Galíndez, ¿cortina de humo que oculta el desastre del míster en la Tricolor?
El desproporcionado cargamontón de los "históricos" contra Galíndez solo sirve para desviarnos del verdadero y urgente debate sobre la Tricolor.
El arquero Hernán Galíndez, en un partido con Ecuador, el 2 de septiembre de 2022.
@HernanGali12
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En lugar de estar debatiendo sobre el poco auspicioso momento de la Tricolor, de repente nos hemos puesto muy patrióticos. Todo por culpa de Antonio Valencia y un puñado de sus obtusos amigos, que en coro han criticado que Hernán Galíndez, un nacionalizado, haya sido el capitán de Ecuador en el horrible partido con Argentina.
Valencia y el sindicalista Carlos Tenorio siempre han sido contrarios a los nacionalizados en la Selección. Nunca han ocultado su posición al respecto. Pero, sorprendentemente, ahora están caminado por el filoso borde de la xenofobia. Tenorio hasta habla de que debe ser ley que un nativo sea el capitán y no un extranjero. Sí: ¡ley!
Primero, es un poco tarde para quejarse de que Galíndez haya sido capitán el 9 de junio, porque ya tuvo la cinta ¡hace tres años! En 2021, el arquero fue el capitán en un amistoso con México en Estados Unidos. En esa ocasión, nadie dijo nada. Es un poco sospechoso que este ultranacionalismo brote de este modo tan extemporáneo.
Luego, Galíndez no es el capitán titular. Asumió la responsabilidad porque Enner Valencia y Alexander Domínguez no iban a jugar. Viendo la disparatada nómina de Ecuador, Galíndez era la elección lógica por liderazgo y trayectoria para ser capitán de cancha. No era para sorprenderse que el mismo Enner le encargara la cinta.
Luego, parece que Antonio Valencia y acólitos como Franklin Salas o Jefferson Montero confunden el Ejército con la Tricolor. Es la misma gente que cree, perniciosamente, que la camiseta tiene el rango de bandera patria. Y no es así.
Por supuesto, un seleccionado representa a la nación y los deportistas son, como se dice, embajadores. Hay un grado de simbolismo atado a la pasión del fútbol. Cuando la Tricolor gana, todos (o casi todos) nos sentimos un poco ganadores. Y, por eso, les exigimos compostura y dignidad. No les perdonamos que se vayan de farra, por ejemplo.
Pero hasta ahí nomás. El país no será ni mejor ni peor por un triunfo o una derrota. La República no está en peligro porque el equipo sea derrotado y la dignidad nacional no se mancillará si a un nacionalizado le tocó ser capitán. No es para tanto.
Este desproporcionado cargamontón de los "históricos" solo sirve para desviarnos del verdadero y urgente debate sobre la Tricolor. ¿El equipo está bien gestionado? ¿Realmente el míster Félix Sánchez Bas arma la lista de convocados con justicia? ¿Ecuador desperdicia el talento de sus jugadores en un esquema ultradefensivo?
Esas son las preguntas que se deben responder. Lo de Galíndez es solamente un debate bizantino.
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