Hans Ortega, el 'vikingo' que enseña el fútbol arte
Después de coronarse campeón con Liga de Quito en 1990, Hans Ortega es entrenador y descubre talentos.
Hans Ortega, campeón con Liga de Quito en 1990, luce el uniforme del equipo de sus amores.
Armando Prado
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Con la imagen de la Virgen Dolorosa en manos, Hans Ortega recorrió el gramado del Olímpico Atahualpa de norte a sur, de rodillas. Minutos antes, el coloso había visto coronarse campeón a Liga de Quito, luego de 15 años.
Los hinchas 'albos' y los aficionados al fútbol le recuerdan como un guerrero incansable, el 'vikingo' batallador, a quien le sobraba fuerza para defender su arco y luego, correr hasta el área rival y marcar.
“Liga ha sido uno de los potenciadores de mi carrera, donde pude llegar a un nivel óptimo de rendimiento. Desde niño, añoraba jugar en Liga”.
Hans Ortega, exjugador de Liga de Quito.
Se desempeñaba como zaguero central. Debutó en el Macará de Ambato, pasó por Deportivo Cuenca, Universidad Católica, Barcelona, Deportivo Italia de Venezuela. Además, jugó en Estados Unidos, pero su mayor legado lo dejó en Liga de Quito con el título de 1990.
“Cuando llegaba a la cancha me transformaba. Miraba a la tribuna y alzaba los brazos, eso a la gente le motivaba”, recuerda Hans con alegría y nostalgia, porque la gente sigue rememorando la personalidad que derrochaba en cada partido.
Siente que la garra y pasión por el deporte fueron el combustible para los jugadores de esa generación.
Recuerda que el tema económico se mantenía al margen, pues había retrasos de sueldos de hasta tres meses, que jamás impidieron cumplir el sueño.
El grupo se apoyó en el cariño de los hinchas, que cada vez concurrían en mayor número al estadio. Había más gente aplaudiéndolos y respaldándolos en las tribunas. A ellos querían llenarlos de alegría.
Jugó hasta que cumplió 35 años y emprendió luego su faceta de entrenador para seguir ligado al fútbol.
Su fortaleza e ímpetu por jamás verse superado por un delantero, lo trasladó a la academia. Alcanzó su título de director técnico en Brasil y sigue actualizándose cada año.
"Cuando me retiré ya contaba con una licenciatura en entrenamiento deportivo. Eso me facilitó encontrar un segundo aire". Recalca que la vida del futbolista termina pronto y en muchos casos, no existe respaldo académico.
Hans Ortega encontró su nicho en las divisiones formativas y en especial en los torneos colegiales.
Desde hace 25 años labora como profesor de educación física y entrenador de la categoría Sub 18 en el Colegio Americano.
Ha formado generaciones de estudiantes y jugadores de fútbol con proyección. Con orgullo destaca el nombre de Nicolás Dávila, actual refuerzo del Deportivo Cuenca, a quien dirigió por seis años.
Menciona a Andrew Draper, exjugador de Universidad Católica, a quien cataloga como uno de los mejores delanteros que formó: en una temporada marcó más de 100 goles. Hoy tiene una propuesta del Kansas City de la MLS.
“La mayoría de chicos no se enfoca en el fútbol profesional, quiere abrirse a otros campos. Como entrenador, les apoyamos en afianzar los valores que nos da el fútbol para que, cualquier actividad que realicen, la hagan de la mejor manera”.
La banda zurda le obsesiona
Además, de afianzar valores como la disciplina, el respeto, la honestidad en sus jugadores, Hans Ortega se identifica con el fútbol táctico y bien jugado. Con el fútbol moderno, el que defiende y promueve el entrenador español Pep Guardiola, del Manchester City inglés.
A su sistema de juego lo bautizó como “el fútbol de arte” y es la marca de todos sus equipos de los torneos colegiales de fútbol.
Otro sello de sus equipos es la eficiencia por la banda izquierda, una zona donde varios equipos profesionales y selecciones nacionales han tenido falencias, a través de los años.
En el equipo de colegio Americano Sub 18 cuenta con Sebastián Salgado, quien se inició como un delantero por esa banda y lo bajó hasta la defensa.
“Él siempre fue puntero, un día le pedí que probáramos en una nueva posición. Le dije si eres delantero ya sabes cómo hacerlo cuando llegues al área. Le enseñamos a moverse cuando no tiene el balón en su pies".
Ortega, cuencano de 65 años, está convencido de que cuando encuentra jugadores que manejan el perfil zurdo, sus equipos están completos. "También me gusta contar con un defensa central zurdo, así sale a cortar en cualquier zona de la cancha”.
En cada partido que dirige, los familiares de sus jugadores o de los chicos rivales le reconocen.
Le piden una fotografía. Hans dice que esa euforia de la gente le pone ‘la piel de gallina’, porque recuerda esa época de los años 90, donde hizo historia con una generación liguista de corazón.
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