"Nunca demonizaré a los migrantes", asegura Biden tras orden ejecutiva
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, argumenta que el bloqueo republicano en el Congreso no le había dejado "otra opción" que proclamar nueva orden migratoria.
El presidente Joe Biden habla en el Salón Este de la Casa Blanca en Washington, el 4 de junio de 2024.
AFP
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El presidente de EE.UU., Joe Biden, presentó este martes, 4 de junio de 2024, su nueva orden migratoria para restringir el asilo. Lo hizo contrapunto a las políticas de deportación masiva que promete el exmandatario y precandidato presidencial Donald Trump.
Biden aseguró que él nunca "demonizará" a los migrantes, al tiempo que prometió trabajar con México como un "socio igualitario".
"Vamos a seguir trabajando con nuestros vecinos mexicanos, en lugar de atacarlos, y construiremos una relación fuerte", afirmó el mandatario en un discurso en la Casa Blanca para anunciar esa nueva orden ejecutiva, que entrará en vigor este mismo martes.
Biden prometió que seguirá colaborando con México como "un socio igualitario" y recordó que el lunes habló por teléfono con la vencedora virtual de las elecciones del domingo pasado en México, Claudia Sheinbaum, quien será la primera mujer en gobernar el país.
Justo después del anuncio, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, adelantó que conversará por teléfono este martes con su homólogo estadounidense, aunque Biden no se refirió a esa conversación en sus declaraciones.
El líder estadounidense centró parte de su discurso en intentar distinguirse de Trump, su contrincante para las elecciones de noviembre próximo, quien hace unos meses ordenó a sus correligionarios republicanos en el Congreso que votaran contra un proyecto de ley negociado por ambos partidos y que incluía algunas de las provisiones anunciadas por la orden ejecutiva.
Nada más iniciar su intervención, Biden se refirió a esa decisión de los republicanos más trumpistas y la calificó de "movimiento político extremadamente cínico".
El presidente argumentó que el bloqueo republicano no le había dejado "otra opción" que proclamar esta orden, que permitiría a las autoridades estadounidenses deportar a quienes no superen unos estrictos estándares de asilo cuando se exceda la cifra de 2.500 detenciones diarias en la frontera durante un promedio de siete días.
Biden también aprovechó para defenderse de las fuertes críticas que ha recibido la orden por parte de algunos legisladores hispanos del Partido Demócrata y del ala más progresista (algunos han llegado a comparar sus medidas con las de Trump en el pasado), y afirmó que él cree que "la inmigración siempre ha sido un salvavidas en América".
"Así que nunca demonizaré a los inmigrantes. Nunca me referiré a ellos como un veneno en la sangre de nuestro país", dijo en referencia a Trump, quien ha declarado que están "envenenando la sangre del país", haciéndose eco de palabras usadas por Adolf Hitler.
"Nunca separaré a las familias de sus hijos en la frontera, nunca prohibiré la entrada al país a un grupo de personas por sus creencias religiosas", añadió Biden, en alusión a más políticas implementadas por Trump para separar familias en la frontera o vetar la entrada a EE.UU. de nacionales de países de mayoría musulmana.
La orden de Biden llega a menos de seis meses de las elecciones, en las que la gestión de la migración se ha convertido en un tema central para los votantes, superando la economía y la inflación, según una encuesta de la consultora Gallup publicada a finales de abril.
La campaña de Trump ya arremetió contra la medida de Biden y la calificó de "amnistía", ya que establece "un número mínimo semanal de extranjeros ilegales a los que se permitirá la entrada al país y ampliará la elegibilidad para su fraudulento plan de asilo".
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