¿Sí se puede? Las conclusiones que deja la actuación de Ecuador en la Copa América
Ecuador fue un equipo irregular en la fase de grupos, pero mostró su mejor cara en los cuartos de final e ilusiona para el futuro. ¿Qué lecciones deja esta participación en la Copa América?
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Parecía que Ecuador iba a irse de esta Copa América con una imagen intrascendente, sin muchas cosas positivas que mencionar. Los primeros tres partidos fueron mediocres y se clasificó, con lo justo y sufriendo, a los cuartos de final.
Sin embargo, ante Argentina, la campeona del mundo, la Tri fue valiente y le jugó de igual a igual. Por fin, luego de tanto tiempo, se logró ver un equipo veloz, con mucha calidad y que peleó hasta el final.
La eliminación deja tristeza e impotencia, pero se demostró que es posible tener una selección ecuatoriana de primer nivel, ojalá se puedan repetir actuaciones como estas en los próximos años.
Con varios aspectos que pulir, pero la ilusión aún intacta, ¿qué conclusiones deja esta participación de Ecuador en la Copa América?
El crecimiento fue muy lento, pero llegó al final
Los jugadores ecuatorianos comenzaron a juntarse en la concentración desde el 31 de mayo. Desde entonces, se jugaron siete partidos: tres amistosos y los cuatro de la Copa América.
Uno esperaba que, luego de más de un mes de trabajo y tantos encuentros disputados, se pudiera distinguir un estilo de juego definido de la Selección. Y esto sin contar el año y medio que Félix Sánchez Bas lleva a cargo.
Sin embargo, durante la fase de grupos, Ecuador fue una incógnita. A veces, se jugaba por las bandas, aprovechando la velocidad y fortaleza de nuestros extremos. En otras, era por el centro, gracias a la calidad de nuestros mediocampistas. Y en ocasiones, al contragolpe, con la potencia de nuestros volantes y delanteros.
Esta irregularidad no permitió que la Tri desarrolle un estilo definido, algo que es clave para el crecimiento de un grupo. Finalmente, ante Argentina, se pudo notar ciertos rasgos, pero es claro que aún falta mucho para consolidar una identidad de juego, más acorde al talento de nuestros jugadores.
Hay talento e ilusión para el futuro
Las grandes estrellas de Ecuador en esta Copa América fueron los jugadores más jóvenes, aquellos que sin tanta experiencia se pusieron el equipo al hombro y nos salvaron en los momentos más complicados.
Moisés Caicedo tuvo un torneo excepcional, fue el dueño y amo del mediocampo y, con solo 22 años, fue el director de orquesta de la Tri. El jugador del Chelsea domina en la recuperación del balón y en la creación de juego. Un crack total.
Jeremy Sarmiento, con 22 años, aportó velocidad y precisión cuando más se dificultaba el panorama. Además, anotó el primer gol ante Jamaica.
Kendry Páez tuvo un complicado certamen, en algunos momentos exhibía destellos de calidad, pero en otros se notaba la presión de llevar la '10' con apenas 17 años. Sin embargo, demostró coraje al convertir un gol de penal.
Alan Minda, con 21 años, fue la solución desde la banca de suplentes. Cuando más sufríamos ante Jamaica, el volante corrió desde la mitad de la cancha y anotó un gol inolvidable.
Piero Hincapié y Willian Pacho, ambos de 22 años, otorgaron seguridad y serán la muralla de la Tri por mucho tiempo.
Y, además de los más chicos, hay jugadores que aún tienen muchos años que aportar a la selección, como John Yeboah (24 años), Kevin Rodríguez (24 años) o Alan Minda (25 años). Hay un futuro prometedor para la Selección, ojalá se pueda aprovecharlo.
Acertar los cambios, ¿misión imposible?
Una de las mayores falencias en esta Copa América fue la falta de reacción de Sánchez Bas. El español continuamente se equivocó en las sustituciones, tanto en los nombres, como en la demora en realizar los cambios.
Cuando Ecuador necesitaba atacar y marcar un gol, sacaba a futbolistas que han dado respuestas, como John Yeboah y Jeremy Sarmiento, para meter a futbolistas que han sido una incógnita, como Kevin Rodríguez (que tuvo su revancha ante Argentina) o Jordy Caicedo.
Y por otra parte, cuando la Tri era desbordada por el rival, el español se demoraba en meter a jugadores que controlen el balón o recuperen la posesión. Había constantemente cambios obvios, que los hinchas gritaban desde sus casas, pero no se concretaban.
La única excepción fue, justamente, ante Argentina, donde Félix Sánchez Bas por fin logró lo que parecía era su misión imposible. Los cambios ante la 'albiceleste' fueron los idóneos y nos llevaron al empate.
La marca de un buen entrenador es saber reaccionar ante las situaciones adversas, y el español aún debe mejorar en este aspecto.
La Copa para el olvido de Enner
Enner Valencia está viviendo sus últimos partidos con la selección ecuatoriana. Se esperaba una actuación ejemplar del capitán en esta Copa América, pero 'Supermán' lo hizo todo mal.
Comenzó con una tonta expulsión en los primeros minutos del debut ante Venezuela, que además hizo que se perdiera el encuentro ante Jamaica (en el que no se lo extrañó).
Ante México no logró marcar y se perdió una chance clara, cuando decidió patear al arco, en lugar de pasar a Ángel Mena, que estaba solo y listo para disparar.
Y la tragedia se concretó ante Argentina, cuando falló el penal crucial. El lamentable relato de Enner Valencia en esta Copa América culminó en el minuto 79, cuando dejó el campo de juego, pifiado por el estadio.
Se está terminando la historia de Enner con la Tri, pero quedarán en los recuerdos sus tantos en los dos Mundiales y su récord como el máximo goleador de la Selección.
Un grupo unido
Cada vez que se desataba una polémica, los jugadores se juntaban al unísono, para defenderse los unos a los otros. La selección ecuatoriana ha construido un grupo muy unido, y este es el primer paso para conformar un equipo de calidad.
Cuando Antonio Valencia criticó la capitanía de Hernán Galíndez, Enner Valencia salió a defenderlo y, además, fue a abrazarlo cuando anotó el gol en el amistoso ante Bolivia.
Cuando Enner Valencia fue expulsado, el grupo inmediatamente lo consoló y le demostró su respeto y admiración.
Cuando Carlos Gruezo dio las polémicas declaraciones, de que la hinchada no apoya y la prensa solo critica, el grupo lo respaldó y dio mínimas respuestas a los periodistas luego de los partidos.
Tal vez la única excepción fue una pelea entre Moisés Caicedo y Carlos Gruezo, pero dejando esto a un lado, siempre había un compañero para apoyar, consolar y acompañar. Esta unión será clave para mantener al equipo fuerte en los siguientes años.
En definitiva, hay para ilusionarse
Una de las mayores polémicas que se ha desatado en este período es si esta es, o no, la "generación dorada" del fútbol ecuatoriano.
No hay una respuesta obvia. Por un lado, la Selección de 2006 realizó la mejor actuación cuando llegó a octavos de final del Mundial. Pero, por el otro, nunca antes hubo tantos jugadores en equipos de élite, y se espera que muchos más dejen nuestro país y acaben en clubes importantes.
Tal vez es muy pronto para saberlo, y es algo normal, ya que la mayoría de los chicos están lejos de su etapa de máxima madurez.
Hoy por hoy, esta no es la mejor selección de la historia, pero el potencial está ahí, se observó en aquel empate ante Países Bajos en el Mundial y se exhibió nuevamente hoy ante Argentina.
Hoy, los chicos murieron de pie. Ellos demostraron que quieren romper la historia, que tienen hambre de gloria y quieren dejar a un lado el estigma de 'país chiquito'.
A pesar de la eliminación, nos han dado ilusión. Ojalá esta generación llegue lejos y consiga que la hinchada ecuatoriana pueda, algún día, amanecer soñando, abrir los ojos y gritar campeón.
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