Resistentes y de alto nivel: Ana Rueda deja huella en Universidad Católica

Con Ana Rueda, la entrenadora de Universidad Católica femenino, las reglas están claras: la frase "no puedo" no existe ni en la cancha ni en el camerino del cuadro 'camaratta'.

La actitud de trabajo y de entrega por el equipo no se negocia. No admite justificaciones, porque es parte de su ideología de juego.

Y la lealtad es el valor de conciencia y compromiso que identifica a su grupo de jugadoras. "Somos fieles a la filosofía del club, de los equipos que están dando lo mejor de sí todo el tiempo", dice la entrenadora quiteña, de 36 años de edad.

Sobre estos tres principios, Ana María Rueda afianza sus estrategias en el campo: toque y posesión de balón y trabajo a gran velocidad para sorprender al rival con un sistema de juego agresivo.

"Las jugadoras van aprendiendo los planteamientos tácticos. Trabajamos todos los días cómo vamos a jugar. Eso nos permite que el equipo esté preparado para el día del partido", dice.

Detalla que sus futbolistas tienen ansias de aprender. De mejorar en la técnica y en la táctica. "Se adaptan rápido a los cambios".

Cuenta con 25 jugadoras cuyo promedio de edad es de 20 años. También trabaja con adolescentes de entre 15 y 20 años. "El proceso ha permitido afianzar lazos que van más allá de lo deportivo".

Entre esos hábitos están el cuidado personal, el manejo con criterio de sus cuentas de redes sociales y una amplia interacción de conocimientos en fútbol.

La Superliga femenina 2022 es su primer gran reto profesional. Lo asume justo en el retorno de Universidad Católica a la serie de privilegio del fútbol femenino.

"El club nos ha pedido que seamos competitivas. Hemos recibido todo el apoyo de la institución, nos han hecho sentir importantes, que somos parte de Universidad Católica", agrega con orgullo.

También siente el respaldo del plantel de jugadores que dirige el entrenador argentino Miguel Rondelli.

"Es gente que respeta al club y al equipo femenino. Los integrantes de los cuerpos técnicos mantenemos conversaciones de cómo mejorar".

Está convencida de que el fútbol femenino ha crecido a pasos agigantados, pero aún no ha alcanzado su potencial, como sucede en otros países, por ejemplo en los torneos universitarios en Estados Unidos.

Ese crecimiento ha sido posible gracias a la creación de escuelas y academias de fútbol para niñas y jóvenes, al desarrollo de torneos en varias categorías y la especialización de entrenadores en fútbol femenino.

"Dirigir equipos masculinos no es igual que dirigir clubes femeninos".

Ana Rueda, entrenadora de Universidad Católica

Dos décadas en el fútbol

Ana María Rueda se siente orgullosa de su carrera, porque la ha apuntalado con trabajo y conocimiento.

Creció jugando fútbol en el colegio Tomás Moro y en la adolescencia aprendió a dirigir equipos Sub 5 y Sub 6.

Luego fue entrenadora de los equipos femeninos Sub 12 y Sub 14. En 2021, consiguió con la entrenadora Verónica Marín el ascenso a la Superliga, y en 2022 fue designada como entrenadora oficial de la Universidad Católica femenina.

"Me hace feliz, como mujer, que haya más espacios para nosotras en el fútbol ecuatoriano".

Ana Rueda.

Fue su tío, Gustavo Rueda, quien sembró en ella la pasión futbolera. Aprendió a dominar el balón, a llevarlo y a domarlo. A vivir jornadas de emoción y otras de derrota.

"Llevo más de 20 años en este deporte", agrega vestida con su buzo de entrenadora del equipo.

Fue jugadora de fútbol mientras estudiaba administración y gestión hotelera. La carrera universitaria no pudo con la pasión por el balón e inició con sus estudios para entrenadora.

Se graduó en el Instituto Tecnológico de la Federación Ecuatoriana de Fútbol y comenzó a trabajar. Fue asistente técnica de su tío, en la Academia Graf, club masculino en la división amateur.

Luego llegó al Clan Juvenil, en la Serie B, del fútbol profesional, como asistente del director técnico Diego Torres.

El entrenador estuvo suspendido para el partido contra Independiente Juniors y le tocó a Ana María dirigir al equipo desde la zona técnica en el estadio de Machachi.

Su conocimiento y el respeto adquirido por su trabajo han hecho que esta joven estratega vaya conquistando sus retos poco a poco, con gran éxito.

Quiere quedarse una o dos temporadas en el 'Trencito azul'. Le gustaría dirigir en Estados Unidos y Argentina, donde el fútbol femenino tiene un gran desarrollo.

Y se ha planteado dirigir a la selección ecuatoriana en unos Juegos Olímpicos, la cita máxima de las contiendas deportivas. Lo que menos le falta a Ana Rueda es determinación.