Francia: ¿Por qué la extrema derecha ya no asusta a la mayoría de los votantes?
La figura de Marine Le Pen, lideresa de la extrema derecha, pasó de generar pánico a ser vista como posible gobernante de Francia.
Marine Le Pen, lideresa de la extrema derecha de Francia.
AFP
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La ultraderecha francesa ya no asusta. La líder del partido, Marine Le Pen, ha logrado su apuesta: convertir al partido ultra y pronazi, que fundó su padre tras la guerra de Argelia, en una formación dinámica, aceptable para una mayoría de franceses, incluidos los judíos, y que llama a las puertas del poder.
La progresión electoral del antiguo Frente Nacional, rebautizado como Agrupación Nacional (RN, siglas en francés) en 2018 para romper con su imagen, ha sido fulgurante. En la actualidad ya es el principal partido del país, como se demostró en las europeas del pasado 9 de junio. Y los sondeos auguran un triunfo en la primera vuelta de las legislativas del próximo día 30.
"Pero lo que es realmente revelador es que las encuestas demuestran que ya menos de un 50 % de los franceses creen que Marine Le Pen es un peligro para el país. En tiempos de su padre, el porcentaje era de entre el 70 y el 80 %". Lo dice el politólogo Jean-Yves Camus, experto en los partidos extremos.
La barrera electoral en un sistema tan mayoritario como el francés, que obliga a obtener en la segunda vuelta más de la mitad de los votos de la circunscripción para ser elegido diputado, ha caído en los últimos años. Son muchos los sondeos que sitúan a los miembros de RN como mayoritarios en la próxima Asamblea Nacional. Incluso, hay posibilidad de superar los 289 escaños que marcan la mayoría absoluta.
Sería "el fin de la 'desdiabolización', el concepto acuñado para marcar el camino emprendido por Marine Le Pen para distanciarse del programa de su padre, asegura Camus.
La hija del fundador ha ido moderando algunos de los puntos más críticos, como la salida del euro o incluso de la Unión Europea. También cuestiones sociales como el aborto o el divorcio.
"Si el RN gana las legislativas lo hará con un programa que Jean-Marie Le Pen consideraría muy edulcorado. No lo daría por bueno", señala Camus en referencia al patriarca de 96 años, totalmente retirado de la primera línea política.
Francia cambia de percepción
Pero los expertos creen que, además de su propia evolución política, Le Pen se ha beneficiado de la acción de otros partidos para situarse en una posición más templada.
"La irrupción en 2022 de Éric Zemmour fue decisiva", asegura el profesor de la Universidad París-Panthéon, Benjamin Morel. El polemista televisivo apareció en la campaña de las presidenciales con un programa mucho más duro que el del RN. Esto contribuyó a que las posturas de Le Pen parecieran más moderadas.
La líder del partido consiguió entonces superar de nuevo la segunda vuelta y recortó a la mitad la distancia con Emmanuel Macron. De los 32 puntos que les separaron en 2017 la situó en 17 cinco años más tarde.
"A Le Pen le vino de maravilla que Zemmour apareciera en el paisaje político. Lejos de debilitarle, le abre un gran campo electoral. Y e permite afirmar que no se aliará nunca con él porque no acepta a los extremos", señala Morel.
La extrema derecha francesa también se ha beneficiado de algunas posiciones radicales de la izquierda. Se destaca la de Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon.
Algunos de diputados e LFI se negaron a considerar terrorista a Hamás tras los atentados del 7 de octubre.
En ese sentido, Camus considera "simbólico" que Serge Klarsfeld, importante figura judía de Francia, que durante años se dedicó a perseguir a criminales de guerra nazis huidos tras la Segunda Guerra Mundial, afirmara que está dispuesto a votar a candidatos del RN para evitar que sean elegidos los de LFI.
"Es el resultado de meses de campaña de Le Pen para acercarse a la comunidad judía del país. Esto permite acabar con la imagen del partido de su padre, fundado por nostálgicos del nazismo", indica el experto.
Camus considera que debajo de esa piel de cordero se esconde "un programa de ruptura" con posturas duras como la inmigración, donde proponen la preferencia nacional. También exhibe una postura crítica con la UE y con la ayuda de Francia a Ucrania.
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