'Rafa' Romo, un políglota en el arco de Universidad Católica
El arquero venezolano domina el italiano, inglés y neerlandés, idiomas que aprendió cuando jugó en el fútbol de Europa y Estados Unidos.
Rafael Romo, después de un entrenamiento de Universidad Católica, en el Complejo de la Armenia, en junio de 2023.
Armando Prado
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El balón de fútbol convirtió a Rafael Romo en un arquero del mundo. Después de la atajada histórica, que le significó a Venezuela clasificar al Mundial Sub 20 en 2009, el portero llanero ocupa un lugar especial en la afición de ese país.
"Es un recuerdo al que tengo mucho cariño. En el minuto 92 atajé un penal a Cristian Nazarit, de Colombia. Con el 1-1, clasificamos al Mundial, el primero en el que participó Venezuela", relata el hoy guardameta de Universidad Católica.
Esa atajada, que muchos hinchas venezolanos recuerdan, le abrió las puertas al fútbol del exterior. Con 19 años fichó por el Udinese de Italia, club en el que jugó por cuatro temporadas no consecutivas.
Romo estuvo unos meses en el Watford de Inglaterra; formó parte del AEL Limassol y Apoel de Chipre; Beerschot-Wilrijk y Oud-Heverlee Leuven de Bélgica; Silkeborg de Dinamarca y el DC United de la MLS en Estados Unidos.
Ha jugado fuera de su país durante 13 temporadas. Solo entre 2012 y 2015 disputó la liga venezolana con Mineros de Guayana y luego siguió en el futbol de Europa.
En la temporada 2017-2018, en la segunda división de la Liga de Bélgica, estableció el récord de 12 partidos con la valla invicta con el Beerschot. Mientras que con el Apoel fue campeón en Chipre.
"El fútbol me ha permitido vivir en diferentes países y conocer sus culturas. Le tengo cariño a Italia, donde pasé muchos años, y a Bélgica, donde nacieron mis hijos", dice 'Rafa' Romo, como le llaman sus amigos y familiares.
Ese rodar por el mundo le facilitó el estudio y dominio de otros idiomas como el italiano, inglés y el neerlandés.
"Es uno de los aspectos que le agradezco al fútbol. Por la posición en la que juego, conocer otros idiomas me ha permitido adaptarme rápido a los equipos y comunicarme con mis compañeros, porque desde atrás tienes una visión de todo el campo de juego".
Asegura que la pasión de los hinchas en Europa es diferente a lo que se vive en Sudamérica. "Allá el hincha disfruta del partido y hace un seguimiento de su equipo día a día. Acá, el hincha es muy pasional en el estadio, pero permanece aislado durante la semana".
Como conocedor del fútbol italiano es un admirador de Gianluigi Buffon, pero ante las nuevas demandas, donde el arquero tiene mayor participación en el juego, admira las cualidades del brasileño Alisson Becker (Liverpool, de Inglaterra).
"Hoy el guardameta tiene otras perspectivas, puede ser determinante no solo al defender sino también cuando el equipo ataca".
Desecha la idea de que la ejecución de un penal es cuestión de suerte. "Hay que estudiar al jugador que ejecuta el penal y tener mucha preparación", dice 'Rafa' Romo, de 33 años.
De vuelta a Ecuador
Ecuador es un país al que visitó en varias ocasiones con las selecciones nacionales de su país. Estuvo en Quito y Cuenca en el Sudamericano Sub 17 que se realizó en 2007.
Con la selección absoluta realizó una pretemporada, cuando la 'vinotinto' tenía como director técnico a César Farías. "Es un entrenador importante en mi carrera".
A inicios de 2023, cuando recibió la propuesta de Universidad Católica, regresaron a su memoria esos recuerdos del fútbol juvenil, pero también analizó la situación actual de Ecuador.
"El campeonato local tiene mucho potencial, la selección nacional está bastante bien y el país viene creciendo mucho en el fútbol".
Y se motivó aún más cuando investigó el proceso que ha tenido Universidad Católica en los últimos años, donde ha sido protagonista y con presencia en las Copas Libertadores y Sudamericana desde 2014.
"Como arquero, más que adaptarnos a la altura en el plano físico, nos tocó acoplarnos al movimiento de la pelota, aquí corre más rápido".
Rafael Romo mide 1,97 metros, una estatura que la heredó de sus padres, ambos deportistas, aunque no tan altos como él. Su madre fue voleibolista y su padre, arquero como él.
Su abuelo, de nombre también Rafael, fue el fundador del club donde se formó, el Turen, en el estado de Portuguesa. Su padre fue arquero y sus dos hermanos juegan fútbol, pero en otras posiciones.
Como arquero, aprendió a convivir con el error y a superarlo rápidamente. "Si te quedas con él, aun en el mismo partido, puede ser perjudicial. El fútbol siempre es de presente y de futuro".
No es de los arqueros que ejecutan penales o tiros libres, pero sí le gustaría tomar un lanzamiento alguna vez, antes que concluya su vida profesional.
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