La tenista ecuatoriana Elisa Dávalos cumple su sueño en Estados Unidos

Para Elisa Dávalos, su abuelo fue el principal responsable de su afición por el tenis. Él le enseñó a jugar y, además, le regaló su primera raqueta.

Pasaban mañanas enteras practicando en el Quito Tenis y Golf Club. Para Elisa ya era como su segunda casa. "Desde el principio me encantó y empecé a jugar con mis amigas", recuerda.

Para ese entonces lo tomaban como un hobby. No había competitividad. Se divertían en la cancha. Elisa ya exhibía su raqueta marca Babolat. La llevaba a todos lados.

Pero con el transcurso de los meses, la quiteña se dio cuenta de que el tenis significaba algo más. Ya no le bastaba con 'pelotear' con sus amigas. Quería competir.

Y fue así como a los 10 años pasó a entrenar en la academia LB tenis, ubicada en Cumbayá. Cuenta que el nivel era exigente y eso le satisfacía aún más.

"Mis amigas dejaron poco a poco el tenis, por el nivel que había. Yo fui la única que quedé", afirma Dávalos en una entrevista con PRIMICIAS.

Su primer entrenador en la academia fue Nicolás Lalama, a quien lo recuerda con cariño. Fue su primera guía en la carrera tenística.

Mientras que durante su etapa junior tuvo al coach venezolano José Parra. "Él me hizo creer en mis condiciones y me motivó. Eso me ayudó muchísimo".

Entrenar en LB fue una de las mejores decisiones que tomó. Su nivel creció de forma sostenida. El ritmo y la intensidad la ayudaron a competir. Y también a ganar.

Dávalos ya era tomada en cuenta para disputar provinciales y nacionales. Y a los 13 años tuvo su primera experiencia en el extranjero. Fue parte de la selección ecuatoriana que viajó hasta Bolivia para participar en los Sudamericanos Sub 14.

La nómina, además de Dávalos, estuvo conformada por Mario Cazares, Estéfano Montoya, Isabela Barona, Ariana Castellano y Álvaro Guillén, ahora parte del equipo ecuatoriano que jugará la Copa Davis ante Grecia.

Elisa recuerda que ese viaje la marcó. Allí reafirmó que el tenis era parte de su vida. Y de que iba por buen camino. Más allá de que Ecuador no clasificó a la fase final, la experiencia de representar a su país en el extranjero fue "increíble".

"El nivel fue durísimo. Me acuerdo de que antes del primer partido estaba tan nerviosa, que en el calentamiento me caí", comenta entre risas.

Resignó el profesionalismo por los estudios

A los 16 años, la tenista tuvo la posibilidad de dejar el colegio para dedicarse 100% al tenis y apuntar al profesionalismo.

Pero no lo hizo, porque consideró a los estudios una clave para su futuro más allá del deporte. Y ahí cambiaron sus planes.

Cuando se graduó del colegio, aplicó a una beca deportiva en Providence College, una de las universidades privadas más importantes del estado de Rhode Island. Y la consiguió.

Actualmente, estudia economía y finanzas y paralelamente juega en el equipo femenino de la universidad. Dice que por ahora ha alcanzado sus metas, aunque quiere más: ser la capitana de su equipo y entrar al top 100 del ranking individual de universidades de Estados Unidos.

Además, afirma que la exigencia en el equipo de la universidad es grande y se "siente mucha más presión", ya que si una pierde, le quitan un punto al equipo.

Una lesión la dejó afuera de los Bolivarianos

El momento más duro de su carrera fue en 2020, cuando estuvo convocada para el clasificatorio de los Juegos Bolivarianos.

Pero unos meses antes le salió un quiste en la mano derecha, por lo que la operaron y estuvo seis meses inactiva. Fue una época difícil, porque más allá de la lesión, llegó la pandemia. Estuvo con yeso y no tenía movilidad.

Poco a poco regresó a los entrenamientos, hasta que viajó a Estados Unidos para empezar con sus estudios.

Hoy por hoy, Elisa Dávalos se siente contenta por la carrera que ha desempeñado. Ha sacrificado tiempo con amigos y familia. Pero las recompensas no se demoraron en llegar.

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