Ni luces ni árbol, solo un pesebre sobre las ruinas de Gaza: así será la Navidad en Belén
Belén, en Cisjordania ocupada, no ha colocado su enorme árbol en la plaza del Pesebre, ni abierto el tradicional mercadillo debido a la guerra en Gaza.
Vista de la Iglesia de la Natividad en Belén, en la Cisjordania ocupada, que no ha colocado su enorme árbol en la plaza del Pesebre, el 11 de diciembre de 2023.
EFE
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Sin luces, música, villancicos, ni ambiente festivo. Será una Navidad triste en Belén, ciudad palestina que se asienta en Cisjordania, y que vive en gran medida del turismo y de los peregrinos. Pero la guerra en la Franja de Gaza, que ahora se extiende hacia el sur, ha reducido la actividad a cero.
Además, los palestinos de esta zona han declarado a medios internacionales que están de luto por las muertes en Gaza, tras los bombardeos del ejército de Israel contra el grupo rebelde Hamás.
En este conflicto armado, que ya lleva más de dos meses, ha cobrado la vida de unos 18.000 palestinos, según cifras de Hamás.
"No podemos celebrar cuando nuestros hermanos y hermanas en Tierra Santa padecen hambre y muerte", afirmó el párroco católico Rami Asakrieh, desde la Iglesia de Santa Catalina, colindante a la ortodoxa Basílica de la Natividad, principal centro de peregrinaje de cristianos de todo el mundo a Belén.
El tradicional desfile de bandas de música el mismo día 24 de diciembre, acompañando al Patriarca Latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, en su camino a pie hasta Belén para oficiar misa, este año quedará deslucido sin instrumentos ni color.
"Sera un recorrido solemne para rezar", aclara Asakrieh, párroco jordano con más de 20 años en Belén, y que espera que Israel al menos abra los 'checkpoints'.
Esto permitirá que cristianos de Jerusalén, Yaffa o Ramala, y de otros puntos de la zona, puedan acudir a Belén los días 24 y 25 de diciembre.
Desde que comenzó la guerra contra Hamás en la Franja de Gaza, Israel ha cortado los accesos a las principales ciudades de Cisjordania, y entrar a Belén en carro es prácticamente imposible.
Fueron los jefes y patriarcas de las Iglesias de Tierra Santa -que aglutina a católicos, ortodoxos, armenios, luteranos, siriacos, etíopes, coptos o melkitas, entre otros- los primeros en dar el paso al anunciar ya en noviembre que este año la Navidad sería "solemne, de oración y ayuno".
Pero tanto la municipalidad como la gobernación de Belén -donde viven unos 30.000 cristianos- se han sumado a ese llamamiento y han anulado cualquier actividad festiva navideña en la ciudad.
"Estamos de luto. No podemos celebrar mientras el pueblo palestino sufre masacres cada día. No solo en Gaza, también en Cisjordania".
Khouloud Daibes, directora de la Fundación para el Desarrollo de Belén.
De momento, el único monumento alusivo a la Navidad será un pesebre pobre, colocado sobre los restos de Palestina por la iglesia Luterana.
Se trata de una representación conmovedora del sufrimiento de niños y adultos en Gaza, donde el reverendo de la iglesia, Munther Isaac, dijo: "Si Cristo naciera hoy, nacería bajo los escombros y bombardeos israelíes".
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