Damián Manso: "Había perdido el rumbo, pero el 'Patón' Bauza me guio"
El histórico futbolista de Liga de Quito nunca olvidará lo que significó Edgardo Bauza en su vida. Ahora, en esta nueva etapa como entrenador, quiere fomentar en los más chicos los valores que aprendió con el 'Patón'.
Damián Manso, durante una entrevista con PRIMICIAS en Quito, el 13 de diciembre de 2023.
Israel Mora / PRIMICIAS
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Es una tarde fría, pero despejada en Quito y Damián Manso se encuentra en medio de una cancha sintética. A su alrededor, unos 10 chicos juegan un partido de fútbol.
El 'Piojo', con un silbato en su boca, controla el juego. Tantas veces el talentoso volante se habrá enfrentado con los árbitros, pero ahora le toca cumplir con esta labor, para apoyar a los chicos de su academia.
Ellos, vestidos con chalecos azules y verdes que dicen 'DM', están dando sus primeros pasos en este deporte. Recién llevan un mes aprendiendo sobre táctica y coordinación, bajo el liderazgo de este histórico futbolista, que no vieron jugar, pero al cual reconocen por su importancia.
"Ellos no me conocen bien, los papás son los que les cuentan cómo fui. Y de ahí miran muchos videos en YouTube y me dicen que me vieron en tal partido, en tal lugar. Me pone contento, quieren aprender siempre", dice Manso, quien deja un rato a los chicos para charlar con PRIMICIAS.
La Academia de Damián Manso fue una iniciativa que surgió hace seis meses. "Siempre lo pensé, desde que dirigí a chicos en Chacarita y me gustó bastante. Y quise enseñar acá, en Quito, que es mi segunda casa".
"Me retiré yo solo"
En enero de 2019, luego de un año y medio jugando en el Justo José de Urquiza, de la Primera B Metropolitana de Argentina, Damián Manso anunció su retiro profesional.
"Jugué hasta la edad que quise, después me dije que no quería más, no es que el fútbol me retiró, me retiré yo solo", afirma contundentemente. "El retiro no me chocó, jugué hasta donde quise".
Pero el rosarino, si bien no jugó más, no podía separarse de las canchas. Inmediatamente, se unió a Chacarita, donde dirigió la séptima división de inferiores y adquirió su pasión por la dirección técnica.
Luego llegó la pandemia del Covid-19 y el 'Piojo' decidió retornar a Quito, junto con su familia. "Aquí la gente me trata con mucho cariño, mucho aprecio, más allá de qué equipo son, si son liguistas o no".
En septiembre de 2021, Manso se reincorporó a Liga de Quito, esta vez como parte del cuerpo técnico de Pablo Marini.
"Quería ver si estaba listo para dirigir y acepté la propuesta. Es totalmente distinto a lo que había vivido, pero me gustó muchísimo el día a día con los jugadores y también tuve la suerte de dirigir a las inferiores".
Manso se mantuvo en el cargo hasta 2022, pero esta experiencia aumentó su pasión por la dirección técnica. "Me preparé para dirigir en primera división, así que no lo descarto, no cierro la puerta a entrenar a un equipo de primera".
El 'Patón', una figura paterna
Damián Manso fichó por Liga de Quito a mediados de 2007, gracias a la recomendación de dos figuras: Néicer Reasco, con quien compartió vestuario en Newell's Old Boys, y Edgardo Bauza, a quien conocía de Rosario.
El 'Piojo' se llena de emoción al recordar al 'Patón', a quien describe como una figura paterna y como el mejor director técnico que tuvo en su carrera.
"Yo había perdido el rumbo, y él me volvió a guiar, me dio esa alegría de jugar al fútbol otra vez. Desde que llegué me trataba a mí, como a todos, como un hijo".
Manso resalta esa cualidad de persona, que iba más allá del camerino o de la cancha. "Podías ir con él y tomar un café, sin problemas. Fue eso que hizo que defendamos al entrenador a morir".
Es un agradecimiento y una admiración que van más allá de las rivalidades (Manso se formó en Newell's y Bauza jugó y dirigió en Rosario Central). "En Rosario somos la contra, rivales, pero que se enoje quién se enoje, Bauza para mí fue muy importante".
Liga, una camiseta que pesa mucho
Para Damián Manso es imposible separarse del 'Mundo Liga'. El rosarino ha asistido a cuántos partidos ha podido y ha festejado este exitoso año de los 'albos'.
"Los he seguido muchísimo, fui a muchos partidos. Haber estado con Pablo (Marini) me ayudó, porque tal vez antes no hubiera ido, por vergüenza mía, pero cada vez que voy los muchachos me tratan muy bien".
"Liga es una familia, uno se siente cómodo", dice el exfutbolista, que con la casaca de la 'U' jugo 96 partidos, marcó 11 goles y ganó dos títulos, la Serie A de 2007 y la Libertadores de 2008.
"Fue una alegría muy grande haber logrado lo que logramos", expresa Manso sobre esa primera estrella internacional. "Pero en el momento no nos dábamos cuenta, recién 15 años después lo entendimos, porque la gente lo sigue recordando".
Y otro momento inolvidable con Liga fue cuando jugó la final del Mundial de Clubes contra el Manchester United y se quedó con el Balón de Bronce del torneo.
"Fue un sueño jugar con esos monstruos, pero nos decía el 'Patón', son 11 contra 11, corren igual que ustedes, no interesan los millones que ganan, hay que hacerles partido. Lo hicimos muy bien, lamentablemente perdimos 1-0, pero nos decían que nos iban a ganar por goleada".
Sobre el estadio Rodrigo Paz Delgado, el 'Piojo' lo describe como un "templo". "Es una cancha hermosa para jugar, tenés unos hinchas que alientan todo el partido, uno cuando entraba a la cancha quería brindar el 100%".
Manso siente orgullo por el trabajo que hicieron los futbolistas de Liga esta temporada, en la que el 'Rey de Copas' ganó la Copa Sudamericana y la LigaPro.
"Ellos la tienen muy clara, saben lo que quieren y quieren seguir ganando cosas. La camiseta de Liga pesa por la historia, por lo que significa, cada vez va pesando más, pero los chicos lo toman con mucha responsabilidad".
Luego de estos bonitos recuerdos, Damián Manso retorna a la cancha sintética, hay que finalizar la sesión del día. Los chicos le piden practicar unos penales, pero él les dice que ya hay que terminar, porque hay que entregar la cancha.
Los sienta a todos en el círculo central y les enseña sobre el valor más importante, esa cualidad que lo llevó al éxito. "Primero es el respeto, hacia nosotros y hacia ellos mismos, deben entrenarse y jugar sin golpearse, porque son compañeros y van a jugar juntos".
Los chicos dejan la cancha, toman agua y se dirigen donde sus padres. Y Damián Manso, un ídolo de los liguistas, uno de los mejores futbolistas de su época en el continente, recoge los conos y los balones y deja todo limpio, para demostrar ese respeto que le enseñó el 'Patón' Bauza.
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