Kendry Páez, el chico que resignaba sus recreos para convertirse en estrella
El mediocampista ecuatoriano reconoció su talento y persiguió su sueño de la mano de sus padres. Con apenas 16 años, se alista para seguir brillando con la Selección.
Kendry Páez festeja su gol ante Bolivia, en La Paz, el 12 de octubre de 2023.
FEF
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El fútbol era su obsesión. Lo tenía claro. Y para llegar al objetivo resignó de niño lo que para otros de su edad hubiese sido innegociable: sus recreos en la escuela. Aquel sacrifico le permitió despejar sus tardes para llegar a los entrenamientos y labrar el inicio de una carrera que ahora sorprende al mundo.
A sus 16 años, Kendry Páez se alista para otra convocatoria con la selección ecuatoriana que lo respalda como lo que es, una estrella que debe brillar.
En la Isla Trinitaria de Guayaquil creció un chico "inquieto" —como muchos de su edad— que refuta la hipótesis de que los número '10' se están extinguiendo. Sus regates desvergonzados, esa zurda milimétrica y los récords que continúa rompiendo son argumentos suficientes.
Y aunque ya todos son testigos del talento, el recorrido no fue sencillo. "Desde chiquito, nunca hubo otra cosa en la vida de Kendry aparte del fútbol", comenta su madre Jessica Andrade, en una charla con PRIMICIAS.
Nadie conoce mejor que ella cada esfuerzo de la naciente superestrella ecuatoriana. "Desde los cinco años comenzó a jugar. Él era diferente a todos", afirma con convicción. Y sí que era diferente, incluso en la escuela.
"Todo lo veía como una pelota de fútbol. Una vez me llamó una profesora y me dijo que hasta el borrador lo cogía como balón", recuerda su madre entre risas.
"A pesar de ser muy niño, sabía que debía hacer sus tareas. No salía al recreo para completarlas y poder entrenar en las tardes", añade Jessica, orgullosa del chico que se graduará del colegio de Independiente del Valle —su club actual— en febrero de 2024.
Su ascenso y evolución han sido imparables. Quizá sobre los hombros de cualquier otro adolescente hubiese pesado muchísimo, pero en él, no.
Fue vendido al Chelsea de Inglaterra por USD 22 millones, es titular con los 'rayados del Valle' y es la nueva figura de la selección ecuatoriana. Además, es el futbolista más joven en anotar en toda la historia de las Eliminatorias.
"Le va muy bien, cuando se propone algo lo cumple, está enfocado también en aprender inglés", comenta su madre.
"Debe tener claro el joven en el que se ha convertido. Es un referente para los niños y para todas las personas. Todos lo admiran. Lo seguiré apoyando hasta donde me permita la vida".
Jessica Andrade, mamá de Kendry Páez
Su camino hasta Independiente del Valle
Después de vestir la camiseta naranja de la Academia Alfaro Moreno y luego pasar a las formativas de Barcelona SC, hubo complicaciones que pudieron afectar su continuidad deportiva.
"Cuando estaba en Barcelona SC fue mi separación con su padre, por mi trabajo no podía llevarlo a entrenar hasta el lugar", revela Jessica, quien recuerda también que en ese lapso lo llamaban como refuerzo a diferentes clubes y partidos.
Sin embargo, su madre buscó alternativas que le permitieran seguir desarrollándose y entonces apareció el Club Sport Patria. "Mi mamá me ayudaba a llevarlo a los entrenamientos. Allí recibí el apoyo de varias personas".
Una vez en el equipo guayasense, le tocó un duelo amistoso ante Liga de Quito. Ese mismo día acudió también a otro frente a Independiente del Valle. Y entonces todo cambió.
"Desde ahí lo contactaron, lo siguieron. No pasó ni una semana y ya era de Independiente. Llegó allí cumpliendo 11 años de edad".
Tras afianzarse con los de Sangolquí y destacar en formativas, especialmente en aquella Copa Mitad del Mundo, el talento de Kendry atrajo a los mejores de Europa, entusiasmados por ficharlo.
"El Manchester United también preguntó por él. El Borussia Dortmund también, mantuvimos mucho contacto con ellos también. Pero al final se decidió por el Chelsea".
Jessica Andrade, mamá de Kendry Páez
El resto es historia. No solo que se está formando como persona, sino también como profesional. La mirada de todos recae sobre él por la más mínima acción que protagonice, ya sea por driblar al arquero en un partido de Eliminatorias, dar una corta entrevista o grabar un reto viral de TikTok.
Mientras tanto, él solo sueña con jugar a la pelota e intentar llevar a Ecuador a un nuevo Mundial de fútbol.
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