que conozco al club me parecía que lo que estaban generando en deuda no iba a ser fácil de recuperarse financieramente. En diciembre de 2012 le debían seis meses a todo el plantel. A mí me debían ocho. Decidí ser más fuerte y buscar soluciones. Pero los dirigentes nunca me escucharon. En vez de reducir costos para la temporada 2013, contrataron 15 futbolistas más.
¿Estos temas extrafutbolísticos se trasladaron en algún momento a la cancha?
Siempre digo que los temas económicos no deben influir en el futbolista para rendir o ganar, pero indirectamente influyen. En 2012, Deportivo Quito le ganó a la Universidad de Chile 4-1 en el Atahualpa y en Santiago perdimos 6-0. En ambos casos nos debían cuatro meses. Mi explicación es que el rival fue muy superior a nosotros. Pero no por el tema económico.
¿Qué les dijo el entrenador Carlos Ischia en ese momento?
Trataba de no aumentar la presión. Nos dijo "vamos a olvidarnos de lo que pasa en lo económico, confiemos en ganar, confiemos en que con esa taquilla se solucionen los problemas" y nos guio a ese objetivo. Ganamos. Pero el ofrecimiento no se cumplió y el dinero recaudado no sabemos qué pasó. El momento más duro que viví con Deportivo Quito fue esa eliminación.
¿Cuáles son sus partidos más recordados en Deportivo Quito?
El partido con Liga en 2008, las finales contra D. Cuenca y Emelec, fue fabuloso ver el estadio lleno. Además de jugar ante Estudiantes, Vélez, Cruzeiro, entre otros por Copa Libertadores. Esos partidos son bien recordados. Mi hijo siempre quiere verlos en YouTube. Son lindos recuerdos que se quedan para siempre.
¿Qué le genera ver al equipo sumergido en esta crisis?
Impotencia, desazón y frustración, porque es un club grande. Todos los equipos en Ecuador lo respetan y valoran la rivalidad que había. Saber si es que si se podía evitar o no (la crisis), no lo sé. Cuando me fui en 2012 no había nada que pueda hacer mejor. Me dolió porque no velaron por la estabilidad del club.
¿Qué le sumó su paso por Perú y México para desarrollarse como jugador?
Mi primera experiencia profesional, en Alianza Lima, me ayudó mucho para potenciar aspectos físicos de la mano de la táctica. Había mucha presión. Tácticamente era más ordenado. Si bien tenía 19 años, ir a un equipo grande me sirvió y aprendí de jugadores con mucho recorrido.
Después, en México también mejoré en aspectos tácticos. En el fútbol de ese país se trabaja más lo táctico que lo físico. Tratan de copiar lo europeo. Crecí mucho en Tigres y América. Mi consolidación como futbolista empezó allí. Tuve un pico de rendimiento, que lo terminé explotando en Deportivo Quito al regreso.
¿Cómo califica su paso por Liga de Quito y Barcelona?
Creo que los primeros seis meses en Liga fueron muy buenos. El equipo peleó en la primera etapa y jugué casi todos los partidos. En la segunda etapa volvimos a estar bien, pero me rompí dos costillas en una práctica y no jugué dos meses. Ese tiempo me afectó, no podía ni entrenar. Lo único que podía hacer era soplar botellas. Como jugador, si no entrenas una semana te afecta. Imagínate uno o dos meses.
Después decidí ir a Barcelona. El primer semestre también fue positivo personalmente. Pero en el segundo nuevamente aparecieron lesiones y fue complicado estar al 100% de mi nivel.
¿Fue difícil desde lo emocional fichar por Liga?
Fue difícil. Muy duro. Siempre me acuerdo que me tomé una semana para decidir y se me venían muchas cosas a la cabeza. Al mismo tiempo recibí una propuesta de China, pero sabía que eso me podía alejar de la Selección en mitad de Eliminatorias, cuando era titular.
Pero fue difícil para mí, porque para cualquier futbolista, ir a Liga es una gran oportunidad. Como capitán del Quito, vestir la camiseta de Liga fue una mochila muy pesada, que decidí aceptar por la Selección y por mi objetivo de jugar el Mundial de Brasil 2014. También por no ser un peso para Deportivo Quito. Si me quedaba en el club la situación iba a empeorar.
¿Cómo fue la propuesta para jugar en China?
Cuando termino 2012, tenía un contrato de cinco años con el Quito y solo había cumplido uno. Allí empezaron los problemas económicos y decidí rescindir mi vínculo para no perjudicar al club. Quedé libre al final de la temporada y las ofertas concretas que tuve fueron de China (contrato por tres años) y de Liga por el mismo tiempo. Pasó más por una decisión deportiva que económica. Quería ir al Mundial.
¿Habló con alguien para tomar la decisión?
En ese momento lo llamé a Reinaldo Rueda (en ese entonces DT de la Selección), le expliqué la situación en la que estaba y él muy sincero me dijo: "Me ha pasado en otros países. Si te vas a China es muy difícil ver en qué nivel estás. Además, los viajes son largos y no llegarías bien para las Eliminatorias, y eso si es que te tomo en cuenta. Eres el único jugador de altura que tengo dentro del campo de juego. Piensa en tu futuro y en la Selección".
¿Le interesaría incursionar en la dirigencia deportiva?
He tenido el interés de estar vinculado al club. Pero es muy difícil. Evalúo varios escenarios y pienso cómo ayudar al equipo. Hicimos algo positivo con las formativas desde 2015; instauramos un proyecto que dio resultados en 2019: salieron siete chicos, de los cuales tres juegan en el primer equipo.
Ahora estoy haciendo un diplomado de gestión deportiva y también me interesa ser entrenador. No tuve ese interés hasta que llegué a Independiente del Valle. Ahí me gustó mucho la forma de trabajar, la estructura y su metodología, de la mano de Miguel Ángel Ramírez. Espero prepararme en un futuro y tener esas alternativas.
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