Tres razones por las que Barcelona jamás ganará la Libertadores
No existen las condiciones para que Barcelona pueda ganar la Libertadores. Esa oportunidad se esfumó, quizás para siempre.
Hinchas de Barcelona previo al encuentro con Independiente del Valle por la LigaPro 2023.
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El reciente título internacional de Liga de Quito ha removido profundamente las conciencias de los dirigentes de Barcelona SC. Están muy desconcertados en el equipo guayaquileño. No atinan a entender cómo hizo la 'U' capitalina para sacarles nada menos que cinco trofeos internacionales de distancia.
Que Independiente del Valle sea campeón de la Sudamericana se hubiera entendido por la pujanza del proyecto de ese equipo de Pichincha, un referente de modernidad para clubes de América del Sur. Y ya van dos Sudamercanas en sus alforjas.
Pero, ¿Liga? ¿No que el modelo de los Paz estaba en decadencia? Pues la realidad es que ese modelo es, precisamente, el que ha evitado que esa 'decadencia' fuera definitiva.
Por eso, hay voces en Barcelona que exigen tomar decisiones para lanzarse a la conquista de los títulos internacionales. Analizando fríamente, quizás sí sea posible para BSC ganar la Copa Sudamericana en el corto plazo, pero conquistar la Libertadores será imposible. Revisemos por qué.
Barcelona y la política
Mientras Barcelona siga siendo administrado como un partido político, no podrá enderezar su proyecto internacional. Como lo demuestran LDU e IDV, la gestión empresarial alejada de dirigentes que son "potenciales candidatos" es la clave de su hegemonía.
Barcelona lleva 40 años siendo feudo socialcristiano, bucaramista, noboísta y correísta, según las necesidades de la política de turno.
Es verdad que la cantidad de hinchas de Barcelona provoca que sea irresistible separar la política de la gestión deportiva del club. Pero eso justamente debe hacerse, enfocarse en el equipo y no en el cálculo proselitista.
Entender las priodidades
En Barcelona están absolutamente confundidos. En el club se habla, por ejemplo, del proyecto de levantar un centro comercial como generador de recursos, cuando las urgencias deportivas son otras.
También se ha hablado bastante de que la prioridad es construir un centro de alto rendimiento.
Pero lo realmente importante es entender que en Barcelona se habla mucho, pero se hace poco. Esta habladuría recuerda mucho a la que se escuchaba en Deportivo Quito y El Nacional, cuyos dirigentes incluso presentaron maquetas de sus futuras obras y tambiérn hablaban de malls. A esos planos y esos sueños, se los llevó el viento.
Barcelona está 20 años tarde en la creación de una estructura que le permita formar jugadores, colocarlos en la selección y exportarlos. Eso es lo importante. Sin ese paso clave, pueden tener los shoppings y los gimnasios que quieran, que no ganarán nada fuera de Ecuador.
Las deudas y la inversión
La realidad de América del Sur indica que solamente los clubes de presupuestos por sobre los USD 70 millones anuales tienen alguna esperanza de ganar la Libertadores.
Barcelona, al contrario, tiene una deuda tan grande que le impide gastar más de USD 15 millones al año. Está condenado, como el resto de equipos de Ecuador, Perú, Chile, Paraguay, Bolivia y Uruguay, a competir sin mayores ambiciones en la Libertadores.
Por eso, lo más sensato es apuntar a la Copa Sudamericana. Esa competencia es el andarivel adecuado para el fútbol ecuatoriano, al menos hasta que la realidad cambie de nuevo y Brasil y Argentina dejen de ser las potencias. O sea, nunca.
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