César Farías: "Sentí que hasta se me movió el cerebro"
César Farías, director técnico de Aucas, dice convencido que Juan Pablo Ruiz, futbolista de Delfín, pudo evitar el golpe y su posterior caída. Aunque el DT reconoce su error, por el cual se siente avergonzado, insiste en que el impacto lo "descolocó" desde "todo punto de vista".
César Farías abandona la cancha del estadio Jocay de Manta, tras salir expulsado, el 11 de junio de 2023.
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César Farías sigue conmocionado por los incidentes registrados durante el encuentro entre su equipo y Delfín, por la Fecha 14 de la LigaPro. "En casi 800 partidos dirigidos, nunca me pasó algo así".
El jugador de Delfín corría por la banda izquierda, cuando no pudo frenar y atropelló a Farías. Inmediatamente, el entrenador venezolano reaccionó y lo agredió.
En una entrevista con PRIMICIAS, el DT cuenta las razones por las que reaccionó de forma violenta (incluidos insultos de los jugadores de Delfín); la sanción que se le podría imponer; y qué les diría a los jugadores de formativas de Aucas para evitar que su imagen se empañe.
"Ahora me estoy enfrentando a un juicio deportivo"
César Farías, DT de Aucas
¿Volvió a ver el video de los incidentes?
Sí, claro. Y lo desglosamos muy bien, cosa que no ha sucedido en algunas personas que utilizaron las imágenes y no llevan la secuencia, porque además no hay una buena grabación por parte de la televisión. Pero nosotros vimos paso a paso los gestos.
¿Qué secuencia se hizo y con quién analizó los videos?
Con todo mi cuerpo técnico y mis abogados. Viendo la secuencia completa de cómo sucede la reacción, una reacción en la cual yo no estoy de acuerdo, no estoy contento con lo que sucedió. Pero al verme impactado y al llevarme semejante golpe que me tira piernas arriba, me descolocó desde todo punto de vista; desde cualquier razonamiento, porque sentí que hasta se me movió el cerebro. Tengo el típico golpe del latigazo que tiene uno cuando lo chocan por atrás en el carro y es un efecto parecido.
Y yo repudio mi reacción. Me siento avergonzado. Pero también quiero que se entienda que por muy mala que estuvo mi reacción, fue por una acción. La mía fue una reacción ante un hecho que, con intención o no, -y nuestro análisis en el video es que hubo intención-, pero no importa, usted puede suponer que yo me equivoco, pero el golpe y el dolor lo sentí. Me estremeció el cuerpo.
Y también es sorpresivo para mí porque fue en mi área técnica, tres metros y medio metido. No estaba al borde de la cancha. Nunca me había pasado en mi carrera. Tengo casi 800 partidos dirigidos y nunca me había llevado un golpe de esta magnitud.
Ahí fue mi descontrol, mi mala acción, pero también producto del calor y la tensión de haber llevado un golpe en un comienzo de un partido que estaba durísimo.
¿Cree que era evitable el golpe de parte del jugador de Delfín?
Las aceleraciones hoy se trabajan muy bien todos los días con los preparadores físicos y con los GPS uno puede ver qué cantidad de aceleraciones y desaceleraciones hay. Y se trabaja la fuerza justamente para eso. Cualquier jugador profesional que está todos los días con cambios de direcciones y frenados, en cuatro metros, desacelera de 30 kilómetros por hora, que no iba a esa velocidad, y se puede frenar.
No estoy diciendo que fue preparado, pero en el momento el jugador lo podía evitar y tuvo la intención de llevarme. Porque si no tenía la intención de llevarme, sencillamente me abraza y nos caemos los dos. En el video se ve claramente que me pega con el antebrazo y la rodilla. Él quedó de pie y yo quedé tirado en el suelo. Jamás pasó por mi cabeza que iba a chocar conmigo.
¿Y qué pasó en la segunda agresión?
Estuvo muy mal también. Pero el tema pasa porque un jugador viene 30 metros corriendo hacia mí y el delantero viene del otro costado, yo hago un semicírculo protestándole al árbitro y se me mete y me insulta. En el momento lo tengo arriba mío. El vino a mi área técnica Y en ese momento, con todo lo que sucedió e insultos, me lo quiero sacar de encima por una cuestión de encima. Pero lo saco con el bíceps, más allá de que sea agresiva mi reacción. No le pegué de puño.
Es una agresión, lógicamente. Pero no es una agresión en la cual ellos inmediatamente se metieron al campo a jugar, no perdieron un segundo del partido. Una agresión en la cual él ayudó tirándose, porque son jugadores con esa habilidad. La simulación tampoco es correcta.
Ahora, quiero hacer una salvedad. Yo aclaro dos cosas. La una es que las imágenes son deplorables y la otra es la parte legal. Y yo me estoy enfrentando a un juicio deportivo. En el aspecto de la imagen que se vio, me veo avergonzado y pido disculpas a toda las familias del Ecuador, porque no es la imagen que quiero que guarden de mí. Y porque tampoco los niños ni adolescentes deben ver este tipo de acciones. Pero no pegué un puño o un patazo a nadie. Sí agredí desde el punto de vista de un empujón y de la vehemencia, con la rabia de alguien que estaba aturdido del golpe que me había llevado.
¿Cuál fue el insulto de uno de los jugadores de Delfín?
No son cosas para repetir. Me recordó mi madre y mi nacionalidad. Después vinieron otros futbolistas y dijeron lo mismo. Felizmente, no pasó de ahí. Yo estoy claro de que eso no está bien. No se debe repetir.
¿Habló con los jugadores de Delfín o con alguien del equipo manabita?
Esto es por jerarquías. El entrenador (de Delfín) y yo tenemos una buena relación. Hablamos después del partido de la forma más tranquila. Nos abrazamos y me dijo unas frases de parte de los jugadores. Esto queda en la cancha. Mis disculpas las vengo haciendo a las personas correspondientes. Si yo atropello a alguien, con o sin intención, tenga la seguridad que le voy a pedir disculpas a la persona.
¿De todas formas no cree oportuno pedirles disculpas por la agresión?
Vuelvo y repito. Yo hablé con el entrenador. El fútbol tiene sus jerarquías. Dirigentes con dirigentes, jugadores con jugadores. Yo no creo que les tengo que decir nada, ni ellos a mí. No tenemos ningún tipo de trato. Ya pasó son profesionales y cada uno sigue en su equipo.
A quien le debo mi respeto y mi arrepentimiento y mis disculpas es al pueblo futbolístico ecuatoriano. Yo no entré a la cancha con esa intención. Fui impactado y reaccioné de una manera no correcta. Lo asumo como profesional, pero no estoy loco como para pararme y hacer eso. Me paro aturdido y quise defenderme, pero escogí mal la manera
¿Sus abogados le han comentado sobre una posible sanción y la gravedad de la misma?
Obviamente, al tener una tarjeta roja, ya hay una sanción. Al haber una agresión hay reglamentos que son claros y el reglamento dice que según la gravedad de la agresión se imponen sanciones. La agresión no lastimó a nadie, no permitió que alguien no continúe en el partido, no le sacaron tarjeta amarilla a ninguno de ellos. El único perjudicado por mi reacción fui yo mismo.
Los jugadores no tuvieron ningún tipo de lesión, ni rasguño, sangrado ni rotura de dientes. Las decisiones de los juicios se toman según los artículos y reglamentos, pero no por un fervor que viene desde afuera y se maximiza en redes sociales.
Y dentro de esa maximización de la que habla, ¿qué tipo de sanción esperan?
Eso lo determina el juzgado. Van a tomar la sanción que deben tomar. Pero es como dice Miguel Ángel Loor, se va a tomar la sanción que corresponde, no la que pretenden otros. A lo mejor es más o menos tiempo de lo que pretenden algunos. Pero si lees el reglamento y ves, más allá de lo mal que estuvo la reacción, no hubo un lesionado ni un golpe de puño como se quiso hacer ver. Primero, yo soy derecho y el brazo que saco, con el que termina tirándose al piso (el jugador), fue con el izquierdo.
Toda mi vida me dediqué a formarme para el fútbol. Y porque tengo carácter para liderar y para defender las instituciones para las cuales he trabajado, equivocado muchas veces y acertado en otras, pero soy un hombre del deporte. Soy un padre de familia. Que en ciertos aspectos he sido ejemplar y que como cualquiera se equivoca. Pero eso no me convierte en un delincuente.
Después de los videos que trascendieron, ¿qué les diría a sus dirigidos y a los chicos de formativas para que no se empañe su imagen?
Que no está bien lo que hice. Que uno debe trabajar para que esas cosas no sucedan. Hay un hecho fortuito que nunca me pasó en casi 800 partidos. Pero lo único que manifiesto es que hay un porqué. Esa no es mi reacción normal.
Los muchachos de las inferiores conocen bien mi comportamiento a diario. Y saben cuál es el comportamiento correcto en un futbolista profesional. El mensaje no es solo para ellos, sino para todos los jóvenes ecuatorianos. También les diría que cuando uno se mete en un problema, tiene que asumir las responsabilidades y dar la cara. Y yo no me he escondido
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