Colombia convierte la mansión de torturas, usada por Pablo Escobar, en un laboratorio forense
La casa Montecasino fue un lugar en el que narcotraficantes, como Pablo Escobar, y militares organizaron múltiples crímenes. Ahora será administrada por la Medicina Legal de Colombia.
Vista aérea de la casa Montecasino el 6 de junio de 2024, antes usada por líderes paramilitares y narcotraficantes.
Jaime Saldarriaga/AFP
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Colombia da otro golpe simbólico al narcotráfico de su país. Una mansión usada por jefes paramilitares y narcotraficantes, como Pablo Escobar, para planificar crímenes en Medellín tendrá un nuevo uso. Decomisada en 2010, se convertirá en un laboratorio forense para identificar miles de desaparecidos en Colombia.
En la opulenta casa Montecasino se gestaron magnicidios de candidatos presidenciales y masacres de campesinos.
Así lo evidencian testimonios de antiguos sicarios al servicio de sus dueños, los hermanos Carlos, Vicente y Fidel Castaño, jefes de los escuadrones de ultraderecha Autodefensas Unidas de Colombia (AUC).
Capos del narcotráfico, como el abatido Pablo Escobar, frecuentaban el lugar para sus reuniones y fiestas.
De inmueble criminal a lugar para los desaparecidos
La construcción cuenta con paredes de mármol, extensos jardines, grifos de oro y una bañera en forma de ostra.
En 2015 pasó a manos de la Unidad para las Víctimas, la entidad encargada de asistir a los afectados por el conflicto armado.
Pero ahora, por orden del presidente Gustavo Petro, Montecasino será administrada por Medicina Legal.
La autoridad forense tendrá allí un laboratorio para identificar restos óseos de desaparecidos en un país con más de 111.000 víctimas de este delito a lo largo de seis décadas de conflicto interno. Una cifra mayor que la combinada tras las dictaduras de Argentina, Brasil y Chile en el siglo XX.
Una mansión para torturas
Para Luz Galeano, una líder comunitaria de 60 años, es una esperanza en medio de la larga búsqueda de su esposo, Luis Laverde, desaparecido en 2008.
"Lo busco por todos lados y por todas partes, pero hasta el momento no he sabido nada", dice a la AFP la vendedora de ropa y artículos de belleza que sostiene un retrato de Laverde.
El laboratorio "es una cosa que soñamos y seguimos soñando (...), para que incluya a todas las víctimas de desaparición".
Luz Galeano, líder comunitaria
Galeano perdió la pista de su marido desde que fue raptado en un autobús. En esos tiempos, Medellín era escenario de una feroz persecución de los paramilitares contra habitantes de sectores controlados por guerrilleros.
La mujer desea que el laboratorio se llame Casa Rayo de Luz. "Para borrar todo ese horror que pasó allí y que se empiece a sentir que haya una limpieza espiritual", comenta.
"Se tiene conocimiento de que allí se torturó a muchas personas", dice Claudia Patricia Vallejo, directora de la Unidad para las Víctimas en el departamento de Antioquia.
Castillo Marroquín: otro lujoso inmueble narco
En 1898, un académico y diplomático inició la construcción de un castillo de dos torres de estilo neogótico en Chía, un municipio que limita con Bogotá.
En más de un siglo, el Castillo de Marroquín funcionó como cabaret y hospital psiquiátrico hasta ser adquirido por Juan Camilo Zapata, un miembro del Cartel de Bogotá.
El integrante de esa discreta organización del tráfico de cocaína fue asesinado en 1993. Después de eso, el recinto pasó a manos de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), que en los últimos años tenía un contrato de arrendamiento con una empresa que organizaba allí matrimonios y conciertos.
El castillo ahora será entregado a la estatal Universidad Pedagógica, de unos 9.000 estudiantes.
"Debería ser una política de Estado que todos los bienes extintos por vía del narcotráfico que han generado tantas afectaciones a los derechos humanos de este país pasen en un acto de reparación a las entidades públicas y a las comunidades que han sido afectadas", celebra su rector, Helberth Choachí.
Además del castillo, en el que se proyecta construir un museo, la universidad recibirá 33 de las 70 hectáreas del bosque aledaño para realizar actividades académicas, culturales, y deportivas.
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