Isabel Trujillo ya es capitana de Liga de Quito y próxima abogada
La volante ofensiva es una jugadora muy técnica a la hora de dominar el balón, hacer fintas y encontrar el gol. Juega en Liga de Quito y estudia jurisprudencia.
Isabel Trujillo sonríe en una de las tribunas del estadio de Liga de Quito, en marzo de 2022.
Armando Prado
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Isabel Trujillo tiene claras sus prioridades en la vida: la familia, el fútbol y los estudios. Julio Trujillo y Pilar López, sus padres, han respaldado siempre su compromiso con el fútbol.
También son importantes en su vida su hermano Julio, sus abuelos y su tío Hugo, quien fue uno de sus primeros entrenadores.
"Soy una de las jugadoras más antiguas del equipo, este es mi séptimo año y mi cuarta Superliga", cuenta la joven futbolista de apenas 22 años de edad.
El fútbol es su pasión. Aprendió a jugar desde los cinco años y desde entonces conoce de táctica, estrategia, goles y títulos.
Cuanto tenía 13 años reforzó a la selección del colegio Fernández Madrid, para un torneo internacional de fútbol sala en Buenos Aires.
En el colegio Ibarra fue campeona seis años seguidos, mientras se graduaba de bachiller. Además, conformó las selecciones de Imbabura y, en 2015, la entrenadora Jeny Herrera se fijó en ella para llevarla a jugar en Liga de Quito.
"Llegar a Liga ha sido una de las experiencias más hermosas de mi vida. Es un orgullo, no cualquiera juega en este club".
Isabel Trujillo
Formar parte de LDU fue un sueño que demandó mucho esfuerzo: estudiaba en la mañana, salía de clases directo al terminal terrestre para viajar a Quito a entrenar. Por la noche regresaba a su casa, en Ibarra, para hacer sus tareas.
Así se graduó en el colegio e inició sus estudios de derecho, pues no descuida ni el fútbol ni su carrera académica.
"Ya estoy en séptimo semestre, me encantaría estudiar una maestría o un doctorado en España y jugar por el Fútbol Club Barcelona", confiesa.
Dice que su presencia en Liga de Quito le permitió llegar a las selecciones nacionales. Ha jugado en la Sub 17 y Sub 20 de Ecuador y desde el año pasado ha sido convocada por la entrenadora Emily Lima para los cotejos de la Selección absoluta.
Estuvo en los microciclos para los amistosos contra Argentina y Chile y ahora espera ser parte del equipo nacional que asistirá a la Copa América, en junio próximo, donde buscará el cupo al Mundial 2023.
"En Liga tenemos el objetivo de ganar la Superliga. Yo sueño con permanecer en la Selección. Estoy agradecida con mis entrenadores que me inculcaron este deporte", agrega.
'Chavi' o 'Chavela', como la llaman sus amigas, jugó las tres ediciones anteriores de la Superliga. Acumula 48 partidos y 16 goles. Su mejor temporada fue la de 2019, aunque en 2021, Liga llegó hasta las semifinales.
El nuevo proceso
Mientras las capitanas de Liga, Arella Jácome y María Belén Aragón, se recuperan de sus lesiones, la capitanía del plantel ha recaído en Isabel Trujillo.
"Les digo a mis compañeras que una banda no hace la diferencia, porque en la cancha todas somos líderes".
La ibarreña es una de las jugadoras fundamentales para llevar adelante el nuevo proceso de la mano de la entrenadora Verónica Marín y del nuevo plantel de LDU, que este año luce renovado.
Para 2022, Liga cuenta con 16 jugadoras menores de 20 años y 12 más de entre 20 y 30 años de edad.
"Las chicas más jóvenes van a tener minutos en cancha. No es su categoría, pero es parte de su formación. Cuando cumplan 20 años, serán unas cracks", afirma con convencimiento.
Las jugadoras y el cuerpo técnico de Liga piden creer en el fútbol femenino, convicción de que el proyecto dará resultados en corto plazo.
"Queremos que vean a este deporte con otros ojos. Que miren más allá de la cancha. El esfuerzo y el sacrificio que realizamos para buscar la profesionalización del fútbol femenino", dice Isabel.
Tal es su convicción que dejó a sus padres en Ibarra y se radicó en Quito para jugar en Liga Deportiva Universitaria.
"No lo siento como sacrificio. Hay chicas que han venido de otros lugares lejanos. Paralelamente al fútbol, debemos llevar otras actividades porque aún no podemos vivir de él. Por eso nuestro mensaje".
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