Gloria de la Católica, el 'Toño' Arias debutó con Spencer
Su primer entrenador fue Alberto Spencer. Compartió con Ytalo Estupiñán, Polo Carrera y Cristóbal Mantilla. Es uno de los jugadores inolvidables de Universidad Católica.
Antonio Arias posa junto al mural que pintaron sus hijos en el barrio El Calzado, en el sur de Quito.
Armando Prado
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Antonio Arias sonríe con la humildad que siempre lo caracterizó. "Universidad Católica me dio todo", dice el mediocampista ecuatoriano, que brilló en el conjunto 'camaratta' entre 1978 y 1990.
Abrir el álbum de los recuerdos llena su corazón de alegría y de nostalgia. En un comienzo jugaba los torneos barriales en el tradicional barrio La Vicentina, de Quito.
Fue durante tres temporadas consecutivas el goleador del equipo El Dorado del barrio donde creció.
Un amigo del barrio hizo las gestiones para que el gran Alberto Spencer, que volvió al país para dirigir a Universidad Católica, le permitiera a Antonio Arias presentarse a una prueba.
"Me preguntó de qué jugaba, le dije que era goleador. Me miró y me envió al medio campo. Entré a la cancha en un partido contra Santo Domingo y me dio el sí", relata con emoción.
Embajador del fútbol de barrio
Debutó ese mismo año en la Serie A, en el cotejo contra Deportivo Cuenca. Ingresó en el segundo tiempo. Todo el detalle lo tiene fresco en la memoria.
Para 1979, la dirigencia 'camaratta' conformó un plantel poderoso, con jugadores de renombre, que terminarían escribiendo una gran historia.
Polo Carrera llegó al club como la gran figura. También lo hicieron los argentinos Carlos 'Toti' Veglio y Mario Enrique Raffart y el uruguayo Juan Ramón Silva.
Se quedaron en el plantel John Landeta, Frisco Cajape, Fausto Carrera, Cristóbal Mantilla y Antonio Arias.
Jugué con futbolistas a los que admiraba. Gente buena, sana y solidaria como ha sido característico en la Universidad Católica.
Antonio Arias
El 'Toño' era un embajador del fútbol de barrio. Era muy hábil y decidido. Se proyectaba al área rival con rapidez y sorpresa.
En su estilo de juego derrochaba fuerza, garra, coraje y entrega. Pertenecía a ese grupo de futbolistas que están en vías de extinción por el fútbol resultadista.
El corrientazo de 1980
Ese 1979 estuvo muy cerca de lograr el título nacional. Incluso, tras la victoria 1-0 sobre Técnico Universitario en Ambato, y la derrota de Emelec ante Manta hubo una pequeña celebración.
Pero el partido entre eléctricos y manabitas se volvió a jugar y los azules lograron el título. "La historia dice que el campeón fue Emelec, pero hubo muchas cosas extrañas en ese partido de repetición", recuerda.
Universidad Católica y Emelec se volvieron a encontrar en marzo de 1980 por la Copa Libertadores. "Ganamos 5-0. Fue nuestra revancha. Lo encaramos así".
En esa Copa Libertadores, 'Toño' vivió dos pasajes diferentes: en el cotejo contra Santa Fe de Bogotá, jugado en Quito, anotó el gol de la victoria.
"Fue después de un tiro de esquina, Wasington Méndez levantó el centro. Yo llegué al área y empujé el balón", dice.
Pero en el cotejo de regreso, en Bogotá, fue expulsado. "Estuve lejos de la jugada y me acerqué. No era mi lío y me sacaron la roja". Ese día estuvo molesto, hoy sonríe.
Otro gol que no desaparece de su memoria es el que le convirtió a Barcelona en el torneo de 1981. "Fue un remate desde fuera del área, el arquero era Juan Domingo Pereira. Esos recuerdos están grabados en el alma y el corazón".
'Toño' en el Congreso Nacional
En Universidad Católica, Antonio Arias permaneció hasta 1989. Al año siguiente fue a jugar con Aucas, pero alternaba con un trabajo ocasional que consiguió en el Congreso Nacional.
En 1991 decidió retirarse del fútbol y pasar a ser funcionario público, mientras lograba su título como entrenador de fútbol a nivel profesional.
Desde 2001 comenzó a trabajar como entrenador de la Sub 17 y luego de la Sub 20 de Universidad Católica, tras un llamado de Francisco 'Tano' Bertocchi. También dirigió a los equipos de fútbol de la UTE.
Hoy está al frente del equipo amateur RCH y de una escuela de fútbol en el barrio El Calzado, al sur de Quito.
Está casado desde hace 35 años con Berenice Aragón. Son padres de Juan José, Diana Carolina y Alexis Antonio, y son abuelos de Juan Antonio y Juan Martín, todos hinchas de la U. Católica.
"Mis hijos no me vieron jugar, les cuento de mi paso por el fútbol. Me admiran", dice, con una voz ahogada por la emoción y el llanto.
Tanta es la admiración de los hijos, que ellos decidieron pintar un mural con el rostro de su padre, muy cerca de la casa donde viven y de las canchas a donde no dejan de asistir. "Siempre están conmigo, son hijos solidarios y buenos para el fútbol".
Antonio Arias ha vuelto al estadio Atahualpa desde el año pasado, esta vez para apoyar desde las gradas al club que ama tanto.
"La dirigencia de Universidad Católica nos ha invitado a los partidos de las Copas Libertadores y Sudamericana y del campeonato nacional. Es un hermoso gesto para quienes dejamos huella en el club y en el fútbol ecuatoriano", agrega todavía emocionado.
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