Johana Ordóñez: "Regresé a Guayas para activar la marcha en mi provincia"
La atleta, que fue parte del equipo ecuatoriano campeón en el Mundial de Marcha en Omán, espera ser un ejemplo para los niños y jóvenes en su provincia que desean integrarse a la disciplina.
Johana Ordóñez, entrenando en Guayaquil el 15 de marzo de 2022.
Ministerio del Deporte
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Johana Ordóñez recuerda que, cuando era niña, nunca fue escogida para practicar atletismo. Con curiosidad y envidia, la guayaquileña veía cómo sus compañeras tenían su propio uniforme y asistían a competencias. Ella no quiso quedarse atrás.
"Le dije a mi mamá que me ayudara a entrar al equipo y ella se comunicó con el entrenador. Al final me aceptaron y me fui integrando los lunes, miércoles y viernes, siempre puntualita con mi botella de agua", explica Ordóñez en una charla con PRIMICIAS.
Para la marchista de 34 años es importante resaltar que ella no comenzó en el deporte por un talento nato, sino por su perseverancia y disciplina.
Rápidamente, Ordóñez se impuso ante sus compañeras y destacó en las competencias. Empezó corriendo, pero su entrenador también le enseñó a marchar, por lo que alternaba entre estas dos disciplinas.
"Mi primera competencia fue a los 11 años. Gané los 2.000 metros marcha en los interescolares y desde ese momento me emocioné mucho por esta disciplina".
Tras esta experiencia, Ordóñez fue imparable en Guayas, pero la seguían derrotando sus rivales azuayas. Por esta razón, la atleta decidió, a los 12 años, irse a vivir en Cuenca y ser alumna de Luis Chocho en su famosa escuela de marcha.
Estuvo durante años lejos de sus papás. Vivía en la casa de su tía abuela. Así, la joven marchista sorprendió a la Federación Deportiva de Azuay (FedeAzuay), por lo que sus entrenadores le pidieron que, si quería seguir preparándose en Cuenca, debía representar a la provincia.
Ordóñez aceptó y representó a Azuay durante casi 20 años, los cuales estuvieron llenos de éxitos y medallas internacionales.
Un rápido ascenso
Bajo los entrenamientos de Luis y Juan Chocho, Ordóñez creció y se convirtió en una de las mejores marchistas del país. En 2007 ganó campeonatos nacionales en Cuenca, Guayaquil y Portoviejo.
Un año después, consiguió su clasificación a los Juegos Olímpicos de Pekín, uno de los mayores logros de su vida. "Fue un sueño cumplido, algo a lo que todos los deportistas queremos llegar". Terminó en el puesto 35 en los 20 kilómetros.
En 2009, Ordóñez ganó dos medallas de oro internacionales, la primera en el Campeonato Sudamericano en Lima (Perú) y la segunda en los Juegos Bolivarianos en Sucre (Bolivia).
De 2011 a 2015, la atleta se retiró temporalmente del deporte por el nacimiento de sus dos hijas, Tiffany y Briana. Durante esos cuatro años, vivió en Estados Unidos, donde trabajaba su esposo.
"En ese entonces el apoyo económico no era rentable para una mujer con hijas, tenía que velar primero por ellas y después por el deporte. Pero nunca dejé de pensar en la marcha".
De vuelta a las pistas
En noviembre de 2015, Ordóñez regresó a Cuenca. "Fui donde Luis Chocho y me preguntó si quería retornar a los entrenamientos. Yo por dentro estaba esperando ese momento, tenía todas las ganas de volver a marchar", recuerda entusiasmada.
Al día siguiente, la guayaquileña fue a entrenar en el Parque de la Madre, pero los cuatro años de parón le causaron dificultades. "Estuve con dolores musculares durante un mes entero, todo el cuerpo me dolía. Además, había perdido el ritmo, hasta los infantiles me ganaban".
Poco a poco la atleta recuperó su forma y se comenzó a interesar en distancias más largas, desde los 35 hasta los 50 kilómetros.
Para Ordóñez, la competencia más importante de su vida llegó en 2019, en los Juegos Panamericanos de Lima. La guayaquileña ganó la medalla de oro en los 50 kilómetros.
"Esa prueba estuvo llena de sentimientos. Recuerdo que en los últimos 100 metros agarré la bandera del Ecuador y, justo antes de llegar a la meta, lloré de felicidad. Fue un evento que marcó mi vida".
Además, rompió el récord nacional y panamericano, con un tiempo de cuatro horas, 11 minutos y 12 segundos.
El retorno a Guayas
En 2022, Ordóñez volvió a competir para la provincia que la vio nacer. "Regresé a FedeGuayas porque esta es mi casa y siento la necesidad de motivar a los niños guayaquileños".
La atleta siente que "no hay marcha en Guayas" y que es el momento idóneo para activarla. "Los marchistas debemos ser inspiración. Que los chicos y chicas nos vean dando vueltas y sepan que existe esta disciplina atlética".
Además de entrenar en Guayaquil, Ordóñez se prepara durante algunas semanas en España, ya que su entrenador, Francisco Fernández, vive ahí. El español, también conocido como 'Paquillo', fue unos de los principales rivales del cuencano Jefferson Pérez durante su carrera.
En cuanto al apoyo financiero, la atleta dice sentirse bien con lo recibido por parte de las instituciones públicas, aunque hay ciertos defectos en la preparación hacia las competencias.
"Nos hacen falta campamentos. No solo debemos asistir a las competencias oficiales, sino también a eventos pequeños que nos pueden ayudar en nuestra preparación".
Órdoñez también recibe ingresos por parte de empresas privadas, pero espera que el apoyo siga creciendo para solventar ciertos detalles. "A mi me encantaría traer a mi entrenador durante las semanas que paso en Ecuador, pero me limitan los recursos económicos".
Mundial de Marcha y París 2024
El 5 de marzo de 2022, el equipo femenino ecuatoriano se consagró campeón en los 35 kilómetros del Mundial de Marcha, en Omán. Fue una actuación histórica, las cinco marchistas 'tricolores' se ubicaron entre las diez primeras.
El equipo estuvo conformado por Glenda Morejón, quien fue la campeona de la prueba, Paola Pérez (quinto lugar), Magaly Bonilla (sexta), Karla Jaramillo (séptima) y Johana Ordóñez (novena).
"La carrera fue muy fuerte por el clima y el recorrido. Fue uno de los eventos mundiales más duros que he vivido, pero hicimos una muy buena preparación", recuerda Ordóñez.
Para la atleta, es importante que las instituciones deportivas sepan gestionar a esta generación dorada de marchistas. "Hay un nivel muy alto en las mujeres, nunca había pasado, por lo que debemos cuidar a las deportistas para las próximas competencias".
La guayaquileña ha decidido dejar los 50 kilómetros y concentrarse en los 35. Tomó esta decisión pensando en su clasificación a los Juegos Olímpicos de París 2024.
"La transición a esta distancia ha sido difícil. Los entrenamientos son más rápidos y me he estado preparando en competencias más cortas, de cinco y 10 kilómetros, para aumentar mi velocidad. Era un cambio necesario y me tengo que adaptar".
Este 2022 será un año lleno de desafíos para la marcha ecuatoriana. Entre los eventos principales están los Juegos Bolivarianos (en junio), el Mundial de Atletismo (en julio) y los Juegos Sudamericanos (en octubre).
"A largo plazo, estamos concentrados en llegar a París 2024. Mientras tanto, quisiera buscar apoyo financiero para armar un proyecto de marcha en Guayaquil. Motivar a los niños es uno de los mayores objetivos que tengo", concluye la campeona panamericana.
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