Pamela Taco, la 'Pulga' que brilla en Universidad Católica
Con solo 1,45 metros de estatura, Pamela Taco se ha convertido en una de las mejores futbolistas de la división femenina de Universidad Católica.
Pamela Taco, jugadora de Universidad Católica, posa con la pelota después del partido ante el Cumbayá Spirit, el 5 de diciembre de 2021.
Armando Prado
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Quienes desconfían del desempeño de Pamela Taco, no conocen su perseverancia, su gran fortaleza mental y de su elevada autoconfianza.
En 2013 formó parte del plantel del Quito FC con el que jugó el primer Campeonato Nacional, con aval de la Federación Ecuatoriana de Fútbol.
Ha jugado con el equipo de la Espe los campeonatos amateur de Pichincha de 2018 al 2020. Y esta temporada fue fundamental para el ascenso de Universidad Católica a la Superliga de 2022.
"Muchas personas han puesto como traba mi estatura, no he podido jugar en otros equipos. Pero eso no me afecta porque sé lo que soy y de lo que estoy hecha", declara la mediocampista de 28 años.
"Muchas personas han puesto como traba mi estatura, no he podido jugar en otros equipos. Pero eso no me afecta porque sé lo que soy".
En el plantel 'camaratta' fue una de las más experimentadas, pues la gran mayoría de futbolistas tenía entre 16 y 18 años.
Por esa experiencia que ha acumulado en el fútbol, la entrenadora Verónica Marín, la puso a jugar de mediocampista de marca, delante de la defensa.
Su misión, además de romper el juego del rival fue de mantener el orden en el equipo, de levantarlo cuando el marcador no favorece y de ensayar remates de media distancia, cuando se puede.
Un gol de gran factura, a lo Messi, lo anotó en el partido final del Torneo de Ascenso. Esos que llenan los ojos: remate alto y directo al ángulo superior de la portería, donde las arqueras no tienen posibilidades de reacción.
“Ensayo los tiros libres en el entrenamiento, a veces se dan y en otras no, porque mi misión es defender”.
Pamela Taco, jugadora de Universidad Católica
De Pulga a Pulga
Pamela Taco es oriunda de San José de Monjas, en Quito. Fue allí donde empezó a golpear el balón desde los cuatro años.
En eso Pamela fue más precoz aún que otra 'pulga' muy conocida: Lionel Messi, quien empezó a patear la bola a los cinco años de edad.
Los equipos barriales fueron los primeros en los que se midió Pamela, luego vinieron los colegiales.
Al cumplir 16 años fue llamada a la selección ecuatoriana Sub 17 de fútbol 11 y de fútbol de salón. Con los dos combinados nacionales asistió a los campeonatos Sudamericanos en Brasil y Colombia.
Además de ser una jugadora con buen dominio del balón, le imprime su espíritu guerrero al plantel.
Al igual que Messi, es rápida para desplazarse en la franja central, no le da miedo chocar con las rivales, aunque sean más grandes que ella.
"Se pone la garra y el corazón en cada jugada porque para mí nada es imposible. He ganado balones en el fútbol aéreo", responde con la misma solvencia que cuando está en la cancha.
"Para mí nada es imposible. He ganado balones en el fútbol aéreo".
Su referente en el fútbol es el ya retirado Antonio Valencia. Además de su rendimiento en la cancha, dice que admira su humildad.
"Por más alto que llegó, siempre se mantuvo humilde", reflexiona Pamela, y añade: "la humildad abre puertas".
Con el retorno de Universidad Católica a la Superliga, Pamela quiere cristalizar el objetivo de clasificar a la Copa Libertadores, el máximo torneo de competiciones de clubes de Sudamérica.
"Aspiro a una convocatoria a la Selección, es más difícil por el nivel de competencia que existe. Ahora hay jugadoras con mayor experiencia, que pertenecen a clubes del exterior. Para llegar a la Selección la estatura sí importa".
Se siente identificada con el estilo de juego de Universidad Católica y con el trabajo de la entrenadora Verónica Marín. "Como dice ella, pasito a pasito se cumplen con los objetivos".
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