Miryam Núñez, la incansable ciclista de las alturas que ya es leyenda

Las referencias históricas del ciclismo nacional publicarán el nombre de Miryam Núñez como la primera ecuatoriana que fichó para un equipo profesional: el Swapit-Agolico Cycling Pro Team de México, en 2019.

Para 2022 esta atleta de 27 años de edad formará parte del Massi-Tactic Women’s Team, de España de categoría Continental UCI.

Es una pionera del ciclismo profesional femenino en Ecuador y la primera en todo.

Nacida en Chimborazo es la primera ecuatoriana en ganar la Vuelta a Colombia y la primera tricolor en correr una vuelta por etapas en Europa. La primera en alcanzar el podio en las vueltas de Costa Rica y de Guatemala y la primera ecuatoriana en correr en Argentina.

Miryam Núñez es la actual campeona nacional de ruta y de contrarreloj; domina el ciclismo de montaña y en la pista ha ganado títulos y medallas internacionales.

El público vive la euforia de sus triunfos sin saber que cada pedaleada le costó y mucho, le dolió, pero al final ella sonríe porque en los últimos cuatro años ha ido cumpliendo sus metas y abriendo caminos.

Ser la pionera le ha permitido enviar mensajes de invitación a las nuevas generaciones de ciclistas para que se unan al pelotón femenino del país.

Cada pedaleada le costó y mucho, y hasta le dolió, pero al final Miryam siempre sonríe.

Todo comenzó como una travesura. Tenía cinco años cuando su hermano mayor, Víctor, la invitó a subir a su bicicleta. Ella lo hizo y mantenerse en equilibrio perfecto sobre el aparato de metal verde le resultó, simplemente, normal.

Sueño en el Chimborazo

Pedaleó desde entonces por los campos agrícolas del sector de Urbina, en las faldas del majestuoso volcán nevado Chimborazo, allá donde El Libertador Simón Bolívar padeció de delirio y de una extraña inspiración, por culpa de la altura y del frío.

Miryam creció en el campo, ayudando a ordeñar las vacas y cumpliendo otras labores, como trabajar en la cosecha.

Aprendió a amar la vida. Esos bellísimos parajes andinos y el trabajo duro fijaron en su personalidad valores como la perseverancia, el esfuerzo sin horario y en equipo, junto a los suyos.

Desde que cumplió 13 años, sus adiestramientos se volvieron intensos. Quería hacer del ciclismo una razón de vida.

Por eso, cuando aquel entrenador se le cruzó en el camino, llenó su corazón de coraje y su mente de objetivos.

Dudó un poco, pero jamás renunció a sus sueños, porque la bicicleta le da la sensación de libertad, esa que está lejos de paradigmas machistas y de papeles restringidos solo para las mujeres.

Generosidad

Siempre contó con el respaldo de sus padres Jorge y María, y de sus hermanos, Víctor y Fredy. Y de su entrenador en Ecuador, Washington Vargas, quien hace 10 años también era ciclista, pero quien decidió encabezar el proyecto de Miryam Núñez rumbo a la élite de Ecuador y América.

El título de la Vuelta Ciclística a Colombia en 2020 le abrió puertas en Europa, como sucedió con los ciclistas ecuatorianos Richard Carapaz (campeón de la vuelta al Porvenir en el país vecino) y Jonathan Caicedo (campeón de la Vuelta a Colombia).

Días antes de levantar ese trofeo, el entrenador Juan Carlos Robayo del equipo Liro Sport, que la contrató, la invitó a ser líder del Team y predijo que sería su gran oportunidad para pasar a la historia. Miryam dio el salto rumbo a la élite.

En el Massi-Tactic Women’s Team de España será gregaria. Se vestirá de overol, porque este primer año quiere conocer el medio: tendrá rivales más profesionales, luchará contra equipos más sólidos.

La ecuatoriana atravesará rutas desconocidas para ella y deberá aprender nuevas rutinas de entrenamiento y competencias: no le asusta el reto porque hoy es una competidora incansable y dueña de una fortaleza mental asombrosa.

Sueña con correr el Tour de Francia, la Vuelta a España y el Giro Rosa. Ganar, como lo hizo Ricard Carapaz, en el Giro de Italia.

Espera enero para iniciar otra etapa deportiva. Ya está en contacto con su nuevo entrenador, Javier Lozano, porque quiere llegar en las mejores condiciones.

Mientras tanto, no dejará de entrenar y de pasar más tiempo con su familia, y con sus vecinos, aquellos a quienes pudo enseñar a montar en bicicleta durante la pandemia, porque su generosidad es natural.