Kaviedes, más cerca de Garrincha que de Pelé
Hay deseos de moralizar con la figura del exdelantero de la Tricolor, de ponerlo como un ejemplo perverso del mal camino.
Kaviedes es nuevo jugador de Aviced FC, equipo se Segunda Categoría del fútbol ecuatoriano.
Tomado de Manabí Noticias
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Las últimas noticias sobre Jaime Iván Kaviedes han puesto al mundo del fútbol, y en especial a los cazadores de chismes y desventuras ajenas, en alerta. Literalmente, temen lo peor porque este exjugador, reverenciado por su antiguo talento, desde que se retiró parece empeñado en seguir su espiral descendente hacia el infierno.
Pero, ¿qué tan mal está realmente Kaviedes? Muy a su pesar, el exdelantero no ha evitado que el mito de su situación (de salud y de finanzas) se haya convertido en un consolidado aforismo. Es decir, casi todos dan por hecho que el mundialista es un auténtico desastre y que se convertirá en el Garrincha de Ecuador.
Garrincha y Pelé, como todos saben, fueron cracks inconmensurables que coincidieron en la selección brasileña de 1962 y bebieron de la gloria. El tiempo pasó y Pelé, tras su retiro, se convirtió en un exitoso empresario y se codeó con la élite hasta su fallecimiento.
Garrincha, en cambio, murió en la extrema pobreza por su mala cabeza con el dinero, la fama y las relaciones. Kaviedes ha elegido ser Garrincha y no Pelé, es la percepción.
La gente, en efecto, se imagina a un 'Nine' desaliñado y de ojos desorbitados que extiende la mano en alguna esquina. Se lo pinta como un indigente. Al menos, eso deduce la gente por la historia que contó Rorys Aragón sobre la fuga de Jaime Iván de la clínica de rehabilitación.
Y se agrava por lo que agregó Iván Hurtado: "Kaviedes no quiere dejarse ayudar".
Por eso, la hinchada se imagina que el 'Nine', tras escapar de la clínica, seguramente por la ventana y en pijama (para seguir ficcionando), corrió hacia la licorería más cercana para comprar Pájaro Azul y acabar en algún callejón, bebiendo desaforadamente de una botella oculta en una funda de papel.
No fue así, por supuesto. Pero el silencio de Kaviedes alimenta este aforismo. En realidad, el jugador se mantiene con perfil bajo debido a que, de todos modos, sí tiene problemas de dinero y es buscado por acreedores.
Quizás el problema no es Kaviedes, sino la imagen que queremos proyectar de él. Hay deseos de moralizar con su figura. Tengo la impresión de que muchas personas quieren que este exjugador realmente se hunda sin remedio para señalarlo como un ejemplo perverso.
Otros, por fortuna, también desean ayudarlo de corazón. El dolor colectivo que produce el héroe caído puede mover a algunas voluntades para evitar que Kaviedes sea, definitivamente, irrecuperable.
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