Lucha libre en Quito, un deporte que sobrevive de la pasión

Las luces del galpón se prenden. Entre unas cuantas sillas de plástico y una gran puerta, por la cual salen los luchadores, se encuentra el ring. Ahí, los atletas pelearán, saltarán, recibirán patadas voladoras y ofrecerán un espectáculo único.

A diferencia de otros deportes de contacto físico, “aquí hay muchas caídas y muchas llaves”, comenta Jonathan Aipuela, quien antes de practicar la lucha libre entrenó karate, boxeo y muay thai, pero se enamoró de este deporte tras ver cientos de videos en internet.

Al igual que él, todos los miembros de WAR Ecuador, una de las pocas empresas de este deporte en el país, son apasionados por la lucha libre desde niños.

Crecieron viendo la WWE y Titanes en el Ring, lanzándose a la cama de sus padres simulando que estaban en la tercera cuerda. La búsqueda por cumplir un sueño de la infancia es lo que permite que este deporte siga vivo en la capital.

Al ser un deporte de exhibición, y no olímpico o competitivo, no pueden recibir apoyo de la Concentración Deportiva de Pichincha. Por eso, la mayor parte de los gastos corre por parte de los atletas.

Los pocos ingresos que logran recaudar de los espectáculos que realizan, aproximadamente una vez al mes, en el norte de Quito, cerca al Redondel del Ciclista, sirven para cubrir el mantenimiento del ring, las luces y otros gastos.

Todos los peleadores tienen otros trabajos, ya que no pueden vivir de la lucha libre. Pero, cuando suben al ring, dejan sus profesiones atrás y se convierten en luchadores, algunos incluso abandonan sus personalidades y adoptan un personaje.

La actividad física, dentro de la lucha libre, siempre irá de la mano con un 'storyline', una trama principal. “Tienes que ver al público, ganártelo o hacer que te odien”, explica Bryan Albán, luchador de WAR Ecuador.

El público juega un papel protagónico. Sus reacciones, en el calor del momento, definen lo que pasará en el cuadrilátero.

Los movimientos de los luchadores no están coreografiados, ellos “fluyen en el ring” comenta 'El Profesional Andrew', quién lleva entrenando lucha libre casi siete años.

'Andrew' comenta que todos hacen un “sacrifico inmenso” para convertiste en luchadores profesionales. Entrenan durante años, antes de debutar en el ring, para evitar lastimar a sus compañeros o a ellos mismos.

En los entrenamientos se trabaja mucho la técnica. Sebastián Pardo, conocido en la lucha como 'Pardo', es quien los guía.

Al grito de “no hay excusas” y “ponte en actitud de lucha”, busca perfeccionar los movimientos. Además, trabaja en la estructura muscular de cada uno de los luchadores, así “podrán aguantar todo el riesgo”.

A diferencia de otros deportes de contacto, en la lucha libre se realizan enfrentamientos mixtos.

Emilia Jiménez, conocida como 'Shaylee', comenta que en Ecuador son "muy pocas las luchadoras”. Esto ha forzado a que tengan que competir de manera mixta.

Aún así, esto no ha sido un impedimento para que pueda seguir su pasión. “Hay que quitarse el chip de que es solo para hombres, tenemos que demostrar que las mujeres sí podemos”.

“Hace 10 años las mujeres solo estaban para acompañar a los luchadores, ahora también somos parte del show, somos luchadoras de verdad”.

'Shaylee', luchadora ecuatoriana.

La pasión, el trabajo y el sacrificio que realizan todos los miembros de WAR Ecuador se ve reflejado en la calidad de cada uno de los espectáculos que realizan.

“No sabía de la calidad de luchas que se pueden ver en el Ecuador. Qué chévere poder ver otro tipo de deportes en el país”, comentó Matías Gálvez, aficionado a la lucha.

Precisamente este sábado 29 de julio se realizará una cartelera de lucha libre, en el Arena WAR (Calle Gonzalo Baca y Avenida de los Granados), en Quito, desde las 17:00.

Están previstas algunas peleas: Guayaco Power vs. Último Tigre, Santa Fe vs. Stefano, Andrew vs. Cienfuegos y otras.

Los precios de las entradas son: Ringside USD 10, segunda fila USD 8 y General USD 5.

*Escrito por Emilio López, estudiante de periodismo de la Universidad San Francisco de Quito. Fotos de Francisco López