Julio Castillo: "Estuve dos años sin competir antes de pelear en Tokio"

Julio Castillo acepta que su participación en Tokio 2021 no fue la que esperaba. Él fue con la intención de ganar una medalla para el Ecuador en su tercera experiencia olímpica, pero lamentablemente se quedó en los octavos de final, en la categoría de los 91 kilogramos.

"Tenía muchas expectativas porque soy un deportista que se entrega en los entrenamientos, que hago las cosas bien para que haya resultados. Pero hubo situaciones adversas, ajenas a mí, que no me permitieron obtener lo que anhelaba", recuerda el pugilista en una entrevista con PRIMICIAS.

Castillo hace referencia a la falta de competencias previo a los Juegos Olímpicos. "Fueron dos años sin competir, desde el Mundial de Boxeo en septiembre de 2019 (en el cual fue subcampeón de peso pesado). De esta manera, el nivel se va, no permanece, solo se mantiene compitiendo".

El boxeador de 33 años explica que la falta de ritmo lo afectó en su única pelea en Tokio, en la cual perdió ante el jordano Hussein Eishaish. "Intenté hacer de todo, pero me pasó factura la 'falta de ring'. Felicito a mi rival porque él salió con todo el ánimo a ganar el combate y su estrategia fue: cansa a Julio, que no tiene ritmo y no va a saber resolver el problema".

Según Castillo, las decisiones sobre preparación y competencias son tomadas por el Ministerio del Deporte y la Federación Ecuatoriana de Boxeo. Por lo tanto también se vieron afectados sus compañeros de la delegación, los pugilistas Jean Carlos Caicedo, María José Palacios y Erika Pachito.

"Para el boxeo es claro que nos faltó más. No es que no tengamos el apoyo, sino que no es el suficiente. Necesitamos de procesos largos para llegar a medallas olímpicas y no ha sido el apoyo necesario".

Sus orígenes en la Amazonía

Después de los Juegos, Castillo volvió a su tierra natal en El Coca, provincia de Orellana. "Estas semanas he estado descansando y recargando, porque la familia es la recarga de nosotros los deportistas. Con todo lo que se vive, a veces en lo cotidiano del deporte tiendes a estresarte, a equivocarte, y tu familia es con quién tomas tus decisiones para el futuro".

Fue en esa ciudad, cuando él tenía 14 años, donde su madre, María Torres lo presentó con el entrenador cubano Cirilo López Palma para que practique deporte. "Él después me llevó al Napo, donde ya entrenaban dos tíos míos. Fui a hacer la prueba y así comenzó todo".

Al año volvió a Orellana y estuvo retirado del deporte durante tres años, trabajando y ayudando a su familia a subsistir. Sin embargo, a los 19 años volvió a boxear en el Napo e inmediatamente cosechó triunfos.

"Comencé a ganar los provinciales, después los nacionales y de ahí formé parte de la selección ecuatoriana. Fui a los Sudamericanos y entonces tuve el interés de clasificar a unos Juegos Olímpicos".

Con 20 años, intentó clasificar a los Juegos de Pekín 2008, pero no consiguió su objetivo. "A pesar de eso, me di cuenta que podía dedicarme y vivir del boxeo, y no he parado desde entonces".

Desde que tomó esta decisión, Castillo no volvió a fallar en la clasificación a unos Juegos Olímpicos y llegó a Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2021. Además, fue subcampeón en los Juegos Panamericanos en Guadalajara 2011 y Lima 2019.

Apoyo a su comunidad

Castillo trabaja junto a la Fundación Sportika, una organización que promueve el desarrollo de los atletas y sus proyectos sociales. "Tenemos un proyecto para ayudar a jóvenes en las calles en Orellana. Es un proyecto muy lindo, muy noble, y vamos a ayudar a los chicos que están enfermos, con el tema de las drogas. Son chicos con mucho potencial para el deporte".

El pugilista no quiere que la siguiente generación de deportistas vuelva a tener problemas para desarrollarse. "Que en sus entrevistas no tengan que decir, no tuve apoyo, que no tengan preocupaciones económicas, de salud o psicológicas, sino que se dediquen al deporte".

Castillo espera que instituciones públicas y privadas se unan a este objetivo. "Hay que rescatar a esta juventud. Esperamos que las empresas nos den ese empujoncito para que podamos tener el presupuesto para cumplir con nuestros requerimientos".

La lucha no para

Después de su descanso en El Coca, Castillo tiene planeado retomar los entrenamientos y trasladarse a Portoviejo, con el resto de la selección nacional. "En octubre tenemos un campeonato mundial, estamos en preparación, vamos viendo cómo nos sentimos para la competencia".

Este es el primer paso para un nuevo ciclo olímpico, con el objetivo de pelear en París 2024. "Seguimos en pie de lucha, mientras tengamos la fuerza y el apoyo de la familia, que es súper importante, vamos a seguir luchando y soñando con Juegos Olímpicos".

Castillo entiende que se ha convertido en un ejemplo para los boxeadores en el Ecuador, por lo que les asegura que continuará "hasta que el cuerpo lo permita".

"Hay más Julio Castillo para servir al país y seguir haciéndolos orgullosos, sé que confían en mí, siento sus buenas vibras, yo seguiré intentando y dando lo mejor de mí".

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