Gonzalo Escobar quiere meterse entre los mejores del ranking ATP de dobles

Antes del Australian Open, el tenista ecuatoriano Gonzalo Escobar se encuentra disputando el ATP 250 de Melbourne, desde este domingo 31 de enero, como parte de su preparación para el Grand Slam.

El mantense se levanta otro día más en Melbourne, Australia, sometiéndose a una prueba PCR para descartar la presencia de Covid-19. La organización del torneo decidió hacer exámenes todos los días a los tenistas y sus colaboradores, para así evitar posibles contagios.

El tenista de 32 años calcula que ya son más de 45 test los que se ha hecho desde que empezó la pandemia. Incluso, en agosto pasado, dio positivo por Covid-19, antes de jugar un torneo amistoso en Ballenita, Santa Elena.

Según le contó Escobar a PRIMICIAS, los protocolos de bioseguridad en Melbourne son estrictos. "Duros pero necesarios". Esto, mucho más después de que tres personas dieran positivo en uno de los 17 vuelos que trasladaron tenistas hacia Australia.

Todos tuvieron que guardar una cuarentena de 15 días. Los deportistas que pudieron haber tenido contacto con los contagiados, no podían salir de la habitación. Los otros, en cambio, solo podían salir cinco horas diarias para entrenar y comer, como es el caso de Escobar.

"Nosotros salíamos cinco horas al día. Entrenamos dos en cancha y después tenemos tiempo para ir al gimnasio y a comer. La infraestructura que armaron es impresionante. Hay baños y zonas de desinfección para cada cancha. Yo he visto 60 personas a cargo de la bioseguridad", cuenta el ecuatoriano.

Para Escobar "no es real" lo que pasa en Melbourne, por todos los cuidados que se han desplegado. Sin embargo, para él y su compañero, el uruguayo Ariel Behar, es especial y positivo estar en el cuadro principal del primer Grand Slam de la temporada.

"Este torneo tranquilamente no se pudo haber jugado. Lo hacen por el tenis de Australia y por los jugadores", explicó Escobar y agregó que son eventos que, al mover mucha cantidad de dinero y al ser solo cuatro torneos Grand Slam al año, se los debe aprovechar.

Las tres últimas semanas de Gonzalo Escobar han sido intensas. El 13 de enero, después de ganar en Delray Beach (Florida), el ecuatoriano inmediatamente se trasladó a Melbourne. Con escalas incluidas, el viaje duró unas 35 horas hasta que llegó al hotel en la capital australiana.

Ya en Melbourne, Escobar descansó los primeros tres días. "Netflix, Uber Eats y asimilar lo que había conseguido". No hubo ninguna rutina. A partir del cuarto día, ya en cancha tuvo movilidad y uno de los objetivos pasó por aclimatarse.

"Acá (en Melbourne) lo asimilé y puse en perspectiva lo que tanto soñaba desde hace dos años que empecé a jugar dobles. Siempre quise momentos así. Esto hace que me sienta confiado y motivado", comentó el tenista.

Escobar cree que una de las claves para ganar el torneo en Estados Unidos fue tener constancia mental y nunca sentirse inferior a sus rivales.

El ecuatoriano reconoció que, cuando jugaba singles, no le daba tanta importancia al aspecto psicológico. Desde este año, ese tema se ha tornado clave en su preparación.

"Hoy en día se pueden marcar diferencias si estás bien preparado mentalmente y logras sostener eso. Creo que es más importante que lo físico o lo técnico, que con el paso de los años, ya no lo puedes perfeccionar tanto".

Gonzalo Escobar y Ariel Behar trabajaron con un psicólogo deportivo en la semana en la que consiguieron el título en el ATP 250 de Delray Beach, que fue el primero para el tenista ecuatoriano.

Para Gonzalo Escobar, los objetivos de la temporada son lograr consistencia y regularidad en su juego y que eso le permita seguir subiendo en el ranking de dobles. Actualmente se encuentra en el puesto 65, el mejor de su carrera en la historia.

"Ahora tengo más ganas de jugar que cuando tenía 25 o 26. Tengo que estar al máximo de mi nivel y ponerme metas más exigentes. Sé que todavía puedo avanzar más en el ranking", aseguró.

Después de competir en el Australian Open, Escobar regresará a Sudamérica para jugar en Córdoba y Buenos Aires (Argentina) y Santiago (Chile).

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