Lilihoski García trae su experiencia a Universidad Católica
La guardameta venezolana estuvo en Liga de Quito y Barcelona, antes de fichar por el elenco 'camaratta' en 2023.
Lilihoski García sostiene una pelota en el complejo de Universidad Católica, en La Armenia.
Armando Prado
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Lilihoski García jugó en Deportivo Anzoátegui de Venezuela y Sao Raimundo en la Liga de Ascenso de Brasil, antes de llegar al fútbol ecuatoriano en 2020, semanas antes del confinamiento mundial por la pandemia de Covid-19.
Fichó por Liga Deportiva Universitaria, poco después de la Copa Libertadores 2019 que se jugó en Quito.
El torneo se convirtió en una vitrina para varias jugadoras, entre ellas Hilaris Villasana, también venezolana, que cautivó al cuerpo técnico de la 'U'.
Liga le pidió a Hilaris la recomendación de una portera para que se pudiera vincular lo antes posible. Ella sugirió a Lilihoski, quien había sido su compañera en el Lala Fútbol Club, un equipo de Guayana, en el estado de Bolívar, en Venezuela, en 2018.
“La gente de Liga vio mis videos y miró mi curriculum. Hubo el contacto y pude llegar al Ecuador”, recuerda con alegría, porque está viviendo una etapa importante en su carrera.
En ese accidentado 2020, Hilaris y Lilihoski pasaron el confinamiento juntas en un departamento que les cedió el club, a la espera de que se juegue la Superliga.
Ese año, el torneo fue corto. Lilihoski García jugó nueve fechas. Para 2021, el campeonato ya fue regular, la venezolana se quedó en Liga y atajó en 21 partidos.
En 2022 recibió el llamado de la entrenadora Wendy Villón y la llevó a Barcelona. “Me pegó muy fuerte bajar de la Sierra a la Costa. Yo nací en una ciudad de la Costa, pero ya llevaba dos años en Quito y regresar me costó”.
Recuerda que el año pasado volvió al estadio Rodrigo Paz, que fue su casa y vivió un momento especial por la rivalidad que tienen los planteles masculinos de Liga y Barcelona. “Ganamos ese partido y nos llevamos los tres puntos a Guayaquil”.
En Barcelona alternó titularidad con otra compatriota, Maleike Pacheco y solo jugó cuatro cotejos. Por eso, le dijo sí a Universidad Católica para la temporada 2023, donde espera ser titular durante toda la temporada.
Él era delantero y ella arquera
La historia de cómo comenzó García en el fútbol es muy particular. La guardameta tiene un gemelo, Franyoski, quien jugaba al fútbol.
Juntos crecieron y compartieron travesuras y luego el juego del balón. En el patio de la casa, la pelota la dominaba él y la enviaba a ella a la portería.
“Me hacía enojar porque me decía, tú te paras y yo remato, 'no importa que no lo tapes con tal que yo haga los goles'. Eso me molestó, pero es algo que me ayudó a forjar mi carácter”, dice la portera, hoy con 26 años.
Creció en ella un sentimiento de competitividad para demostrar a su hermano que puede atajar sus tiros y no solo quedarse de pie bajo los tres palos. Su gusto por la portería potenció sus habilidades.
Al cumplir 12 años, el entrenador Wladimir Campos la llevó al club Pariapao, donde se convirtió en figura de los torneos municipales.
En aquel entonces, en Pariaguan (en el estado de Anzoátegui) no había torneos femeninos, le tocaba compartir equipo con los varones.
García recuerda haber derramado muchas lágrimas en el proceso de formación como arquera de fútbol.
No imaginó que, de jugar por diversión con su hermano en casa, durante el recreo de la escuela y en el parque de su barrio, pasó a la rigurosidad de los entrenamientos diarios y las otras rutinas que tiene la futbolista en un club.
“Mi entrenador era muy exigente y eso me ayudó a ser quien soy. Ahora le agradezco, soy una persona fuerte y enfocada en lo que quiere”
Lilihoski García, jugadora de Universidad Católica
Esa dedicación la llevó al Miky Sport, en Anzoátegui, y más tarde al 11 titular del Deportivo Anzoátegui en 2012, el club más grande de su provincia al que defendió durante ocho años.
Fue elegida la mejor portera de la Liga Venezolana en 2014, mientras que en 2015 su equipo disputó el título nacional.
'Lilio', como la llaman de cariño sus compañeras, estudió instrumentación industrial en el Instituto Universitario de Tecnología y Administración Industrial de Venezuela, actividad académica a la que dejó en pausa en 2016.
Se fue a Brasil para jugar con el Sao Raimundo Boavista el torneo de ascenso a segunda. En 2018, la guardameta retornó al fútbol venezolano para culminar sus estudios.
Con la selección de Venezuela formó parte de los combinados Sub 17 y Sub 20. Participó en los sudamericanos de Colombia y Uruguay. Con la selección de mayores ha jugado Fechas FIFA.
“Desde 2015 no he sido convocada, no pierdo las esperanzas de ser llamada nuevamente”
Lilihoski García, jugadora de Universidad Católica
En Ecuador dice que aún no ha realizado una atajada inolvidable, como la que se dio en 2018 en el estadio de Caracas.
“Íbamos ganando 1-0, nos pitaron un penal en contra, lo atajé y gracias a Dios nos llevamos los tres puntos”.
Esa atajada, que significó un triunfo para su equipo, quiere tenerla este año con Universidad Católica.
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