El Flamengo de Nayón, un equipo con 33 años de tradición
La fiebre del fútbol se siente en Ecuador y la parroquia de Nayón no es la excepción. Desde hace más de 30 años se organiza un campeonato donde participan familias y varias generaciones. Uno de estos equipos es el Flamengo, fundado por un grupo de amigos.
La plantilla del Flamengo de Nayón, en el partido por la Liga Parroquial de Nayón.
Cortesía
Autor:
Actualizada:
Compartir:
Afuera del estadio San Pedro del Valle, a cinco minutos del centro de Nayón, nororiente de Quito, vendedores de comida promocionan sus productos y las familias de los jugadores esperan impacientes el partido.
Minutos antes de las 12:00 se observa el uniforme de rayas rojas con negro. Los primeros jugadores empiezan a llegar, algunos conducen y otros llegan en autos que cobran USD 2,50 desde el centro de la parroquia hasta el estadio.
El Flamengo o El Clube de Regatas do Flamengo es un club brasileño de Río de Janeiro, uno de los más populares del mundo y es finalista de la Copa Libertadores 2022. Busca su tercer título del torneo más importante de Sudamérica.
En cambio, el Flamengo de Nayón nació de un grupo de amigos en los años 80 y lleva 33 años participando en la Liga Parroquial de Nayón.
El equipo no jugó durante dos años. Los campeonatos parroquiales se suspendieron a causa de la pandemia. “Las ligas han quedado con un 40% menos de equipos”, cuenta Ramiro Calderón, presidente de la Liga Ciudad de Quito y directivo de la Unión de Ligas.
En la segunda cancha del estadio de San Pedro se juega la tercera fecha de la segunda etapa del campeonato. Los hinchas pagan USD 1,00 la entrada y los jugadores empiezan a llenar los alrededores con sus familias.
“El Flamengo se fundó en una esquina donde nos encontrábamos con los muchachos y tuvimos la idea de formar el equipo para hacer algo productivo por el deporte y por el grupo”, cuenta Patricio Pillajo, uno de los fundadores, mientras se ríe con sus amigos de antaño.
El equipo tiene casi 33 años y empezó con la participación de niños de 13 a 14 años. Patricio, o 'Pato' como lo conocen sus amigos, era el mayor del grupo, con 18 años.
'Pato' llega junto a su esposa Lorena, sus hijos Cristian y Andrea, y su yerno Andrés. La familiaridad es imposible de ignorar cuando saluda con el resto de su equipo, amigos de años que han incluido a sus familiares y vecinos en el club de sus amores.
Uno de ellos es Demetrio Lamiña, quien ahora es director técnico del Flamengo. “Se trata de que el equipo no desaparezca y siga activo, por eso traemos a nuestros familiares, hijos, vecinos, amigos para que nos colaboren en el campeonato”, explica el entrenador, conocido como 'Oso'.
Esta tercera fecha enfrenta al Flamengo y al equipo Adhmys. Demetrio se prepara con sus jugadores y la tensión sube entre el público que se sienta alrededor de la cancha.
“Hemos participado siempre en el campeonato de Liga y en una ocasión conseguimos el vicecampeonato en la categoría senior”, recuerda el DT.
Los 11 jugadores se ubican en sus posiciones y tienen un cambio en la banca, el hijo de uno de los fundadores, Cristian Pillajo.
Cuando era pequeño no sentía la misma emoción que su padre, pero le acompañaba a sus partidos. Ahora, a sus 18 años, es parte del Flamengo.
“Juego por mí y por mi padre, para que se sienta orgulloso”, reconoce Cristian, o 'mini Pato' como le llaman los amigos de su papá.
Para los fundadores, es importante que se mantenga la tradición, por lo que uno de ellos fue quien convenció a Cristian de jugar por los beneficios que podría aportar al equipo.
“Se cumplió el anhelo mío y el gusto de verle jugar”, explica Patricio, mientras ve a su hijo con el uniforme de su equipo.
Este no es el único familiar de Patricio en la cancha. El novio de su hija, Andrés Campués, también está puesto el uniforme y se ha ganado un lugar gracias a esta tradición.
El partido comenzó con un gol de Adhmys, pero pocos minutos después el Flamengo empató.
Durante el partido se escuchaban gritos de emoción, frases como “ábrete mijo”, “ vamos Don Naza”, “Darshan patea”. Vecinos y amigos llegaban a la cancha a gritar los cinco goles que su equipo hizo en el primer tiempo que terminó con un resultado de 5-2.
Cuando empezó el segundo tiempo , el cielo se tornó gris y los truenos acompañaron los gritos del público. Esto no fue un impedimento para continuar el partido y, con la tierra mojada, Cristian se puso en su posición de mediocampista.
Al final se escucharon algunas quejas porque Adhmys dio vuelta al marcador y ganó 5-6. Se trata de una de las pocas derrotas que ha tenido el Flamengo en el campeonato.
Sin embargo, los jugadores se repusieron rápidamente y junto a sus familias salieron del estadio en medio de risas y frases de aliento.
“Los futbolistas nuevos están conociéndose con los antiguos”, explica Demetrio, por lo que aún están construyendo un equipo base. A pesar de esta derrota, Flamengo tiene una ventaja de goles significativa frente a los otros equipos.
El Flamengo de Nayón empezó como un grupo de amigos, pero se ha mantenido gracias a una tradición donde los padres pueden ver a sus hijos jugar con el mismo uniforme que ellos defendían años atrás.
*Escrito por Daniela Salomé Saltos, estudiante de periodismo de la Universidad San Francisco de Quito.
También le puede interesar:
La Hazaña de La Plata: la histórica victoria de Barcelona sobre Estudiantes
En 1971, Barcelona obtuvo un histórico triunfo en La Plata. 52 años después, el 'Ídolo' vuelve a visitar a Estudiantes.
10.000 Policías serán asignados para la final de la Libertadores
A nueve días de la final única de la Libertadores 2022, autoridades detallaron el plan de seguridad que se ejecutará en Guayaquil y sus alrededores.
Anécdotas de la Copa Libertadores de la B a la Z: Bondad
El mundo del fútbol pudo haber consagrado la noche del 6 de octubre de 1985 como una de las primeras muestras sinceras del 'fair play'.
Compartir: