Óscar Zubía y el polémico gol del 'Clásico de la Neblina'

El Bureau Internacional de Capitales Culturales incluyó al 'Clásico de la Neblina' entre Liga y Aucas, que se disputó el viernes 7 de septiembre de 1973 en el estadio Olímpico Atahualpa, como Patrimonio Deportivo Histórico de la Humanidad.

Jugadores, entrenadores, aficionados, directivos y periodistas aún recuerdan muchos detalles de ese clásico quiteño que convocó a más de 50.000 personas.

Se vendieron 42.400 boletos, se recaudaron 628.180 de los desaparecidos sucres y 10.000 personas se quedaron fuera.

Según la publicación de Diario El Comercio, dos horas antes del partido, el estadio Atahualpa ya lució lleno.

Hubo aficionados que se ubicaron en los muros del cerramiento y otros que rompieron las paredes y puertas para ingresar al escenario.

El periodista Jaime Naranjo, en su libro Estadio Atahualpa, detalló que solo pudo entrar al escenario deportivo, para escribir la nota para Diario El Comercio, por la casa donde vivía la familia Tapia, que cuidaba el coloso de El Batán en esos años.

Liga de Quito venció 3-1 a Aucas. Marco Moreno abrió el marcador a los 14 minutos y Jorge Tapia sumó el segundo gol ‘albo’ a los 18’.

Antes de que se termine el primer tiempo, Jorge Gafter marcó el único gol 'oriental' a los 45 minutos, tras la ejecución de un lanzamiento libre.

En el segundo tiempo, bajó la neblina. Desde los graderíos se no se divisaba nada y tampoco los narradores deportivos podían observar el desempeño de los jugadores en la cancha.

“La gente silbaba y gritaba porque no veía nada. Después vi los videos y en verdad, solo se miraba la neblina”.

Óscar Zubía, exjugador de Liga de Quito

El delantero uruguayo anotó el tercer tanto a los 77 minutos, tras una jugada que la gestaron Juan Carlos Gómez y Jorge Tapia.

Es el gol de la polémica, porque en los graderíos nadie celebró. Los jugadores se abrazaron y el árbitro convalidó la anotación.

“Nosotros sí veíamos lo que sucedía en la cancha. Era una neblina que parecía flotar, no llegaba al piso, se quedaba a una altura de unos cuatro metros, por eso veíamos”, señala Zubía, para quien fue su primer clásico contra Aucas.

Según la narración de Jaime Naranjo, el árbitro Carlos Mena Santacruz suspendió en dos ocasiones el partido y luego dio por finalizado el cotejo cinco o seis minutos antes del tiempo reglamentario.

“Después del partido tuvimos que quedarnos una hora en el vestuario, porque había mucha gente afuera. Nosotros queríamos evitar problemas”, expresó Zubía.

Respaldo de la hinchada

Óscar Zubía, quien actualmente forma parte del grupo de entrenadores de las divisiones formativas de Liga, recuerda que, en esa temporada, la hinchada se mostró incondicional con el equipo.

“Ese año bajamos a Segunda Categoría y la hinchada siempre nos acompañó. Estuvo muy cercana al equipo, parecía que creció porque había más gente que nunca en los estadios”.

Recordar ese día le causa felicidad y añoranza. Liga conformó un gran plantel para ganar el torneo de Segunda Categoría, a la que cayó luego de la primera fase del torneo de 1973. En esos años, no existía la Serie B.

En esa temporada, Liga jugaba habitualmente así: Walter Maesso; Washington Guevara, Iván Noboa, Luis Garzón, Hugo Cabrera; Roberto Sousman, Santiago Alé; Marco Moreno, Juan Carlos Gómez, Jorge Tapia y Óscar Zubía, quien fue goleador del torneo con 16 goles.

Liderada por el entrenador colombiano Leonel Montoya, Liga logró el ascenso a la Serie A. Ganó los títulos nacionales de 1974 y 1975, en lo que significó el primero de los dos bicampeonatos de la 'U'.

“Llegué a Liga por una deuda que tenía Peñarol por el pase de Francisco Bertocchi (campeón con Liga en 1969). La dirigencia escogió mi nombre de una lista que le presentaron a los dirigentes”.

Después de esos dos títulos se quedó a vivir en Ecuador. No se nacionalizó, pero tres de sus cuatro hijos son ecuatorianos.

El Mundial de México 1970

Óscar Zubía llegó a Liga de Quito luego de alcanzar el cuarto lugar en el Mundial México 1970 con la Selección de Uruguay.

Disputó el cotejo contra Suecia, en la derrota 'charrúa' por 1-0, y jugó los 30 minutos finales en el empate por 0-0 ante Italia.

Miró desde la banca el juego de semifinales entre Uruguay y Brasil, cuando la ‘canarinha’ de Pelé, Rivelino, Jairzinho y Carlos Alberto ganó por 3-1 y luego se coronó campeona.

“Ese partido contra Brasil se debía realizar en Puebla, donde habíamos jugado nosotros la primera fase, pero Brasil presionó para que fuese en Guadalajara, lugar de concentración de ellos. En cualquier cancha nos ganaban, era un gran equipo”.

La selección uruguaya fue dirigida por Juan Eduardo Hobberg que años más tarde dirigió a Barcelona de Guayaquil.