Yuber Mosquera jugó con René Higuita y sueña con el título en Católica
Es licenciado en cultura física, ha realizado estudios en nutrición y tiene tres semestres en matemáticas.
Yuber Mosquera en un entrenamiento de Universidad Católica, en el Complejo de la Armenia, el 25 de abril de 2023.
Armando Prado
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Yuber Mosquera no se siente un referente de Universidad Católica pese a las seis temporadas que lleva en el 'Trencito azul'. "Lo que siento es gratitud por la institución y por los compañeros. Adoro estar aquí".
Es uno de los jugadores que más temprano llega al complejo de La Armenia, a las 07:30. Está listo para las prácticas y se queda luego en el gimnasio. Retorna a su hogar, a las 13:00.
Desde que llegó al país en 2018, acumula 165 partidos con la camiseta de Universidad Católica. Ha disputado el campeonato nacional, Copa Ecuador, Copa Libertadores y Copa Sudamericana.
"Me siento uno más del grupo, no soy indispensable. Del club he recibido valores que me han permitido un crecimiento personal".
Yuber Mosquera, jugador de Universidad Católica.
Tiene 38 años y junto con el capitán, Facundo Martínez, son los jugadores de mayor edad en el plantel. Comparte camerino con futbolistas que viven su tercer o cuarto año en primera división.
Jamás les niega un consejo. Al contrario, brinda su ayuda en la cancha o fuera de ella. "Tenemos mucho compañerismo. Quizá lo que uno transmite es bien recibido por el resto".
Yuber Mosquera comenzó a jugar fútbol cuando tenía seis años, en el barrio. Luego fue a una escuela en Bello, que es un municipio en el Valle de Aburrá, en el departamento de Antioquia.
Siguió todo el proceso formativo en Bello Fútbol Club y luego en Rionegro, donde fue compañero del 'Loco' René Higuita.
Mientras jugaba en esos equipos, estudió una licenciatura en educación física. Hubo años que salía de su casa a las 06:30 y retornaba a las 22:00, luego de completar cinco horas de entrenamiento y ocho de estudio.
El sacrificio valió la pena porque dice que los estudios le han permitido tener otra visión del mundo y le han facilitado una mejor relación con su entorno.
"Luego estudié matemáticas, tengo tres semestres, espero algún día continuarlo. Hice también un curso de nutrición".
Debutó en 2006 con la camiseta de Envigado FC. "Con mi primer sueldo invité a mis amigos a una marranada. Compré un cerdo y comimos por dos días".
Allí compartió camerino con James Rodríguez, Juan Fernando Quintero y Geovanny Moreno, con quien guarda amistad hasta ahora.
Luego vino su paso por el fútbol venezolano que duró una década. Primero fue Guaros, donde jugó un año antes de pasar a Deportivo Lara, allí se quedó cinco torneos.
Defendió la camiseta de Deportivo Táchira por cuatro temporadas. En 2016 su equipo llegó a octavos de final en la Copa Libertadores.
En esta década de jugar en Venezuela también vivió una transformación, pues de volante central, pasó a lateral por izquierda y terminó como defensa central.
En 2018 llegó a Universidad Católica, un desafío que lo tomó con mucha alegría, pese a completar ya 16 años fuera de su país, al que trata de ir, por lo menos dos veces al año para pasar con la familia.
Dice que en el fútbol ecuatoriano se requiere un gran despliegue físico. "Existen futbolistas muy potentes y rápidos. A nivel mundial, la selección ecuatoriana es respetada por esa forma de jugar".
De los entrenadores que han marcado su carrera hace especial referencia en su paisano Santiago Escobar y en el argentino Miguel Rondelli, a los que conoció en Universidad Católica.
Dice que ha podido completar casi todos los sueños que se planteó cuando inició en el fútbol profesional.
El secreto fue tener mucha disciplina y perseverancia. Tener una gran formación técnica en los inicios y trabajar con responsabilidad para mantenerse vigente.
No sabe si el retiro está cerca. Prefiere seguir concentrado en el objetivo que tiene el club, que es el título nacional que le hace falta a Universidad Católica. "Es lo que quiere todo futbolista profesional y lucho cada día por conseguirlo".
Eso sí, sabe que la vida del futbolista es corta y para el día después del retiro cuenta con su título universitario, que le permitirá seguir en este mundo del balón.
"No dirigiendo a un equipo de fútbol. Es mucha responsabilidad. Tal vez empezar como asistente".
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