¿El míster Félix Sánchez Bas fracasó en la Selección de Ecuador?
Quizás a Félix Sánchez le faltó pregonar de mejor manera sus ideas. Pero no lo hizo y no pudo contrarrestar la campaña que le endilgaba haber sido "el peor DT del Mundial 2022".
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El español Félix Sánchez Bas es el técnico más extraño que ha tenido Ecuador. Nunca dejó de sorprender con sus convocatorias y sus planteamientos. Desde que llegó, siempre hubo un nombre exótico en la nómina y una idea táctica que lucía ajena a lo esperado, como si en una exposición indigenista se colara un cuadro de Van Gogh.
Incluso en su último día como entrenador de Ecuador el míster sorprendió, al anunciar su renuncia, justo luego del partido en que obtuvo el crédito para seguir el frente del equipo. Irse después de destruir tácticamente al campeón del mundo es insólito.
Y es más extraño aún porque Félix Sánchez deja a un seleccionado encaminado al Mundial de 2026. Las eliminatorias han sido satisfactorias hasta el momento, o al menos dentro de las expectativas, y el pronóstico es de clasificación casi segura. Casi, porque lo único seguro es la muerte.
¿Fracasó el míster en Ecuador? Difícil respuesta, por el contexto y porque el proceso ha quedado trunco. Por números y por que no hubo el final acordado en el contrato, no ha fracasado. Ganó el doble de lo que perdió (10 triunfos, 4 empates, 5 derrotas).
Pero hay un fracaso en convencer con su idea de juego. Primero, porque nunca quedó clara esa idea, al menos de cara al público. Segundo, porque se impuso la idea de que comandaba una supuesta 'generación dorada', un mito que le hizo mucho daño. Un par de 'cracks' no hacen que toda una generación sea 'dorada'. Ni siquiere tenemos un 9 de verdad.
Y, tercero, desapegarse del juego por las bandas y la intesidad física fue un cambio radical para lo que Ecuador estaba acostumbrado como fórmula de éxito.
Quizás a Félix Sánchez le faltó pregonar de mejor manera sus ideas. Pero no lo hizo y no pudo contrarrestar la campaña que le endilgaba haber sido "el peor DT del Mundial 2022".
Y se marchó, como en la canción de Perales. Con el tiempo se verá si dejó estelas que sean apreciadas por el fútbol ecuatoriano.
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