Todos los caminos de la Tricolor llevan hacia Zubeldía y no hacia Almada
El entrenador Luis Zubeldía es el preferido de la Ecuafútbol, algo que deprime a los adoradores de Guillermo Almada.
El DT Luis Zubeldía en Sao Paulo, el 10 de julio de 2024.
@SaoPauloFC
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A estas alturas, parece que Luis Zubeldía será el entrenador de la Selección de Ecuador. Si todo sale según lo proyectado y no aparecen palos en las ruedas en este camino ahora expedito, el 'Príncipe' estará al frente de la Tricolor en el reinicio de las eliminatorias.
Esto romperá en pedacitos el corazón de los almadistas, sobre todo en Guayaquil. Pero la verdad es que el uruguayo Guillermo Almada nunca estuvo en los planes de los dirigentes.
Y eso puede parecer extraño a simple vista, porque Almada siempre ha querido ser entrenador de Ecuador y suele incluir en los contratos con los clubes cláusulas de salida por si se presenta la oportunidad. Es como esos intensos pretendientes que no dejan de mirar el Instagram de su pretendida, a ver cuánto termina con el novio.
Pero no, su carpeta ni siquiera aparece en el último lugar del cajón de los postulantes. No está, simplemente. Si lo de Zubeldía se cae, no se llamará a Almada. Esto se debe a que los regalones no suelen caer bien. Lo mismo les pasa a los entrenadores ecuatorianos que públicamente acaban de pedir el banquillo: si te ofreces delante de las cámaras, no eres tú.
Los dirigentes de la Ecuafútbol buscan una personalidad como la de Zubeldía, que rompa con la (aparente) frialdad del míster Félix Sánchez Bas y que asuma de inmediato el control. Ya sabemos que el problema del español era de conexión, de afinidad, de comunicación.
El 'Príncipe' es lo opuesto y calzará muy bien con los objetivos de la FEF. Aunque eso mismo, su temperamento, quizás también cause un problema más adelante: imaginen cómo serán sus ruedas de prensa, sobre todo cuando pierda. ¡Huy!
Pero se dirá que Almada es igual de temperamental. Pues no. Zubeldía tiene dos ítems que lo distancian del uruguayo: está en un momento profesional sustancioso, con éxito reciente en Ecuador. Y, pese a que se apasiona y a veces raya en la grosería, tampoco le escupe a nadie.
Se verá si, finalmente, Zubeldía es el elegido. Y, almadistas, mejor vayan por un kleenex.
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