Supuesto robo de ayuda humanitaria enfrenta a Israel y Naciones Unidas
Los alimentos en la Franja de Gaza empiezan a escasear. Propietarios de supermercados aseguran que los víveres se acabarán en pocos días.
Un padre palestino y sus hijos caminan en el este de la Franja de Gaza, el 16 de octubre de 2023.
EFE
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¿Se robó combustible? ¿No se robó? ¿Está Naciones Unidas denunciando una fechoría de Hamás, la organización islamista que domina la Franja de Gaza, o está encubriendo a la milicia?.
Son cuestiones que encendieron las redes sociales después de que el 16 de octubre de 2022, la Agencia de Naciones Unidas para los palestinos (UNRWA) denunciara en una serie de mensajes en su cuenta de X, antes Twitter, que personas vinculadas a Hamás "sacaron" suministros de unos almacenes de ayuda humanitaria, pero al rato borró los mensajes y finalmente los desmintió categóricamente.
"UNRWA recibió informes de que ayer un grupo de personas con camiones que supuestamente eran del Ministerio de Salud de las autoridades de facto en Gaza, sacaron combustible y equipo médico del recinto de la Agencia en la ciudad de Gaza", tuiteó la agencia.
Aclaró que los equipos habían tenido que evacuar el recinto en la noche del 13 de octubre con un aviso de pocas horas de antelación, y que desde entonces no habían podido regresar.
Tampoco disponían de información concreta y que, además, las cámaras de seguridad habían quedado dañadas por los bombardeos previos.
Remarcó, por si acaso, que el combustible y otros tipos de materiales se guardan para fines estrictamente humanitarios y condenó enérgicamente cualquier otro uso.
Quince segundos después de publicarse el último tuit, las Fuerzas Armadas israelíes ya habían hecho una captura de pantalla, que no tardaron en difundir en su propia cuenta con el comentario, aparentemente de cosecha propia, de que el combustible robado era suficiente para mantener en marcha durante seis días la desaladora de Gaza.
Las desaladoras, prácticamente la única fuente de agua potable para la población de dos millones de gazatíes, fueron apagadas al dejar de funcionar por falta de combustible en la única central eléctrica de Gaza, ya que Israel cortó hace ya una semana el suministro de electricidad.
"A Hamás no le preocupa el pueblo de Gaza. Eso es la verdad, incluso si UNRWA borra sus tuits".
Una hora más tarde, UNRWA se desdijo rotundamente y desmintió de forma categórica que hubiera habido un robo.
"Respecto las afirmaciones en redes sociales sobre el saqueo de un almacén de la UNRWA, la UNRWA quiere confirmar que no tuvo lugar saqueo alguno en ningún almacén suyo en la Franja de Gaza", dijo.
Y agregó que "las imágenes que circulan en redes sociales muestran el traslado de material médico del almacén de UNRWA a entidades sanitarias colaboradoras", aclaró a la prensa Juliette Touma, directora de comunicación de la Agencia.
Pero la realidad no es ni una ni otra. Fuentes presentes en la ciudad de Gaza aseguran que sí hubo saqueo, pero no fue Hamás, ni se trataba de robar nada.
"Hubo un bombardeo contra uno de los almacenes de UNRWA en el norte, era uno de los mayores almacenes que tiene la organización, con trigo y harina y otros alimentos. Cuando los vecinos del campamento de refugiados de Shati y en Sheikh Ridwan supieron del ataque, no lo dudaron ni un minuto", explicaron testigos.
"Fueron al almacén, rompieron las puertas, entraron y se llevaron toda la comida, porque tenían miedo que Israel lo volviera a bombardear. Y este almacén era quizás el último 10% o 15% de reservas de comida que queda en Gaza", agregaron.
El dueño de uno de los mayores supermercados en Rafah, en el sur de la Franja donde se han congregado cientos de miles de gazatíes huidos del norte, explicó que las reservas en sus propios almacenes no podrán abastecer a su clientela más de, como máximo, tres días.
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