La marcha atlética, esa compleja sinfonía de movimientos
La marcha es una disciplina que se ha convertido en ícono del deporte en Ecuador, pero demanda una increíble preparación muscular y de las articulaciones de los atletas.
Karla Jaramillo y Glenda Morejón, durante el Campeonato Nacional de Marcha que se realizó en Machala, el 8 de enero de 2022.
Armando Prado
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El mismo Jefferson Pérez -campeón olímpico en 1996- se tomó su tiempo antes de decirle sí a la marcha atlética.
La azuaya Paola Pérez y el mismo David Hurtado, de Pichincha, tenían cierto recelo cuando se enfrentaron a esta disciplina deportiva.
Ese singular movimiento de caderas, rodillas, tobillos, brazos y hombros no es para cualquiera y tampoco es fácil.
Entrenadores, fisioterapeutas y los mismos deportistas reconocen que se trata de una disciplina que requiere de sincronía perfecta de movimientos de todo el cuerpo.
Más que en otros deportes, los marchistas deben identificar su centro de gravedad: el centro de su cuerpo, pues el tren superior (de la cintura para arriba) apoya el desplazamiento hacia adelante, propulsado por el tren inferior (de la cintura para abajo).
Al momento de ejecutar la caminata, los músculos que entran en acción son los que están detrás de las piernas: gemelos interno y externo, recto interno, sartorio, semitendinoso, membranoso, bíceps, poplíteo y plantar delgado.
También, los cuádriceps, isquiotibiales, tibial anterior, glúteos, abdominales, lumbares y los músculos de los pies. Prácticamente, no hay nada que se quede quieto.
Estos grupos musculares son necesarios para aplicar la técnica de la marcha. El atleta apoya la pierna delantera en el talón.
Luego el pie se apoya totalmente, con la pierna extendida para recibir todo el peso del cuerpo y propulsarlo hacia delante con la fuerza de los dedos de los pies.
La pierna de apoyo debe empezar a elevarse para pasar adelante en sincronía con los movimientos de tronco, brazos y hombros, que son los que ayudan a marcar el ritmo de zancada.
Caridad Martínez, fisioterapeuta de los equipos ecuatorianos de atletismo y pesas en los Juegos Olímpicos de Tokio, anota que es importante trabajar la cintura pélvica, las articulaciones y los tendones.
"Sin un dominio de la técnica puede haber diferentes tipos de desgaste. Hay casos de atletas que registran desniveles en las caderas o con una pierna ligeramente más larga que la otra", dice.
Por tratarse de un deporte de resistencia, pues las distancias oficiales van desde los 10 a los 35 kilómetros, es importante preparar a los músculos en fuerza, potencia y flexibilidad.
"El marchista debe preparar su condición física porque el desgaste es continuo. Trabajan todos los grupos musculares del tren inferior".
Caridad Martínez, fisioterapista
Los grupos musculares de los antebrazos, brazos y hombros también requieren de una eficiente preparación por el enorme desgaste energético.
Durante la ejecución de la marcha, los brazos deben dibujar un ángulo de 90 grados.
Y, cómo sucede en la maratón o en la media maratón, es preferible que el atleta tenga una mediana estatura y bajo de peso, por las distancias que deben completar.
Por la complejidad de los movimientos, Caridad Martinez recomienda un calzado adecuado para los entrenamientos y las competencias.
"Un calzado nuevo jamás debe tomarse en consideración para una competencia". Y recomienda que, durante las prácticas, el atleta entrene una o dos veces por semana con los zapatos nuevos para que el pie y el calzado vayan adaptándose de manera paralela.
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