'Dida' Domínguez: "A mi familia le dolió que no jugué en Qatar"
El arquero retornó hace un año a Liga Deportiva Universitaria luego de jugar en México, Argentina, Uruguay y Colombia. Dice que "no se acabó la vida" por no jugar el Mundial de Qatar y aún sueña con ganar títulos con Liga de Quito.
Alexander Domínguez, después de una entrevista con PRIMICIAS, en el Centro de Alto Rendimiento de Pomasqui, en julio de 2023.
Armando Prado
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Mide 1,95 centímetros y calza 45. “Tengo problemas en los hoteles, porque no hay camas tan grandes. Y en los aviones, tratan de ponerme solo en una fila, para que pueda estirar las piernas”, dice Alexander Domínguez, el ‘Dida’ de Liga de Quito y la Selección.
El espigado arquero jugó ocho temporadas en la 'U' antes de marcharse al fútbol del exterior. Regresó en 2022 a su segundo hogar, como llama al conjunto albo.
En este segundo período con la camiseta de Liga, quiere levantar otros trofeos como los hizo entre 2009 y 2016.
Alexander Domínguez habla de los momentos más difíciles en el fútbol como el que vivió en 2014, cuando casi se pierde el Mundial por una lesión en la mano. Mencionó a su esposa, María Dolores Cabrera, a su hija Alexandra Valentina, y a su mamá, Gloria Carabalí, como las personas más importantes en su vida.
¿Cómo evalúa su regreso a Liga de Quito?
Feliz, por haber regresado a mi segunda casa. Soy un agradecido con la gente que conforma Liga, en especial de Don Rodrigo Paz. Cuando me llamaron, no dudé, tenía contrato en mi exequipo (Deportes Tolima de Colombia), pero mi sueño era regresar. Vine con ganas de triunfar. Mi sueño es salir campeón en todos los torneos que juegue con Liga.
¿Qué aprendió de Rodrigo Paz?
Para mí fue como un padre. Tengo a mi madre, mi esposa y mi hija, y lo tengo a él. Me ayudó mucho en todos los sentidos. Me ayudó a invertir mi plata, nunca se me perdió un dólar mientras él administró mi dinero. Me decía “hasta que no compres un departamento o una casa no te quiero ver en ningún carro” y así fue. Me dijo que tenía que comprarme un carro usado para ir aprendiendo poco a poco y si me chocaba, no importaba, porque el carro no era nuevo.
¿Y se compró ese carro usado?
Él mismo me lo compró, era un Chevrolet modelo 2009. Él me metió a un curso de conducción, aprendí a manejar y una vez que ya sabía, me ayudó a cambiar a un auto de una gama más alta.
¿Y cómo llegaba al complejo de Pomasqui sin vehículo propio?
Liga tenía un recorrido de bus para los jugadores de las divisiones formativas. A veces me tocaba tomar bus de servicio público para ir a la parada por donde pasaba el recorrido.
¿Por qué dice que Liga es su segunda casa, encontró una familia?
Claro yo encontré el cariño de mucha gente. Mi vida no ha sido fácil y acá me acogieron como una familia. Mencioné a Don Rodrigo, está Esteban, el doctor Isacc (Álvarez, presidente de Liga), el ‘Patón’ Bauza. Si estoy jugando fútbol es gracias a él. Cuando debuté en Liga, no me fue muy bien, la hinchada y la prensa me criticaron muy duro, entonces yo quería dejar el fútbol, pero la persona que estuvo conmigo en esos momentos fue el ‘Patón’ Bauza. Están otras personas como Wachito Boada, el utilero, la señora que limpia las habitaciones.
Después de Liga usted jugó en México, Uruguay, Argentina y Colombia, ¿dónde se sintió mejor?
En todos los países me sentí muy bien, lamentablemente me tocó salir. En México tenía un contrato de cuatro años, estaba muy feliz, mi familia se sentía cómoda, pero no jugaba. Hubo un cambio de entrenador y no estaba en sus planes, me tocó dejar ese país que me acogió muy bien. Me fui a Santa Fe, estuve un año y después me fui a Buenos Aires para jugar por Vélez y ahí sí estuve cuatro años.
Sí. También conocí mucha gente en Buenos Aires, muchos entrenadores. Tengo excompañeros que ahora están jugando en Europa y en la selección argentina. Se viene el partido Argentina - Ecuador por las Eliminatorias y si soy convocado, podré saludar con mis excompañeros.
¿Con quiénes?
Nico Domínguez fue como mi hermano. Me ayudó mucho en la adaptación en Vélez. Será una alegría enorme encontrarme con él.
¿El fútbol le ha dado todo lo que usted esperaba?
Sí, mi sueño era vestir la camiseta de la Selección y lo pude hacer. Mi sueño era siempre salir campeón con el equipo que yo amo y lo he logrado. Algún día soñé con jugar en Perú o Bolivia, y me fui a México, Argentina, Uruguay y Colombia. Quería conocer a grandes futbolistas ecuatorianos como a José Francisco Cevallos, Iván Hurtado, Ulises De la Cruz, Edison Méndez y tuve la suerte de compartir tanto en Selección como en Liga. Y en el exterior compartí con futbolistas extraordinarios como Fernando Gago y el ‘Gringo’ Heinze, que fue mi entrenador.
¿Cuál es el momento más lindo que recuerda en Liga?
Cuando jugamos contra Deportivo Quito en Casa Blanca. Si ganábamos, éramos campeones, a tres o cuatro fechas para terminar el torneo. Ese partido terminé como figura y ganamos el título. A inicios de esa temporada había fallado y la prensa me había criticado muy fuerte.
¿Cómo maneja las críticas de la prensa y la hinchada?
Antes, con 19 o 20 años, me costaba. Llegaba a mi casa y no quería saber nada, no comía, me encerraba en mi dormitorio y estaba todo el tiempo de mal genio. Ahora, a mi edad (36 años), lo manejo de otra manera, trato de estar más enfocado en entrenar, trabajar y seguir mejorando.
¿Qué experiencia de su vida volvería a repetir?
En lo futbolístico, salir campeón de la Copa Sudamericana, la que gané en 2009. T en lo personal, volverme a casar con mi esposa.
¿Cuál ha sido el momento más doloroso que atravesó en el fútbol?
En 2014, jugamos un partido contra Independiente del Valle en el estadio de Ibarra. En el minuto 20, me barro y el ‘Chiqui’ Guerrero salta y me pisa la mano. Me quebró el cuarto metatarsiano de la mano derecha. Seguí jugando, me dolía y se hinchó. Al término del primer tiempo me aplicaron una inyección y seguí tapando. Terminó el partido, ganamos 2-0. El Dr. Barriga entró a la cancha y me dijo que era una fractura. Me tiré al suelo a llorar porque yo pensaba en el Mundial que se venía en dos meses. En una ambulancia me llevaron directamente a que me operen, porque necesitaban hacer todo rápido para ver si llegaba a la convocatoria. Trabajábamos desde las cinco de la mañana en la rehabilitación y tuve la suerte de jugar el Mundial de Brasil.
Ha jugado más de 300 partidos con Liga, otros 100 partidos más en clubes del exterior y 69 partidos con la Selección. ¿Con cuál partido se queda?
En la Selección, con el partido contra Francia, en el Mundial de 2014. Y en Liga, cuando le ganamos la Copa Sudamericana a Fluminense en Brasil, ese partido lo ganamos con 10 jugadores porque expulsaron a Ulises.
En el Mundial 2014 contra Francia usted ganó el trofeo de ‘Jugador del partido’, ¿qué sintió?
De ese partido no me olvidaré nunca. Mi suegra ya tiene rayado el CD porque lo ve todos los días. Fue algo muy lindo, muy motivante. Enfrentamos a una selección que cuatro años después ganó el título. Estuvieron Giroud, Pogba. Recibir un premio así, habiendo tantos jugadores como ellos, para mí es algo que nunca en la vida me voy a olvidar.
Usted es el arquero de la Selección con más partidos, pero no jugó el Mundial de Qatar. ¿Cómo manejó esa situación?
Trato de disfrutar el fútbol de otra manera, trato de no estresarme ni preocuparme. Me gusta lo que hago, siempre con la exigencia de llegar temprano a los entrenamientos, quedarme hasta lo último porque esto no es para toda la vida. Tenía muchas ganas de jugar, pero cuando me di cuenta que no lo iba a hacer, lo tomé con tranquilidad. Sí le dolió a mi familia, a mi esposa, a mi mamá, a mi suegra. Fueron decisiones del entrenador, jugué casi todas las Eliminatorias y no jugué el Mundial. Sucedió lo mismo con Ángel Mena. El fútbol es así, yo trabajo para jugar, pero dependo de segundas personas.
¿Cómo viven los tres arqueros esta situación de no saber quién es el arquero titular?
Bien. Moisés (Ramírez) va a ser el futuro de la Selección. Él es el que va a coger la batuta de aquí en adelante. Trato de ayudarlo en lo que más pueda, darle algún consejo porque sabemos que vestir la camiseta de Ecuador no es fácil. Va a ser figura, se va a comer goles, pero tendrá que levantarse.
¿Usted, de quién recibió consejos?
Siempre voy a estar agradecido con José Francisco Cevallos por sus consejos y sus palabras. Me guió y corrigió de buena manera porque a veces entre arqueros hay un poco de recelo, pero con él, no. Sigo en comunicación con él, con los hijos y le digo “gracias Pepe Pancho porque tú te portaste muy bien conmigo”.
¿Cuánto le cambió la vida el ser padre?
Me cambió todo. Estuve tres años de novio, luego me casé y después vino mi hija y me cambió mucho en todo sentido. Hoy trato de hacer todo por ella, daría la vida. Después de los entrenamientos, llego a la casa y comparto con mi hija, la llevo al curso de natación o vamos al parque a jugar. Ella me patea la pelota o corremos, jugamos, compartimos.
¿Ya le gusta el fútbol o todavía está chiquita?
Tiene siete años, un día se levanta y me dice que le gusta el fútbol, otro día me dice que no. Es algo que no voy a forzar, en su momento, cuando tenga un poco más de conocimiento, que ella elija lo que desee hacer, yo la apoyaré hasta que pueda.
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