Finlandia venció a Dinamarca, luego del desmayo de Christian Eriksen

La estrella de Dinamarca fue el protagonista absoluto. Pero por motivos inesperados. Su desmayo transformó el partido en un drama que no acabó en tragedia, pero alteró su desarrollo hasta tal punto que lo que parecía destinado a un triunfo danés acabó en la primera gran sorpresa de la Eurocopa.

Dinamarca, que había sido mejor hasta entonces y quería dedicarle el triunfo a su compañero (ya trasladado a un hospital, estabilizado y despierto), acabó hecha el encuentro con nervios y frustración, consciente de que la derrota complica mucho sus opciones en un torneo al que llegaba como aspirante a hacer algo importante.

El partido se ajustó pronto al desarrollo previsto. Dinamarca, con mucha posesión y tratando de mover la pelota para buscar espacios. Finlandia, con su habitual línea de cinco, atrás, bien junta y solidaria, esperando su oportunidad.

La continuación del partido que se jugó después, por deseo de los jugadores al conocer que Eriksen estaba bien, fue precedido de gestos de ánimo.

Dinamarca salió ganar el encuentro frente a Finlandia, manteniendo la misma idea táctica, aunque algo más acelerada. Con Mathias Jensen en lugar de Eriksen.

Hasta que el árbitro pitó como penal un ligero contacto de Arajuuri con Poulsen. Højbjerg la falló, muy centrado y sin fuerza. Ahí parecía irse la oportunidad de que Dinamarca se reenganchara al partido.

Dinamarca seguía encerrando a su rival, pero el gol no llegaba. Ni Braithwaite ni Poulsen podían con el muro finlandés. La épica no resultó. Dinamarca, que solo había perdido dos partidos de 45 en cinco años, queda muy comprometida.

Dentro de cinco días contra Bélgica, precisamente el único equipo capaz de ganarle en ese período, está obligada a puntuar para seguir con vida. A Finlandia, en cambio, se le abre un panorama inesperado y se ve con opciones de seguir haciendo historia.

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