Quién era Jeffrey Epstein, el pedófilo que aún muerto remueve a la élite mundial
De ser un desertor universitario, Jeffrey Epstein pasó a ser un financiero multimillonario con un oscuro pasado de pedofilia y tráfico sexual.
Un cartel sobre Jeffrey Epstein, cabecilla de una red de tráfico sexual de menores, en Estados Unidos.
EFE
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La desclasificación de los documentos vinculados al juicio contra el pedófilo y traficante sexual, Jeffrey Epstein, genera un remezón en la élite mundial, incluidos políticos, empresarios y famosos, a cuatro años de su muerte.
Gran parte de la vida de Epstein era un misterio. De hecho, todavía quedan dudas de cómo pasó de ser un desertor universitario a un financiero multimillonario, y luego a un pedófilo convicto que se suicidó en la cárcel en 2019.
El sujeto enfrentó cargos de dirigir una red de tráfico sexual y coaccionar a numerosas niñas menores de edad para que realizaran actos sexuales.
En 2011, dijo al periódico New York Post, sin remordimientos: "No soy un depredador sexual, soy un delincuente".
"Es la diferencia entre un asesino y una persona que roba un panecillo", añadió. El FBI lo detuvo ocho años después, en julio de 2019, cuando volvía de sus vacaciones en Europa.
La muerte del próspero financiero con conexiones políticas ocurrió por suicidio, según las autoridades, apenas un mes después de su última detención.
Ascenso meteórico de Epstein
Según CNN, Epstein comenzó su carrera como profesor de matemáticas y física en una escuela secundaria. Tras no terminar la universidad, tomó un breve trabajo en el prestigioso Dalton School de Manhattan, a los 21 años.
A partir de ahí, pasó al mundo de la banca de inversión. Se unió a la firma Bearn Stearns antes de pasar a fundar su propia empresa de inversiones.
Epstein se especializó en gestionar las finanzas de personas adineradas, acumulando una considerable fortuna a lo largo de los años. Aunque todavía se desconoce cómo se hizo tan rico.
No había registros públicos de sus inversiones y de sus clientes. Pero su estilo de vida lujoso le permitió establecer conexiones con influyentes personalidades de la política, la academia y el entretenimiento.
Se jactaba de ser amigo del príncipe Andrés de Inglaterra o de los expresidentes de Estados Unidos Bill Clinton y Donald Trump.
Caída de Epstein
Sin embargo, la vida de Epstein tomó un giro oscuro cuando comenzaron a surgir acusaciones en su contra relacionadas con el abuso sexual de menores, en 2005.
En ese entonces, los padres de una niña de 14 años dijeron a la policía de Florida que Epstein había abusado sexualmente de su hija en su casa de Palm Beach.
La niña contó lo ocurrido e identificó a otras dos menores que estaban en la casa ese mismo día, que a su vez identificaron a otras.
Antes de que la policía de Florida elevara el caso al FBI ya habían identificado a tres decenas de posibles víctimas, reseña la BBC.
Según un extenso reportaje del Miami Herald, que analizó más de 2.000 documentos, correos electrónicos y pruebas de la investigación federal, las niñas procedían en su mayoría de entornos desfavorecidos.
En un controvertido acuerdo de culpabilidad, Epstein se declaró culpable de dos cargos estatales de prostitución y cumplió una condena de 13 meses en la cárcel del condado de Palm Beach.
El caso de Jeffrey Epstein destapó una red de abuso sexual que involucraba a numerosas víctimas, muchas de las cuales eran menores de edad en el momento de los presuntos delitos.
Las investigaciones posteriores revelaron la existencia de una isla privada propiedad de Epstein en las Islas Vírgenes de los Estados Unidos, conocida como Little Saint James, donde se alega que ocurrieron algunos de los abusos.
Después de su muerte, su exnovia, Ghislaine Maxwell, pasó a ser el centro de atención.
La hija menor del magnate de la prensa británica Robert Maxwell fue arrestada en julio de 2020 bajo sospecha de haber ayudado al abuso de menores por parte de Epstein al reclutar y preparar a víctimas que se sabía que eran menores de edad.
En diciembre de 2021, un jurado de la ciudad de Nueva York la declaró culpable de cinco de seis cargos, incluido el más grave: el de tráfico sexual de una menor.
Por ello, la mujer enfrenta 20 años de cárcel.
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