Facundo Rodríguez, un apasionado de la lectura y admirador de Guardiola
Facundo Rodríguez, zaguero central de Liga de Quito, vive su primera experiencia internacional. Dejó Godoy Cruz para vincularse al "club más grande del Ecuador" dijo el futbolista nacido en Mendoza hace 23 años.
Facundo Rodríguez, jugador de Liga de Quito, sostiene un libro en el Complejo de Pomasqui, en julio de 2023.
Armando Prado
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Facundo Rodríguez tomó el primer semestre del año como un aprendizaje. Conoció a sus compañeros y se adaptó a un equipo campeón de torneos internacionales. También aprovechó la para del torneo para viajar a la islas Galápagos, un lugar que le encantó.
En este mano a mano con PRIMICIAS, Rodríguez habla de su afición a la lectura. No tiene un género específico, lee los libros que le atrapan y que le ayudan a crecer personal e intelectualmente.
Es un admirador de Joseph Guardiola, el entrenador español del Manchester City, por la huella que deja en el fútbol. También le gustan los mensajes del 'Cholo' Simeone. "Los copié en un cuaderno todos sus mensajes más destacados".
"Lo más importante que tiene este juego es la solidaridad, ya sea para ganar o para perder", es una de esas frases que destaca Simeone en su libro 'Creer', y que la subrayó Facundo Rodríguez.
Aprovechó este mes de descanso para recuperarse de la lesión que le impidió jugar las dos últimas fechas de la Primera Fase del torneo nacional.
¿Cómo vive usted esta primera experiencia internacional?
Bien, muy contento. Uno tiene miedo, inseguridades porque va a otro fútbol, a otro país, pero bueno, hay que enfrentarlos y adaptarse, y más allá del resultado, lo que saco es el aprendizaje de estar en otro país, otra sociedad, otra cultura.
¿Cómo evalúa su rendimiento en este primer semestre?
Siempre digo que hay cosas buenas y cosas malas, pero todo es parte de un proceso, del crecimiento, de la adaptación. De conocer al compañero, el contexto, la ciudad, la gente, la sociedad, la hinchada. El balance que yo hago es positivo, lógicamente cosas por mejorar.
¿Qué delantera fue la más complicada que marcó?
La de El Nacional, con Ronie Carrillo y Byron Palacios. Después, Miguel Parrales, la estadística lo dice. Me quedo con el partido contra Independiente del Valle, fue muy duro con Michael Hoyos.
¿Cómo manejó la presión de la hinchada en momentos difíciles como los tuvo Liga en el primer semestre?
Cuando uno viene a este club sabe lo que significa jugar en el más grande de Ecuador y más que una presión, es una responsabilidad. Liga entra a todas las canchas a ganar sin importar los contextos diferentes, canchas difíciles, césped que no es igual al de Casa Blanca, dimensiones, ciudades de altura o llano, entonces más que presión es responsabilidad.
El fútbol moderno obliga al arquero a tener una mayor participación y juego con los pies. ¿Cuánto contribuye este nuevo rol a los zagueros?
Nos sirve mucho porque a nosotros nos exigen una salida limpia, buenos pases para que nuestros volantes o delanteros reciban el balón en las mejores condiciones y así generar un buen ataque.
¿Los libros y la lectura son parte de un hábito personal?
Sí, me gusta leer, para despejarme, para aprender. No tengo un género específico, leo lo que me engancha. Leí 'El Hilo Rojo' que trata de la vida de una empresaria que adopta a chicos de la calle, nada que ver con el fútbol o con la sicología, me atrapó.
¿Tiene algún libro en especial que le haya gustado?
He leído sobre fútbol, novelas, libros de psicología. Me gustó 'Estrés, sufrimiento y felicidad' de Daniel López Rosseti. Es un cardiólogo argentino muy conocido que habla de cómo disminuir el estrés y cómo identificar sus síntomas.
Cita la frase de Buda: "el dolor es inevitable y el sufrimiento es optativo" y da opciones para que, cuando a uno le pasa algo, salga lo más rápido posible y no se convierta en un sufrimiento porque a la larga lleva a una enfermedad, que en muchos casos es fatal.
¿De literatura deportiva?
He leído todos los libros de Guardiola, tres de Simeone, uno de Bielsa y otro de Arigo Sacchi. De todos he sacado cosas buenas. Yo admiro a Guardiola, es una cuestión personal, desde chico siempre me gustó. Lionel Messi es muy grande y se encontró con un técnico como él, que lo potenció. Para mí es un entrenador que a donde va deja una huella, deja una enseñanza, eso es valorable.
¿Dónde está su biblioteca?
En la casa de mis padres. De Argentina traje dos libros, que me puede durar cuatro meses. Los compro si me hace falta, o muchas veces cambio con mis amigos, que también les gusta leer; mi novia también me los regala.
¿Cómo se llamaría el libro de su vida?
Alguna vez dije que me gustaría escribir un libro, pero nunca pensé en un nombre. Escribo para mí, para sacar emociones, pensamientos, algún mensaje a mi novia. Aún no escribo algún capítulo de un libro o algo así.
¿Pero si le gustaría escribir un libro?
Algún día, sí. De más viejito, sería algo lindo, creo.
¿Por qué leer?
Porque uno aprende, le abre la mente y lo más importante da el beneficio de la duda. Hoy en día uno cree mucho de lo que los otros dicen, cuando uno tiene el conocimiento puede poner en duda lo que ese otro dice. Se adquiere la capacidad de tomar o no esas versiones o comparar con lo que pienso y sé.
Eduardo Sacheri en uno de sus cuentos deportivos describe la costumbre de los futbolistas, que pese a jugar en los grandes estadios de Europa y América, siempre retornan a la cancha, a jugar con los amigos del barrio. ¿Por qué volver a la canchita del barrio?
Es el lugar de uno. El futbolista viaja, se va lejos, muchas veces se va solo, por eso a menudo tiene la necesidad de volver y decir de acá soy yo. Acá están mis amigos, acá estoy en calma, no tengo que demostrar nada, puedo ser yo libremente, sin que me juzguen. Yo creo que pasa por ahí y me pasa y le pasa a la mayoría porque es el lugar donde está su esencia.
¿Cuál es el campito donde creció?
En San Martín, Mendoza, en el barrio San Antonio.
¿Y la cancha?
Me crié en la calle y jugaba sobre el puente. El barrio era una sola calle y terminaba en el puente, por donde no pasaba nadie, entonces un arco se colocaba a un lado del puente, y el otro, al finalizar. Ahí jugaba.
¿Ahí empezó todo?
Jugué fútbol desde chiquito, de cuatro o cinco años. A los seis o siete años, empecé a agarrar un poco más de gusto, después los captadores de Racing de Avellaneda me buscaron, fui a una prueba y me quedé. Ahí fue cuando me empezó a despertar las ganas de ser profesional.
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