Andrés Oña mantiene vigente el legado de los Alcocer
El volante de Universidad Católica heredó la tradición de su abuelo, Mario, un hábil delantero de los años 60.
Andrés Oña posa en el Complejo de la Armenia, de Universidad Católica, el 11 de julio de 2023.
Armando Prado
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Andrés Oña Alcocer cumplió 30 años y, según su ficha deportiva, tiene 12 años jugando al fútbol. “Los recuerdos que tengo de mi infancia son con el balón de fútbol, no recuerdo ningún otro juguete en mi casa”, dice el mediocampista de Universidad Católica.
Heredó esta afición y esta profesión de su abuelo Mario Alcocer, hábil delantero goleador del Deportivo Quito en los años 60.
Luego sus tíos continuaron con la tradición y Andrés es quien hoy lleva el estandarte de la familia Alcocer en el fútbol profesional.
“Para la familia Alcocer, el fútbol es todo en nuestra vida. Mi abuelito jugó fútbol profesional, a mi madre le encanta. Eso hizo que me incliné por esta profesión”.
Andrés Oña Alcocer, jugador de U. Católica.
Considera al balón de fútbol su gran amigo, con el que ha compartido toda su vida. Sus primeros peloteos los recuerda a los cuatro años, junto a su extensa familia, los fines de semana.
A los ocho años ingresó a Independiente José Terán, el tradicional club de Sangolquí, donde jugaban sus primos y tíos; más de 20 integrantes.
En 2005 comenzó, de manera oficial su andar en el fútbol. Jugó por Independiente del Valle en la categoría Sub 12, con su tío Omar como entrenador. Él fue quien le ubicó en la cancha como volante 5 por su estilo de juego: gran visión periférica, pases en profundidad de más de 20 metros y remate a puerta desde fuera del área.
“Al cumplir 12 años debuté en un equipo profesional en la Segunda Categoría. Y con 15 años lo hice en Independiente del Valle en la Serie A”.
Debutó por sus condiciones técnicas, que las sigue trabajando. Después de los entrenamientos se queda a ensayar esos pases largos y profundos, que muchas veces se convierten en pases de gol.
“Me encanta la posición que tengo en la cancha. Me gusta mucho estar en contacto con la pelota para hacer jugar al equipo”.
En 2011 vivió uno de los momentos más importantes de su carrera. Con la selección ecuatoriana Sub 20, que dirigía el entrenador Sixto Vizuete, jugó el Sudamericano en Perú y el Mundial en Colombia.
Compartió equipo con jugadores que hoy destacan en el campeonato nacional y en el fútbol del exterior: Fernando Gaibor, Mario Pineida, Juan Cazares, Dixon Arroyo y Marlon de Jesús. El equipo nacional avanzó hasta octavos de final en esa Copa del Mundo.
En 2015 dejó Independiente del Valle y se marchó a Deportivo Cuenca, por pedido del entrenador Paúl Vélez. Allí jugó por tres temporadas.
El entrenador Santiago Escobar pidió su contratación para Universidad Católica. En 2018 jugó 43 de las 44 fechas. Fue titular inamovible y el hombre de los tiempos y las ideas a la hora de interpretar el libreto táctico.
En 2021 afrontó la etapa más difícil. Una doble lesión le alejó de las canchas por casi un año. “Solo mi pasión por el futbol me hizo retornar. Mi vida giraba entre la terapia, la rehabilitación, el fortalecimiento muscular, pero siempre en mi cabeza estaba la convicción que tenía que recuperarme para volver a jugar porque tengo mucho más tiempo de carrera”.
Andrés se sometió a una intervención quirúrgica en su rodilla derecha por la rotura del ligamento cruzado, cumplió con los seis meses de rehabilitación y cuando estaba cercana la fecha del alta médica, se rompió el talón de Aquiles de la pierna izquierda. Tuvo que seguir en rehabilitación por seis meses más.
Por esas casualidades de la vida, el partido que marcó su retorno fue en un cotejo contra Independiente del Valle. Esa camiseta la tiene guardada como premio a su perseverancia.
Las dos lesiones están completamente superadas. No han quedado rezagos ni molestias que le impidan seguir soñando.
“No sé si a esta edad pueda cumplir con dos metas que me había impuesto: jugar en el exterior y ser convocado a la Selección. Sigo creyendo que esos objetivos, si uno trabaja, los puede cumplir”.
A nivel colectivo, Andrés y sus compañeros en Universidad Católica, buscan ser protagonistas, pelear el primer lugar como sucedió en 2022.
“Fuimos nosotros los responsables de no iniciar bien la temporada, pero ventajosamente pudimos levantar el nivel y terminar bien la primera etapa del torneo. Es parte del fútbol”.
Por eso, a los hinchas del equipo ‘camaratta’ les pide que sigan creyendo en el equipo, que el plantel se compromete a pelear el título y la clasificación a la Copa Libertadores como ha sucedido en los últimos cuatro años.
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