La pelea chimichurri que avergüenza al fútbol... y al boxeo
Los dirigentes del equipo amarillo como el Sol ya saben cómo resolver los problemas que ellos mismos crearon: a puñete limpio, pero chimichurri.
La pelea entre el presidente de Barcelona SC, Antonio Alvarez, y el hermano del ministro del Deporte, Andrés Guschmer, Jorge, se viralizó este 26 de marzo de 2024.
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Damas y caballeros, en esta pelea se van a resolver de una vez y para siempre todos los problemas del equipo amarillo como el Sol. No será una pelea chimichurri, sino que será a muerte, porque solo la sangre puede lavar el honor mancillado. ¡Qué moderno! ¡Qué civilizado!
En esta esquina, amarilla obviamente, con pantaloncillos ciudadanos y revolucionarios, aunque lo niegue, está el.... ¡No-dirigenteee...! Ya está calentando con su inconfundible movimiento de aquí-les-pego.
Y en la otra esquina, no sabemos si azul eléctrico o morado a-de-ene, depende del cristal, está el... ¡Hermano del Ministrooo...! Queríamos que el propio Ministro subiera al ring, pero estaba muy ocupado buscando fondos para el plan de alto rendimiento.
Los contrincantes se acercan al centro. El No-dirigente resopla como un embanderillado toro de lidia mientras que el Hermano está sereno. Pero no se engañen, damas y caballeros, por el interior alberga mucho poder. Dicen que su corazón está lleno de una profunda aversión anti-amarilla, como si concentrara la maldición de Makanaky y las vitrinas reservadas para las copas internacionales.
Pero el No-dirigente tiene lo suyo. Lo impulsan la vuelta olímpica en el estadio de la luz apagada, la setentera bendición del padre vasco en La Plata, el revitalizante olor a caramelo y el irrefutable lema "ustedes nunca serán ídolos".
Por fin, los contrincantes dejan de lanzarse insultos y comienzan a pelear. No. En realidad, están saltando. Se acercan, se dicen algo, y luego se alejan. El No-dirigente le dice al Hermano que su odio está destruyendo al equipo más importante del país. El Hermano le responde que nunca ha hecho nada en contra de LDU. Los dos gritan.
Por fin van a intercambiar golpes. No. Hubo un amague. Pero siguen sin apenas tocarse. Siguen bailando. Esto parece ballet. Y así se pasa el video de TikTok, la medida de tiempo de la vida en la actualidad.
Y se separan. El No-dirigente y el Hermano se montan en sus carros y se marchan. ¡Qué vergüenza, damas y caballeros! Pero no nos sorprendamos. Un fútbol chimichurri solo puede merecer una pelea de boxeo chimichurri.
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