Álex Quiñónez busca su revancha en los Juegos Olímpicos de Tokio
Álex Quiñónez celebra su tercer lugar en el Mundial de atletismo en Doha, con la bandera de Ecuador.
Reuters
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Álex Quiñónez, sentado en la pista de Los Chasquis, su centro de entrenamiento en Quito, recuerda lo complicado que fue regresar a las pistas en 2017, después de dos años sin ponerse los zapatos de clavo.
Las que insistieron fueron sus compañeras del equipo de atletismo. Primero Marisol Landázuri se contactó con él para motivarlo a regresar.
A ella se unieron Ángela Tenorio y Juliana Angulo, quienes hablaron con el entrenador cubano Nelson Gutiérrez para que lo reciba nuevamente en el equipo ecuatoriano de velocidad. Gutiérrez no quería, pero acceedió ante la presión del resto de atletas.
El regreso:
Volver a la rutina de entrenamiento no fue complicado para Álex Quiñónez porque ama el atletismo. Para el finalista en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, el estar en la pista le permite ingresar a una burbuja en la que se olvida de todo.
Su talento lo ayudó a regresar a la élite mucho más rápido de lo pensado. En menos de un año rompió el récord nacional de 200 metros (19,82). Y en los Juegos Bolivarianos en Santa Marta, Colombia, se colgó la medalla de oro.
En 2018, 'el más rápido' incrementó su carga en la preparación y obtuvo la medalla de oro en los Juegos Sudamericanos Cochabamba, Bolivia. Pero su meta de la temporada estaba en Europa.
Por sus resultados en los Grand Prix en los Estados Unidos, 'la bala' clasificó a la Liga de Diamante, el máximo circuito del atletismo mundial, donde el ecuatoriano obtuvo cinco medallas de bronce, lo que marcó su regreso definitivo a la élite del atletismo.
Los Panamericanos:
Álex Quiñónez no se conformó. Para 2019 realizó una fuerte pretemporada con dos objetivos claros, el primero era los Juegos Panamericanos en Lima.
En el inicio del año obtuvo tres medallas en el circuito universitario de los Estados Unidos y cuatro en la Liga de Diamante. Llegó como favorito a tierras peruanas y el esmeraldeño no decepcionó. Con un tiempo de 20,27 se subió a lo más alto del podio por primera vez en unos Panamericanos.
"Había ganado varios Sudamericanos y Bolivarianos, pero no tenía una medalla panamericana, lo máximo que había hecho es terminar sexto en la final", le cuenta Quiñónez a PRIMICIAS.
El Mundial:
El segundo objetivo de la temporada estaba en Catar, donde se realizó el Mundial de Atletismo. Álex Quiñónez llegaba a Doha con los mejores del mundo en 200 metros planos, incluyendo a Noah Lyles, actual referente del atletismo mundial, quien se llevó el oro.
Para 'la bala' el sabor fue agridulce, alcanzó el bronce con un tiempo de 19,98, pero el puesto en el podio no era el deseado.
"El objetivo era quedar entre segundo y primero, porque venía bien, había competido contra todos los finalistas, pero me afectaron los nervios y cometí el error de frenar al llegar a la meta. Si no me detenía, no me alcanzaba el canadiense (Andre De Grasse)".
"Noah (Lyles) me dijo que me felicitaba porque no pensaba que un sudamericano iba a estar a este nivel. Eso piensan en todo el mundo".
El sueño olímpico:
El recuerdo de la final de los 200 metros en Londres 2012 permanece en la memoria de los aficionados. Aquella competencia, con Usain Bolt en la pista, llenó de expectativa al atletismo nacional sobre lo que podía hacer Quiñónez en su siguiente ciclo olímpico.
Distintas circunstancias le impidieron ser parte de los Juegos Río de Janeiro 2016, donde, según su entrenador Nelson Gutiérrez, la proyección de 'la bala' lo habría puesto en el podio.
Esos años son un capítulo cerrado para el corredor, ahora la meta está en Tokio. "A Londres yo llegaba por primera vez a unos Juegos Olímpicos, no tenía experiencia y no sabía contra quien corría, llegaba vacío", recuerda.
Para Tokio "tengo más experiencia, me codeo con los mejores del mundo, estoy en la Liga de Diamante y los conozco a todos y sé donde son débiles y fuertes, aunque ellos también me conocen".
Su trayectoria ubica al ecuatoriano en la lista de posibles medallistas para Ecuador en los próximos Juegos Olímpicos. Así lo cree Gutiérrez, quien mira el Mundial como un espejo de lo que sucederá en Japón.
Su preparación incluirá competencias en Estados Unidos y Europa. Un mes antes de la máxima cita deportiva, el grupo de trabajo de Álex Quiñónez se trasladará al Asia para adaptarse y buscar la forma ideal en las condiciones en que se correrá en Tokio.
Un nuevo ciclo:
La vida del deportista, que actualmente ocupa el cuarto puesto del mundo en los 200 metros en el ranking de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF por sus siglas en inglés), es una constante suma de objetivos.
Álex Quiñónez tiene sus ojos en la temporada 2020, pero mira con incertidumbre un nuevo ciclo olímpico. "Depende de lo que quieras hacer. Hay mucha gente que llega a unos Juegos Olímpicos y se retira porque el cuerpo no le da más. Nadie sabe lo que va a pasar".
La vida de Álex Quiñónez ha tenido momentos de gloria y de fracaso, pero a sus 30 años su madurez llega junto a su familia. Sus dos hijas y esposa son el respaldo para cada mañana entrenar y mejorar. El otro pilar en su vida es su madre.
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El atleta ecuatoriano registró un tiempo de 19:98 y terminó en tercer lugar. Es el mejor resultado de un deportista ecuatoriano en pruebas de velocidad en la historia.
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