David Barrientos: "El futbolista ecuatoriano es un bendecido"
El profesional colombiano, de 35 años, dirige la preparación física de Universidad Católica. Después de seis temporadas de trabajar en el país, destaca la fuerza, potencia y resistencia de los futbolistas ecuatorianos.
David Barrientos, preparador físico de Universidad Católica, después de una práctica en La Armenia, en agosto de 2023.
Armando Prado
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José David Barrientos llegó al fútbol ecuatoriano en 2018. Ha trabajado en clubes de Quito y Guayaquil, y desde noviembre de 2022 decidió unirse al conjunto 'camaratta' como parte del equipo del técnico Igor Oca.
"El fútbol ha ido evolucionando al igual que la preparación física. Ya no se trabaja como antes, cuando el jugador corría por una hora y media alrededor de la cancha. Luego iba al gimnasio para una hora y media de trabajo de fuerza. Hoy el entrenamiento físico está integrado al juego", explica Barrientos.
Esa evolución para el entrenamiento de fuerza, resistencia y explosión a la velocidad requiere el trabajo en la cancha con el balón porque el fútbol es más vertical. "En la cancha, el jugador tiene mayores recorridos".
En Universidad Católica, el promedio de kilómetros recorridos, en un partido, es de 13 kilómetros por jugador, por la dinámica del juego: acciones en campo propio y en el rival.
"Trabajamos con GPS y tecnología Catapult, que nos permite hacer el seguimiento de cada jugador. Recolectar datos y proyectarlos para alcanzar su mejor rendimiento", detalla el preparador físico.
Durante la paralización del campeonato, en junio y julio, viajó a Bogotá para acudir a una jornada de actualización, porque en la era de los datos y la tecnología, este conocimiento ayuda a lograr nuevos objetivos y mejores resultados.
¿En el aspecto físico, perjudicó la paralización de 45 días a mitad de temporada?
Fueron seis semanas en total de paralización, demasiado largo para un jugador de fútbol. Les dimos dos semanas de vacaciones. En la tercera semana, empezamos hacer una adaptación para retomar trabajos de fuerza para luego ir incorporando los aspectos técnico-tácticos con el entrenador.
¿Fue diferente a lo que se hizo en el inicio de la temporada?
No fue muy diferente, trabajamos más o menos similar, con semanas de descanso total y luego retomamos el trabajo de fuerza, porque la filosofía y la metodología que maneja el entrenador es toda aplicada al balón.
¿En el fútbol actual, que es de mucho ida y vuelta, las metodologías han cambiado?
Hoy el trabajo físico es muy integrado al juego, toda la parte física se realiza dependiendo de las demandas del juego, hacemos trabajo de fuerza o de resistencia, pero que está integrado a un objetivo. De esa forma el jugador se motiva y se entrena mejor.
¿El trabajo en el gimnasio ya no se centra en repeticiones?
Utilizamos el gimnasio para sesiones de 15 a 20 minutos, es un trabajo preventivo para que el jugador ya entre activado y se encadene el trabajo de fuerza que ahora se realiza en la cancha.
El fútbol ecuatoriano es veloz y fuerte. ¿Cómo se trabaja para responder a ese ritmo de juego?
El jugador ecuatoriano es un bendecido, tiene características explosivas, son potentes, fuertes y resistentes. Aparte de todas esas capacidades físicas son muy hábiles con el balón, lo hacen demasiado bien.
En ese contexto, en el post entrenamiento regresamos al gimnasio para trabajar de acuerdo a las características de cada jugador. Hay quienes necesitan trabajo de hipertrofia –adaptar al músculo al ejercicio físico-, de mantenimiento de fuerza, y otros que necesitan disminuir porcentaje de grasa en su cuerpo.
En el país, el futbolista juega en altura, a nivel del mar; en calor de 32 grados y en frío. ¿Cómo se adapta a estas condiciones?
Es un reto para los futbolistas jugar a nivel del mar, luego subir a 2.850 metros de altitud o ir a Echaleche a 3.350 metros sobre el nivel del mar. La altura no es un mito y los equipos locales suelen sacar provecho. Pero en ciudades de altas temperaturas, también existen ventajas para los equipos locales.
¿Quién es el jugador más rápido de Universidad Católica, según los datos que ustedes pueden recopilar?
Tenemos jugadores muy rápidos como Ismael Díaz, Aron Rodríguez, Byron Angulo y Gregory Anangonó. En un pique imprimen velocidades de 33, 34 y hasta 35 kilómetros por hora.
¿Quién es el jugador más fuerte?
Franklin Guerra es un jugador muy fuerte. Ismael Díaz no es de mucha masa muscular, pero es muy fuerte, intramuscularmente. Facundo Martínez trabaja post entrenamiento en fuerza. Fausto Grillo me ha sorprendido gratamente por las condiciones en las que vino. Entrenó con nosotros una semana y ya estaba listo para competir, es un jugador fuerte, está muy bien físicamente.
¿Quién es el jugador más explosivo?
Los que tienen mayor aceleración son Aron Rodríguez e Ismael Díaz, por lo general son los extremos.
¿Cuántos kilómetros corre un jugador, en promedio, en un partido?
Está entre los 10.500 metros y 12.500 metros. Quienes más recorren son Facundo Martínez y Kevin Minda, en promedio 12,5 kilómetros.
¿Este rendimiento no es igual en la Costa?
Cuando tenemos el balón, sí. Somos un equipo que nos gusta proponer, tener la iniciativa, ir hacia adelante, independiente que juguemos en la Costa o de local. Lo ideal es correr con el balón hacia adelante porque no sirve de nada recorrer 13 kilómetros pero sin balón y siempre hacia atrás. La preparación física hay que analizarla siempre en el contexto del juego.
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