Una cuestión de fe, así es la devoción en los camerinos de Ecuador
"El camerino es un recinto privado. Están los médicos, los utileros y nadie más. Es un lugar sagrado. Íntimo". Así lo definió Edgardo Bauza en el libro 'El Patón, con los pies en la tierra', de Fernando Carrión.
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En todos los estadios del país se cumple un rito. Los jugadores recurren a la música para disipar la tensión minutos antes de los partidos. Repasan las últimas indicaciones técnicas, para la motivación y, luego, oran.
Son los utileros de cada equipo los encargados de llevar los uniformes, los zapatos, las vendas y también las imágenes religiosas.
La fe blanca
En Liga Deportiva Universitaria, la devoción por la Virgen Dolorosa se ha mantenido durante décadas.
Una imagen de La Dolorosa se encuentra en el Centro de Alto Rendimiento de Pomasqui y otra acompaña al plantel en todos los estadios donde juega la 'U'.
Muchos hinchas albos recuerdan el día en que Hans Ortega recorrió de rodillas todo el Olímpico Atahualpa, con la imagen de la Virgen Dolorosa en las manos, tras lograr el título de 1990.
Desde la temporada 2008, cuando Liga ganó la Copa Libertadores, algunos futbolistas pidieron la incorporación de estampas de Jesús del Gran Poder, el Divino Niño, la Virgen del Cisne de Loja y del Sagrado Corazón de Jesús.
Por su parte, el arquero Adrián Gabbarini es devoto de la Virgen de Luján, como la mayoría de los futbolistas argentinos.
Tiene tan arraigada su fe que su hija lleva por nombre Oriana Luján. Desde que jugaba en las categorías prejuveniles, 'Gabba' siempre llevaba una imagen de la Virgen de Luján.
Generalmente, la coloca detrás del arco.
En las finales del campeonato nacional de 2018 y de la Copa Ecuador de 2019, el arquero Gabbarini comentó que sus imágenes habían sido robadas tanto del estadio George Capwell, como del Jocay.
"Las imágenes se regalan no se roban", respondió entonces Gabbarini, que tiene otras imágenes en su casa.
Una capilla
Barcelona Sporting Club levantó una pequeña capilla a la salida del camerino del Estadio Banco Pichincha, para que los futbolistas puedan orar antes de pisar el césped.
En el altar principal hay un crucifijo. A los costados se han colocado estatuas del Sagrado Corazón de Jesús y de la Virgen del Cisne, que luce una túnica amarilla, por supuesto.
El Divino Niño, también con un vistoso traje amarillo, un cuadro de la Virgen María y otro del Niño Jesús forman parte de este altar. Todos respetan las creencias de cada jugador o miembro del equipo.
Según explica Luigi Macchiavello, gerente de Comunicación de Barcelona, cuando el equipo sale a jugar a otra ciudad o al exterior, el grupo de utileros no lleva ninguna imagen.
En la temporada 2010, el expresidente del club, Alfonso Harb, se encomendó a la Virgen Dolorosa para que protegiera al plantel de una serie de lesiones y de derrotas.
Muchos jugadores, dirigentes y, sobre todo, los hinchas aseguraban que Barcelona no podía lograr el título por el influjo de la llamada 'maldición de Makanaky'.
Se atribuía, en ese entonces, al volante camerunés Cyril Makanaky (que jugó en Barcelona en 1996), el supuesto maleficio porque la dirigencia no le pagó todo su salario.
Sin embargo, cada vez que le mencionaban el tema, el camerunés soltaba una carcajada y decía que le guardaba mucho cariño a Barcelona. El delantero jugó el Mundial de Italia 1990.
Por su parte, el argentino - ecuatoriano Damián 'Kitu' Díaz, se tatuó la imagen de la Virgen de Luján en el brazo izquierdo.
Este año, en cambio, grabó en su piel la frase: 'Only God can judge me' (solo Dios puede juzgarme).
La Virgen del ascenso
El camerino de la Universidad Católica es muy hermético. Los utileros guardan la imagen de la Virgen que acompañó al plantel durante el ascenso a la Serie A en las temporadas de 2009 y de 2012.
Permanece oculta entre semana y solo los jugadores pueden verla en el camerino antes de cada partido.
En sus redes sociales, el arquero Hernán Galindez se ha manifestado muy agradecido y cercano al ser supremo. Nombró a Dios cuando le envió un saludo al arquero Javier Burrai en el momento que sufrió una fractura en el rostro, durante un partido de la Copa Libertadores en abril pasado.
También cuando dijo que "si viene Dios y me pone a elegir muchas cosas le diría: quisiera estar en Catar, no pido más. Es mi sueño más grande. Me siento un privilegiado de vestir estos colores", en relación con la selección ecuatoriana y las Eliminatorias al Mundial.
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