Claudio Villanueva, la historia olímpica que conmovió al mundo
El nombre de Claudio Villanueva dio la vuelta al mundo el jueves 5 de agosto de 2021. El atleta ecuatoriano compitió con lesiones y molestias físicas en los 50 kilómetros marcha de los Juegos Olímpicos de Tokio, pero nunca se rindió.
Claudio Villanueva posa en una de las canchas del Ministerio del Deporte, en Quito.
Israel Mora
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Claudio Villanueva entró a la meta en el puesto 47. A pesar de sus problemas, prefirió continuar y terminar la competencia, una de las más duras de los Juegos Olímpicos.
Entre aplausos de los voluntarios japoneses y las miradas de los espectadores, el cuencano cruzó la meta una hora y tres minutos después que el polaco Dawid Tomala, quien se llevó el oro olímpico.
El sacrificio del ecuatoriano conmovió a propios y extraños. Los medios de comunicación, las redes sociales y un país entero se estremeció con la historia de perserverancia del atleta.
El deportista le confesó a PRIMICIAS que en ese instante sentía que "tenía un país atrás" y no estaba en su mente renunciar, pero tampoco pensó en el impacto que causaría su actuación en Tokio.
"Las lesiones impidieron que acabe bien la competencia pero a la vez estoy contento de haber dejado el nombre del país en lo más alto".
Y aunque no ganó una medalla olímpica y ni siquiera estuvo cerca de un diploma, "mucha gente vio a un ecuatoriano terminar la competencia en las condiciones que estaba", cuenta con una sonrisa, en una charla con PRIMICIAS en Quito, mientras cumple su trabajo de recuperación.
Un mes después de su competencia en los Juegos Olímpicos, Claudio Villanueva realizó sesiones de fisioterapia en las instalaciones del Ministerio del Deporte, para recuperarse de una rotura del isquiotibial, una tendinosis a nivel de los glúteos y mejorar la movilidad de sus rodillas.
El objetivo era recuperarse al 100% en esas semas y evitar pasar por el quirófano, pero no fue posible. El deportista sí tuvo que someterse a operaciones y luego podrá regresar a su natal Cuenca y retomar sus entrenamientos de manera progresiva.
París 2024, una meta pendiente
El atleta cuencano no deja de pensar en la próxima cita olímpica. Claudio Villanueva ya estudia con quién trabajará durante el siguiente ciclo olímpico, que en su caso aún no inicia.
"El próximo año hay el Campeonato Nacional de Marcha, Juegos Bolivarianos, Juegos Sudamericanos, un Mundial en Europa y otro en Oregon (Estados Unidos), pero todavía no he definido en cuáles voy a competir".
Y aunque el atleta asegura que no tiene presión alguna para llegar a sus terceros Juegos Olímpicos (ya estuvo en Río 2016 y Tokio 2021), tiene una gran ilusión de clasificar. "Sueño con París 2024. Quiero la revancha y tengo hambre de gloria", afirmó.
Pero además, el cuencano ya visualiza que pronto tendrá que retirarse de su vida deportiva y lo quiere hacer con una "medalla olímpica y una mundial". Una meta que espera cumplir.
El futuro
Y más allá de los altos y bajos que ha vivido Claudio Villanueva en el deporte, en su cabeza está mantenerse siempre vinculado a la marcha. "Cuando mis piernas ya no me lo permitan, y cuando ya no tenga apoyo, me gustaría ser entrenador".
Específicamente, el marchista quiere estudiar y "formar talentos" para que esta disciplina continúe creciendo a nivel local e internacional.
Pero esa es una visión a futuro y que aún se está formando. Por lo pronto, Claudio Villanueva seguirá recuperándose de sus lesiones hasta mediados de octubre, en Quito.
Una historia detrás de la pista
El marchista de 33 años ha pasado por distintas pruebas personales que lo han hecho madurar más de lo que imaginaba y que además son parte de su motivación en el deporte.
El campeón panamericano (Lima 2019) sufrió la desaparición de su padre en el Parque Nacional Cajas, en 2007. Y "hasta el día de hoy no sé nada".
Para Villanueva "eso duele" pero ha intentado transformar sus vicisitudes "en algo positivo". Incluso en 2019, cuando se consagró como campeón panamericano le dedicó el triunfo a su padre sin conocer si estaba vivo o muerto.
Además de este trágico suceso, uno de sus dos hijos (Santiago) sufrió enterocolitis necrotizante (sus intestinos se reventaron), a los 15 días de haber nacido. Su operación fue delicada y compleja. Sobrevivió, pero también padece de parálisis cerebral y ceguera.
Y aunque a Santiago "le daban pocas probabilidades de vida ya lo tenemos seis años con nosotros", comenta el atleta. Ahora el hijo del marchista asiste a terapias de natación, físicas y ocupacionales "y se ve su mejoría".
Ambas circunstancias le afectaron mucho al deportista ecuatoriano, pero asegura que ahora trabaja con especialistas porque es necesario que en la vida deportiva una persona esté bien mentalmente.
"Trabajamos con psicólogo y estamos superando todo lo que me ha ido pasado en estos años", afirmó.
Por eso, la historia de perseverancia de Claudio Villanueva va más allá de su actuación en los Juegos Olímpicos de Tokio.
El atleta es un ejemplo de perseverancia y optimismo. Mira la vida siempre con actitud positiva y ahora su mejoría física es el objetivo más cercano porque en su mente no existe la palabra "rendirse".
"Yo lo dejo todo en las competencias y atrás mío hay una gran motivación: mi familia".
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