Los capitanes llevan la impronta de la Universidad Católica
El sentido de pertenencia a la Universidad Católica se cultiva desde las divisiones formativas. Varios jugadores han seguido todo el proceso desde los 11 años.
Todos los capitanes de Universidad Católica posan uniformados en el complejo de la Armenia, en Quito.
Armando Prado
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“Ser capitán de Universidad Católica es una linda responsabilidad. Es ayudar al más chico, integrar al que llega; liderar con el ejemplo o con la palabra”, dice Facundo Martínez.
Lo expresó al grupo capitanes de las divisiones formativas, de los equipos femeninos y del San Antonio, filial del club 'camaratta'.
El 10 de la Católica es un ícono en el club y un ídolo entre los muchachos. Tal vez por ello, siempre encuentra una ocasión para motivar a los más destacados de las menores. Un regalo, un apretón de manos, una comida especial.
“Porque Universidad Católica es una familia”, dice Isaac Sánchez, capitán de la Sub 17.
La “cita de los capitanes” mostró a un ‘Facu’ siempre abierto. Sencillo y directo. Saludó con todos y bromeó con ellos, con aquellos que esperaban ese apretón de manos y que sentían nervios por saludar a su ídolo.
“Ser capitán es ser el primero en llegar a las prácticas y el último en irse. Es el nexo entre los jugadores y el cuerpo técnico. Es liderar y motivar”.
Facundo Martínez, capitán de Universidad Católica
José Laster vino desde Guayaquil cuando tenía 11 años. Ya cumplió los 14 y es capitán en la Sub 15.
Los nervios aparecieron porque le intimida hablar ante una cámara, sus mejores destrezas las exhibe en la cancha. “Admiro a Facundo cuando asume esa posición”, alcanza a decir.
José jugaba en Playas, cuando el técnico Franklin Corozo le animó a viajar a Quito a probarse en Universidad Católica.
El equipo lo acogió en la Casa Club, donde recibe todas las atenciones de un muchacho que quiere hacer del fútbol una profesión.
Cuenta con un lugar de alojamiento y asiste a clases. Se alimenta bien. Los estudios son parte de la formación integral en la U. Católica. “Estoy en décimo año y quiero graduarme”.
Salir de la casa materna, al cumplir 11 años, fue algo doloroso. Le costó acostumbrarse a estar lejos de los suyos. “Cuando mi papá y mi mamá vienen a visitarme, me lleno de alegría y juego mejor”.
José espera que el sacrificio tenga su recompensa, pues en el futuro se ve jugando en Europa, como lo hacen los seleccionados nacionales.
Isaac Sánchez también vive en la Casa Club. Tiene 16 años y llegó desde la Concordia cuando tenía 12 años.
“Universidad Católica es especial para mí. Vine con la cabeza agachada, porque otro club me había rechazado. Aquí me acogieron, me dieron el mejor de los tratos y me ayudaron. Siempre voy a estar agradecido”.
En lo deportivo, ha ido cumpliendo procesos que le han permitido ser convocado a la selección ecuatoriana Sub 17.
“Mi sueño es jugar en el Barcelona de España, pero antes, debutar en primera con Católica”.
Isaac Sánchez, jugador de Universidad Católica
Mira a Moisés Caicedo y Pervis Estupiñán en el fútbol de Inglaterra. Eso lo motiva, le hace sentir que jugar en Europa es una “una posibilidad real”.
William Guanoluisa es el líder de la Sub 19 de Universidad Católica. Este equipo se metió en las semifinales del campeonato nacional y por su desempeño, ha sido observado por un ojeador del exterior.
“Queremos clasificar a la gran final”, dice el espigado lateral derecho, que nació en Guayaquil hace 18 años.
Es parte de la familia 'camaratta' desde hace siete años y es uno de los jugadores que trabajó directamente con el DT Miguel Rondelli, cuando dirigía las divisiones formativas, antes de hacerse cargo del equipo principal.
Espera ser llamado muy pronto para debutar en primera división, mientras se entrena con Eduardo Altamirano. "Con el fútbol quiero sacar adelante a mi familia”.
Juan Ignacio Mogrovejo es capitán de la Sub 12. “Llegué a Católica cuando tenía 9 años. Vine muy nervioso a probarme, pero el club me acogió y me dio todas las facilidades”.
Se desempeña como volante interior y agradece a sus entrenadores la formación que ha recibido. “Un capitán tiene siempre que ayudar a sus compañeros”, afirma.
Leonel Corredores es el capitán más pequeño del club. Juega como lateral derecho y es líder de la Sub 11.
Algo nervioso, relata que ser capitán es divertido “porque diriges a tus compañeros”, y que luce con orgullo esa banda, porque hizo esfuerzos para merecerlo.
Es admirador de Byron Castillo, jugador de la Selección, por su velocidad y la proyección que tiene.
“Yo también corro bien por esa banda, defiendo bien y hago goles”, expresa con una pícara sonrisa.
Por ese amor y pasión por el fútbol, no le importa madrugar, ir al colegio, viajar hasta La Armenia para entrenarse con Católica y retornar a casa en Solanda –en el sur de Quito-, para cumplir con las tareas estudiantiles. “Vale la pena”.
Los equipos femeninos
En este encuentro de capitanes también participaron las dos lideresas de los equipos femeninos, María Emilia Vallejo de la Sub 16 y Salomé Mantilla del equipo principal.
La U. Católica, de la mano de la entrenadora Ana María Riera, retornó a la Superliga. Se clasificó a los octavos de final y es candidato al premio Equipo Revelación.
San Antonio, con sello de la Chatoleí
El club imbabureño se ha convertido en el plantel donde los jugadores de Universidad Catolica tienen espacio para sumar partidos en la Segunda Categoría, antes de saltar a la primera división.
Marcos del Padre pertenece al Trencito Azul, pero este año pasó al San Antonio de Ibarra. “El objetivo es ascender a la Serie B”.
Se desempeña como defensa central y quiere que, con esa experiencia acumulada en la Segunda División, retornar el próximo año a filas 'camarattas'. “Me identifico con la esencia del club que busca un crecimiento personal y profesional”.
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