La propuesta 'indecente' que le dio una medalla de oro a Glenda Morejón
El entrenador Julio Chuqui prefiere pasar inadvertido y que las luces y las cámaras se centren en su alumna, Glenda Morejón, pero la marchista de oro le envió un sentido "gracias" desde la tarima.
Glenda Morejón junto a su entrenador Julio Chuqui, en una rueda de prensa en Banco Pichincha, el 9 de marzo de 2022.
Armando Prado
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"Julito, gracias por la confianza, por acogerme en su equipo y por acompañarme en este triunfo", fue la sentida frase que le lanzó la campeona mundial de marcha en los 35 kilómetros, a Julio Chuqui.
Glenda Morejón lo puso en primera plana durante una conferencia de prensa en las instalaciones del Banco Pichincha, en Quito.
La atleta obtuvo un resultado increíble, que nos cuesta asimilar todavía. Los mejores marchistas del mundo llegaron a Omán para la Copa Mundo y ella alcanzó el oro.
Chuqui ya sabía que Glenda Morejón tenía unas condiciones físicas extraordinarias, que era una en un millón, pero detectó su lado flaco y lo trabajó: la profunda sensibilidad de Glenda, su parte psicológica.
Glenda tiene apenas 21 años de edad y se atrevió a probar una distancia que casi duplica la prueba en la que también es reina, los 20 kilómetros.
La propuesta indecente
"Fue una propuesta indecente", admite Julio Chuqui mientras sonríe y recuerda el aumento del kilometraje. El entrenador azuayo se hizo cargo de la preparación técnica de Glenda Morejón el 15 de septiembre de 2021.
El 6 de febrero de 2022, luego de que Glenda ganó el Sudamericano de Marcha en los 20 kilómetros en Lima, el entrenador Chuqui empezó a planificar todo el proceso para llegar a esa medalla de oro.
Las sesiones de entrenamiento incluyeron distancias de 32 km hasta 38 km en un solo día.
"Esos entrenamientos fueron evaluados en tiempos, en la frecuencia cardíaca y en registros de lactato. Su organismo respondió muy bien, por eso me atreví a proponerle a Glenda a competir en los 35 kilómetros. La respuesta fue sí", dice el entrenador de campeones.
¿Oro, por qué no?
A Chuqui le sorprendió la espontaneidad de la respuesta de Glenda y la inmediatez. Nunca dudó de sus capacidades y del compromiso que implicaba ese cambio de planes: jornadas más largas y pesados entrenamientos.
Julio Chuqui conversó con la dirigencia del atletismo nacional acerca del cambio de prueba. Recibió su aprobación, pero también la advertencia de que si el experimento fallaba, las críticas llegarían pronto.
La serie de comprobaciones científicas y la planificación deportiva de las tres semanas previas al Mundial le hicieron suponer a Chuqui que Glenda Morejón iba a lograr una medalla, pero en ningún momento se imaginó que sería el oro.
"En 2019, Glenda fue al Mundial de Atletismo en Catar y quedó en el puesto 25. Era un resultado en un país árabe. Al tomar el avión para ir a Omán, me vino ese recuerdo y me dije, hace dos años la vi caerse en Medio Oriente, qué tal si hoy vamos por la medalla".
El 'profe' no dijo nada y continuó con la preparación para el gran día en que la presea de oro, en la caminata individual y por equipos, lucía en el pecho de su atleta.
"La medalla tiene dos caras. Como un ser humano está expuesto a un mal momento. Ella cuenta conmigo más para las malas rachas que para las buenas, ese es nuestro compromiso", dijo con la sencillez que le caracteriza.
En un semestre, Glenda Morejón y Julio Chuqui lograron el título nacional absoluto, dos sudamericanos, un panamericano juvenil y el mundial.
La temporada ha tenido altos y bajos para Glenda Morejón, pero el 12 de octubre de 2022, la marchista nacional se coronó campeona en los Juegos Suramericanos de Asunción, en la modalidad de los 20 kilómetros.
Una prueba más de Glenda va por el camino correcto en su preparación hacia los Juegos Olímpicos de París 2024.
El 'canillita' de campeones
En Julio Chuqui desborda el conocimiento en forma proporcional a su humildad. Cuenta con dos títulos de cuarto nivel: Maestrías en Cultura Física y en Entrenamiento Deportivo.
Es entrenador Nivel V de la World Athletics (Federación Internacional de Atletismo) en pruebas de fondo y medio fondo. Y entrenador de Nivel II en marcha atlética.
En 2019, con Daniel Pintado y Johana Ordóñez en los 20 y 50 kilómetros marcha, ganó las medallas de oro en los Juegos Panamericanos y con Darwin Castro en los 5.000 metros de los Juegos Parapanamericanos.
Julio Chuqui prefiere la modestia, pero es un entrenador de los mejores que se pueden encontrar, tanto por su preparación como por sus resultados.
Ese oro mundial y continental se forjaron en las calles de Cuenca, que Chuqui conoce muy bien, pues fueron su escuela de vida.
Nació en Quingeo, una parroquia de Cuenca en la provincia de Azuay. Sus padres decidieron llevarlo a la capital provincial cuando tenía seis años.
Fue canillita, vendió periódicos por las tardes en el centro de Cuenca, 50 ejemplares por día, para ayudar con algunos gastos de la casa.
De niño, el maestro Chuqui vendió periódicos por las tardes en el centro de Cuenca para ayudar con los gastos de su casa.
Iba del centro a la feria libre. Aprendió a correr y después de ganar una competencia colegial, empezó a competir en carreras de fondo. Tomó como ejemplo a Rolando Vera.
Fue seleccionado nacional de atletismo y en los Juegos Bolivarianos de 1997, en Arequipa, ganó la medalla de plata en la maratón.
Se retiró y puso atención a los estudios. Alcanzó los títulos de tercer y cuarto nivel y empezó a dirigir a deportistas de alto rendimiento.
Hoy, con 51 años, está al frente de la preparación de la mejor marchista del Ecuador, de América y del Mundo: Glenda Morejón.
Solo una mente ordenada, metódica, estratégica y un corazón que conoce los sueños y el esfuerzo y la generosidad puede lograr una proeza así.
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