Los giros en la vida de Nicolás Maduro, que busca su tercer mandato en Venezuela
Nicolás Maduro anunció que se lanza a la reelección para un tercer mandato en Venezuela. Aquí su historia.
Nicolás Maduro al aceptar su candidatura para la reelección presidencial en Venezuela, el 16 de marzo del 2024.
AFP
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Nicolás Maduro trabajaba como conductor de bus en los años 80 y una década después estaba en la élite política de Venezuela, pero hay mucha más historia antes, durante y después de aquel salto.
El hombre ungido por Hugo Chávez, Nicolás Maduro anunció este sábado 16 de marzo que buscará un tercer periodo, de seis años, como presidente de Venezuela.
Acusado de violar derechos humanos, insiste en mostrarse una imagen de hombre común, de "presidente obrero".
Alto, con un espeso bigote que luce con orgullo, Maduro, de 61 años, buscará el 28 de julio un tercer mandato de seis años, con el que espera callar a quienes lo tacharon de "bruto" y lo subestimaron por su pasado como conductor de autobús y dirigente sindical.
Diciembre de 2012, Maduro asume el poder
Al asumir la presidencia, el 9 de diciembre de 2012, antes de que el comandante viajara a Cuba para continuar un tratamiento contra el cáncer, una enfermedad que lo llevó a la muerte tres meses después.
Maduro neutralizó resistencias en el gobernante Partido Socialista de Venezuela (PSUV) y aplastó a la oposición para bloquear toda amenaza a su poder, como la candidatura presidencial de la liberal María Corina Machado, inhabilitada por 15 años para ejercer cargos públicos.
Masivas manifestaciones contra su gobierno en 2017 fueron duramente reprimidas por militares y policías, lo que derivó en una investigación de la Corte Internacional de Justicia por violaciones a los derechos humanos.
Supo también maniobrar entre una metralla de sanciones internacionales tras su reelección en 2018, boicoteada por la oposición y desconocida por medio centenar de países.
Sobrevivió además a una crisis económica sin precedentes en esta nación de casi 30 millones de habitantes, con un PIB que se redujo en 80% e hiperinflación.
Escándalos de corrupción, supuestos atentados... y Maduro sigue en la silla presidencial, "indestructible", como reza el eslogan del dibujo animado de propaganda:
"Súper Bigote", que lo muestra en la TV estatal como un superhéroe que combate monstruos y villanos de Estados Unidos y la oposición.
Nicolás Maduro ante el público
Maduro explota los estereotipos de "hombre de pueblo" para su beneficio político, masacrando palabras en inglés y evocando un pasado sencillo en largas veladas televisadas junto a Cilia Flores, su esposa, su "primera combatiente", dirigente muy poderosa tras bastidores.
Formado en Cuba, la cultura de Maduro, que fue canciller y vicepresidente de Chávez (1999-2013), va mucho más allá de ese pasado que él insiste en exaltar.
Maduro no tiene el carisma de Chávez, aunque lo emula con discursos de horas en los que mezcla asuntos políticos duros, beligerantes, con chistes y anécdotas personales.
Ostenta con firmeza el poder con el apoyo de la Fuerza Armada y los cuerpos de seguridad, entre denuncias de detenciones arbitrarias, juicios amañados, tortura y censura
Nicolás Maduro tras bastidores
Si bien es intransigente en su discurso "antiyanqui", Maduro ha sabido negociar con Washington.
Obtuvo el levantamiento parcial de sanciones -hoy en riesgo por la inhabilitación de Machado- a cambio de liberar "presos políticos", incluidos estadounidenses.
Consiguió que Estados Unidos excarcelara a dos sobrinos de su esposa condenados por narcotráfico, y al empresario Alex Saab, acusado de ser su testaferro y enjuiciado en Florida por lavado de dinero.
Lejos del ateísmo que por definición acompaña al marxismo, Maduro buscó acercamientos religiosos, sobre todo con la Iglesia evangélica, que maneja un valioso bloque electoral.
"¡No han podido conmigo ni con ustedes porque Cristo está con nosotros", ha dicho el presidente, que se define como "marxista", "cristiano" y "bolivariano".
"¡Soy el primer presidente chavista y nadie me quita lo baila'o".
¿Con quién compite Maduro?
"¡Iremos a una nueva victoria!", gritó el presidente venezolano, Nicolás Maduro, al anunciar la reelección, pero ¿a quién enfrentará?
La oposición está en una encrucijada tras la exclusión de la aspirante que podía ganarle la carrera, María Corina Machado.
Más de cuatro millones de militantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que Maduro preside, decidieron por "aclamación" postular al mandatario en las próximas elecciones.
"Acepto la candidatura presidencial para los comicios del 28 de julio. ¡La acepto, la asumo y con el apoyo del pueblo iremos a una nueva victoria!", clamó Maduro en un congreso de la agrupación política fundada por el fallecido expresidente Hugo Chávez (1999-2013).
"Aquí hay un solo destino: la victoria popular (...), hagan lo que hagan, digan lo que digan, no han podido ni podrán jamás con nosotros", expresó.
El acto fue una formalidad. Maduro está en campaña desde hace semanas y multiplica sus apariciones en público, hasta hace poco una excepción. Heredero de Chávez, entre los dos suman un cuarto de siglo gobernando Venezuela.
"Aquí está su partido, el partido del comandante Chávez", le dijo antes el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, tras anunciar la decisión "por aclamación" de postular a Maduro.
La oposición busca, por su parte, definir contra reloj un nombre que pueda postular ante la inhabilitación para ejercer cargos públicos de María Corina Machado, favorita en las encuestas.
La aspirante de centroderecha, no obstante, ha descartado abandonar su candidatura.
La inscripción de candidatos arranca el próximo jueves 21 de marzo y se extenderá por cuatro días, lo que deja escaso margen de maniobra para la principal coalición opositora, la Plataforma Unitaria, que insiste en Machado en público mientras decide en bastidores a quién lanzar.
El gobierno "busca forzar errores por parte de la oposición y la comunidad internacional, especialmente con el control de los tiempos del calendario electoral", explicó a la AFP Mariano de Alba, asesor sénior del International Crisis Group.
"No veo claro que la oposición pueda retener su competitividad si toma las decisiones cruciales que tiene por delante a última hora", añadió. "Si fuera el caso, el gobierno podría tener un panorama electoral más sencillo e incluso podría darse el lujo de hacer concesiones adicionales".
La herencia del chavismo
El chavismo cumplió en febrero 25 años en el poder, los últimos 11 liderados por Maduro tras la muerte de Chávez en 2013.
Su presidencia ha estado marcada por denuncias de violaciones de derechos humanos, sanciones internacionales, el colapso de la economía -el PIB se contrajo 80% en una década- y la migración de más 7 millones de personas huyendo del hambre y la pobreza.
Maduro también neutralizó cualquier amenaza a su poder, como la llamada presidencia interina de Juan Guaidó, exiliado en Estados Unidos, y ahora a Machado, a quien el gobierno acusa de corrupción y de pedir una invasión extranjera, que ella niega.
La reelección de Maduro en 2018 fue tachada de "fraudulenta" por la oposición, que boicoteó los comicios, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, que impuso una batería de sanciones para intentar, sin éxito, sacarlo del poder.
¿Quién "salvará" a Venezuela?
Machado arrasó en octubre pasado en las primarias opositoras y si pudiera participar, coinciden encuestas, derrotaría a Maduro por amplísimo margen.
"La dama de hierro versus Súper Bigote. A ese es que vamos a derrotar", dijo Karín Rodríguez, un albañil de 58 años en el estado Carabobo (centro-norte).
Hace referencia a un apodo de Machado y al dibujo animado de propaganda que muestra al mandatario como un superhéroe en la TV estatal.
"Y si ella no puede ir a las elecciones, votaremos por quien ella diga".
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