"Nos hemos convertido en huesos": Así golpea la catástrofe del hambre en Gaza
La guerra ha provocado una grave crisis humanitaria en la Franja de Gaza, en donde la mitad de la población se muere de hambre.
Una mujer palestina y sus pertenencias en una calle de Rafah, al sur de Gaza, el 26 de diciembre de 2023.
EFE
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Los bombardeos del Ejército de Israel en Gaza no cesan, mientras los desplazados de la guerra pasan hambre y frío. Varias zonas del enclave palestino han alcanzado el nivel de "catástrofe" por la hambruna que viven.
Fatma al Madani es una de las muchas madres en Gaza que no sabe como dar de comer a sus hijos, que lloran toda la noche con el estómago vacío. "Nos hemos convertido en huesos", lamenta la mujer.
La suya es una de las muchas familias de desplazados por la guerra en la Franja palestina, que sobreviven como pueden ante una hambruna calificada por Naciones Unidas como una "catástrofe" humanitaria.
"El niño grita toda la noche por tener hambre" relata a EFE esta mujer, desplazada con su familia a Rafah, lo más al sur del enclave costero.
"No hay ni pan para comer"
Una tienda de campaña en la que se hacinan diez personas se ha convertido en su precario hogar, en el que "no hay ni pan para comer".
"Todos tiene hambre, todos. Tengo una enfermedad renal y necesito alimentación especial, pero no encuentro nada", denuncia esta madre, pues además de comida faltan medicinas, higiene o agua.
Y lo poco que se encuentra para llevarse a la boca "está todo caro, no se puede comprar nada", pues los precios se han disparado ante la escasez.
"No encontramos ni para hacer un trozo de pan en esta situación, en medio de la arena y las tiendas de campaña", añade, pues la ayuda humanitaria apenas llega.
"Si ves algo, es caro, lo miras, pero no lo puedes comprar", sentencia esta mujer.
Se estima que esta guerra ha dejado cerca de 1,9 millones de desplazados, el 85 por ciento de los gazatíes. Tag Ahmed es uno de los que han tenido que dejar su hogar. Él es categórico: "Vivimos en la pobreza, en la miseria".
Hasta el punto de tener que racionar el poco pan que consiguen, "para que no se termine, es agotador", asegura a EFE.
Unas cuarenta personas, cuatro familias, comparten como pueden una tienda de campaña, los hombres durmiendo fuera, pese al frío.
Lo poco que consiguen lo cocinan en un puchero sobre una improvisada cocina, unos ladrillos entre los que queman leña.
Sufrimiento físico y mental
Unas pocas verduras y algunos huevos, junto a los que no para de llorar un bebé, se pueden ver en una de las tiendas de campaña de un campo de desplazados, mientras afuera unos niños juegan en la arena, no todos con zapatos.
En otra tienda, unas mujeres preparan algo para engañar al estómago, a base de harina y agua.
Rudab Abunazi, otra desplazada, sufre lo mismo: unas treinta personas apelotonadas en un pequeño espacio. "Estamos sufriendo mucho", algo que además de física “afecta psicológicamente”, declara a EFE.
Enferma de eccema, su estado "ha empeorado por las condiciones que vivimos aquí", donde "es todo difícil, muy difícil".
"Las condiciones de vida ya son insoportables, los precios llegaron al doble", manifiesta: "Cada uno tiene una historia, un sufrimiento".
El hambre convertida en arma de guerra
La mitad de la población en la Franja de Gaza se está muriendo de hambre y nueve de cada diez personas no están comiendo lo suficiente, según advirtió recientemente el subdirector ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos de la ONU (PMA), Carl Skau.
Varias zonas de Gaza han alcanzado el nivel más alto, el de "catástrofe", en el baremo de Naciones Unidas sobre inseguridad alimentaria, por la hambruna en el norte y sur de la Franja palestina, una situación extrema que no ocurría desde crisis humanitarias como las de Somalia o Etiopía.
Además de que organizaciones no gubernamentales como Human Rights Watch o Oxfam Intermón han denunciado que el hambre se ha convertido en un arma de guerra en Gaza.
Morir de hambre o por las bombas en Gaza, donde los muertos por la ofensiva militar de Israel superan los 21.300 y los heridos son más de 55.600, según el Ministerio de Sanidad de enclave costero.
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