Gigi Moreira, una trotamundos del fútbol
Aprendió a jugar en el patio de su casa, en la población de Santa María, muy cerca a la Manga del Cura, en Manabí, pero la pelota la llevó por el mundo.
Gigi Moreira posa con la camiseta de la selección ecuatoriana, el viernes 1 de julio de 2022.
Armando Prado
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La futbolista Gigi Moreira representó a Los Ríos, porque su familia se fue a vivir en esa provincia.
Luego de defender a la Selección en el Mundial de Canadá 2015, el balón le permitió proyectarse al exterior: fue transferida al club Patriotas de Colombia.
Después pasó al Sao José en Brasil y luego al Real Oviedo, Racing Club y esta temporada defendió al Córdoba de la Segunda División de España.
"Cuando nos ven jugar fuera del país demostramos que somos aguerridas, buenas en el juego aéreo, rápidas y potentes. Esas son las características principales de las futbolistas ecuatorianas", dice Ligia Moreira, de 30 años.
Demostrar su talento, trabajar con dedicación para ser incluida en el equipo titular y adaptarse lo antes posible al club y al país a donde llega, han sido los hábitos que le han servido para mantenerse en el exterior desde 2017.
Han sido seis años de constancia y trabajo, confiando en mis capacidades porque quiero aprovechar cada oportunidad.
Gigi Moreira
Ese desempeño le ha permitido afianzarse como una legionaria destacada en España.
"Hay que seguir abriendo puertas, porque una de mis tareas es que se visibilice a la futbolista ecuatoriana por el talento que tiene", agrega.
Pero nada ha sido fácil para Gigi, como le dicen a la zaguera central. Si en el fútbol masculino hay discriminación en Europa por el origen sudamericano, en el femenino existe algo parecido.
Crecimiento y evolución
De su paso por el fútbol colombiano, dice que es casi similar al ecuatoriano por la potencia.
Pasó dos temporadas en Patriotas antes de viajar al fútbol de Brasil, donde levantó un título de campeona estadual. Ahí, la adaptación fue doble: al estilo de juego y al idioma.
En Brasil tuvo que jugar con el balón más cerca del pie. Es más rápido que el fútbol ecuatoriano, que es más explosivo y que recurre al despeje o al pase de más de 10 metros.
Aprendió palabras en portugués, en las primeras semanas no podía comprender qué le pedían el técnico y sus asistentes.
En 2019, Real Oviedo le permitió migrar al fútbol español. "Es un fútbol más intenso, de más presión", explica. Con el dominio del balón desde la propia portería, pases entre líneas y más cortos.
Mi fútbol ha ido evolucionando. He aprendido diferentes estilos de juego, he tenido que adaptarme a los diferentes cuerpos técnicos.
Gigi Moreira
Al momento de anunciar su fichaje, el Real Oviedo habló de "la internacional ecuatoriana que aporta experiencia y calidad para la zaga".
Esa información se refiere a su experiencia acumulada desde los 13 años, cuando aprendió a jugar fútbol y se desempeñaba como mediocampista. En las selecciones juveniles pasó al fondo de la zaga.
Es eficiente en el juego aéreo. Rápida en el anticipo, es la encargada de liderar la línea defensiva y de que su equipo nunca pierda el orden, marca goles.
La tarjeta roja
Gigi Moreira es la capitana de la selección nacional y ha jugado partidos muy importantes en su carrera profesional.
Estuvo en la victoria de Ecuador ante Trinidad y Tobago para ganar el repechaje y el cupo para el Mundial de Canadá de 2015.
Siente que aún no ha disputado el mejor partido de su vida, cree que el balón le tiene otras sorpresas reservadas.
Pero, sin duda, uno de los peores momentos que le ha tocado enfrentar fue en el primer partido mundialista, ante Camerún. Fue expulsada en el minuto 66.
Volver a disputar un Mundial es su sueño inmediato. Este julio buscará esa clasificación en la Copa América de Colombia.
Asegura que Ecuador tiene un equipo con mejores argumentos técnicos, en relación con 2015, para lograr ese propósito.
"Ha habido un cambio importante en el fútbol femenino ecuatoriano. Tiene una Superliga que está creciendo y un grupo de futbolistas en el exterior que han acumulado experiencia", dice.
Aún tiene mucho tiempo para dedicarle fútbol, pero ya está pensando en el día después de colgar los botines.
Estudió periodismo y quiere trabajar en los medios. No le disgusta la posibilidad de convertirse en dirigente o mánager de jugadoras.
Quiere seguir ligada al fútbol, una pasión que le permite amanecer cada día con la ilusión de saltar a la cancha y jugar con la pelota, como cuando tenía 13 años.
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