Cuatro estrellas de Venezuela reforzarán a U. Católica en la Superliga
Para 2023, el equipo 'camaratta' tendrá cuatro jugadoras venezolanas, tres de ellas tienen experiencia en la selección de su país.
Equipo de la Universidad Católica que enfrentará la temporada 2023 de la Superliga femenina.
Armando Prado
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Con el equipo femenino, Universidad Católica apunta a los resultados a largo plazo. La entrenadora Ana Rueda inició un proceso hace tres años, cuando el equipo 'camaratta' logró el ascenso a la Superliga.
En 2022, el 'trencito' ya se clasificó a la segunda fase, con un plantel cuyo promedio de edad era de 20 años, porque contaba con un 40% de futbolistas menores de 20 años.
"Las que jugaron el año pasado siguen sumando experiencia y hoy comparten esas vivencias con las cuatro chicas Sub 16 que incorporamos al plantel, no solo por el tema reglamentario sino porque es parte de nuestro proyecto", dice la entrenadora, nacida en Quito hace 36 años.
Para enfrentar la Superliga 2023, Universidad Católica cuenta con cuatro extranjeras, una en cada línea: la guardameta Lilihoski García; Emperatriz García, una zaguera con talento, que ha sido parte de la selección de Venezuela; Ana María Ramírez, volante central, y Yosneidy Zambrano, que ha sido goleadora de la Superliga.
Entre las jugadoras nacionales, el equipo 'camaratta' fichó a Anahí Naranjo, Keila Intriago y Carolina Almeida.
"Queremos hacer un mejor papel que el año pasado, ser un equipo competitivo que sale a la cancha a proponer un juego ofensivo. Tenemos un estilo que lo venimos practicando desde hace tres años".
Ana Rueda, DT de Universidad Católica.
La Superliga femenina se jugará con 14 equipos y para la primera fase se establecieron dos grupos.
Universidad Católica jugará contra Club Ñañas, Barcelona, Leones del Norte, El Nacional, Quito FC y Ñusta FC (equipo de Cuenca que debuta en el torneo).
"Es un grupo fuerte, pero como hemos hablado con las chicas, nos gusta enfrentar a equipos con mayor experiencia porque nos obligan a jugar bien".
Otro de los puntales en este proceso del equipo femenino de Universidad Católica es el trabajo continuo.
Por ejemplo, la Superliga culminó en septiembre de 2022 y recién el torneo de 2023 se inauguró en la tercera semana de abril.
Por eso, el equipo se ha mantenido entrenando, participó en torneos provinciales y disputó partidos amistosos. Solamente paró un mes (diciembre) y siguió con el trabajo de pretemporada.
"Queremos futbolistas que se sientan profesionales todo el tiempo, no solo los seis meses que dura el torneo", recalca Ana María Rueda.
Y, confirmó que, con el crecimiento de la Superliga, que ya va por su quinta edición, ha crecido el número de chicas que quieren disputar el torneo más importante del fútbol femenino.
"Ya faltan equipos o plazas donde se puedan ubicar este grupo de jugadoras, que cada vez demuestran un mejor rendimiento".
Un trabajo complementario
La DT trabajó una semana completa con el equipo masculino, que juega el campeonato nacional de fútbol bajo la dirección de Igor Oca.
Lo hizo como parte de una metodología del club, para que todos sus entrenadores conozcan el trabajo interno del plantel profesional.
"Nos permitió conocer qué actividades hacemos iguales y qué otras cosas hacemos diferentes. Pudimos aportar comentarios y recibir recomendaciones. Es una buena manera de crear un ambiente familiar".
Una de las actividades que le llamó la atención es el análisis de video que realiza el equipo masculino, para recabar información sobre los futuros rivales.
"Con esa información, además de preparar al equipo, se puede estructurar directrices antes del partido".
Otro punto que destaca Ana Rueda es el interés que muestran los jugadores y los miembros del cuerpo técnico del primer plantel respecto a la participación del equipo femenino.
"Muchas veces se quedan a ver nuestras prácticas o nuestros partidos en La Armenia. Nos invitan a ver sus partidos, hay una muy buena interacción".
Ana María Rueda creció jugando fútbol en el colegio Tomás Moro y en su adolescencia ya aprendió a dirigir equipos, Sub 5 y Sub 6.
Luego fue entrenadora de los equipos femeninos Sub 12 y Sub 14, gracias al respaldo de su tío, Gustavo Rueda, también entrenador de fútbol.
Fue jugadora de fútbol y estudió administración y gestión hotelera, para luego ingresar al Instituto Tecnológico de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, donde se graduó como entrenadora.
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